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Ledaña celebró su fiesta del Domingo de Piñata

14/03/2014 - Pepe Alfaro

La tradición de celebrar los carnavales durante el primer fin de semana de cuaresma está muy arraigada en las poblaciones de la Manchuela Conquense. 


Las calles de Quintanar del Rey, Minglanilla, Motilla del Palancar o Ledaña, entre otras, se visten de luz y color para celebrar una fiesta donde los disfraces, los desfiles y la música conforman una combinación especialmente provechosa para disfrutar las carnestolendas. En estas sociedades de intensa base rural es donde los carnavales arraigaron más fuertemente, al ofrecer el único tiempo de permisividad a la represión institucionalizada en la severa formalidad litúrgica de la cuaresma cristiana. Por este cimiento pagano prácticamente llegaron a desaparecer durante la dictadura franquista, y únicamente la presencia confinada de algunas “máscaras”, con los rostros ocultos para evitar cualquier represalia, mantuvieron el vínculo con la raíz de una tradición renacida con un vigor imparable, que culmina el “Domingo de Piñata”, la fiesta más popular y participativa fuera del santoral religioso.


En la localidad de Ledaña los carnavales constituyen una explosión de colorido que inunda las calles de un pueblo entero disfrazado de fiesta. El sábado recorrieron sus calles más de cuarenta comparsas en un desfile desde el Centro Social Polivalente, situado en el punto más elevado del casco urbano, hasta la plaza del pueblo, donde confluyeron los cientos de personajes, figuras, estrellas, celebridades, personalidades y figurantes; desplazados a pié, en carros o en carrozas engalanadas con los más imaginativas inspiraciones: desde el cine mudo a las cajas de música con bailarinas incansables. Allí estaba la gente del pueblo, transformado la cruda realidad en amables sueños que se reflejan en las fotografías de este reportaje.