La Plataforma regional se moviliza para espertar conciencias ante los casos de bebés robados

Despertar conciencias y encontrar los papeles que les proporcione una base legal para llegar a los tribunales, es el objetivo de la movilización que han emprendido la Plataforma de Bebés Robados de Castilla-La Mancha. Fue en octubre de 2013 cuando se creó la Plataforma de Bebés Robados de Castilla-La Mancha en Ciudad Real al juntarse un grupo de afectados principalmente de esta provincia. En pocos meses surgieron nuevos casos en las restantes provincias de la región, lo que hizo que el pasado mes de enero se renovase la Junta Directiva incluyendo en ella a afectados de otros lugares, como es el caso de dos conquenses: Miguel García, vicepresidente, y Laura Ruiz, secretaria.
Ambos están seguros de que sus hermanas mayores, que según dijeron a sus padres fallecieron al poco de nacer, son en realidad casos de esta trama que, según se va dando a conocer, llega a un buen número de rincones del país.
María del Prado Gonzalo, presidenta y también afectada, en su caso como madre, explica que “en la actualidad tenemos constancia de unos 30 casos y nuestro objetivo es darnos a conocer como asociación por si pudiese haber otros afectados, de modo que puedan ponerse en contacto con nosotros”.
Además, dado que de todos estos casos solamente hay uno de un niño adoptado que cree que pudo ser uno de los casos, “queremos despertar las conciencias de aquellos niños a los que algo no les cuadra de su situación, pues creemos que es fundamental que conozcan sus raíces”.
La presidenta expone que la Plataforma regional se mantiene en contacto con las asociaciones existentes a nivel nacional para poder colaborar y ayudarse mutuamente, pero “creemos que lo que haya sucedido en Castilla-La Mancha lo debemos resolver desde aquí, de ahí la decisión de poner en marcha esta Plataforma”. Eso sí, asegura que la cooperación es fundamental pues “sospechamos que los niños que pudiesen haber sido robados aquí terminaron en otras comunidades autónomas”.
CASOS EN CUENCA
Tal y como se ha apuntado, los conquenses Miguel García y Laura Ruiz son dos de los afectados que, como tales, forman parte de la Junta Directiva de la Plataforma. Miguel Ruiz, actualmente el vicepresidente, señala que “es algo muy difícil de asimilar por las madres, hasta que se dan cuenta de que de verdad puede haberles sucedido algo así”.
En su caso su madre, de Osa de la Vega, estaba embarazada en 1983. “Cuando llegaba al séptimo mes de gestación comenzó a manchar y fue ingresada, con el aviso de que existía la posibilidad de que perdiese al bebé. Tras 20 días en reposo dio a luz mediante parto natural a una niña, que según parecía había nacido bien”, explica Miguel, quien continúa: “Por la noche, estando ella sola puesto que no dejaban quedarse a ningún familiar, le dijeron que la niña se había puesto muy mala y que había que bautizarla rápidamente, después de lo cual le dijeron que había fallecido”.
Señala este conquense que le dijeron a su padre que comprase una caja, que éste dio al hospital puesto que en ningún momento pudieron ver ellos a la niña.
Un ya adulto Miguel, abogado, después de conocer muchos casos similares, comenzó a investigar y “encontré muchas cosas que me parecían raras, así que el pasado verano convencí a mi madre y nos fuimos al cementerio, pero nos dijeron que no había ningún registro del enterramiento. En el Registro Civil nos dijeron que tampoco había ningún certificado y al pedir la documentación al hospital nos dijeron que habían desaparecido los datos de antes de 1982. Ahí ya saltaron todas las alarmas”.
También ha sido recientemente cuando Laura Ruiz se ha puesto a investigar el caso de su madre. Ésta, procedente de Huete, dio a luz a una niña en el año 1981 en un parto normal. También fue de madrugada cuando “el médico y el cura avisaron de que había que bautizar a la niña porque estaba muy malita, dijeron, y se iba a morir, y le pusieron entonces el nombre de María Sicilia”.
Cuenta Laura que “avisaron a mi padre y le dijeron que llevase una cajita para meter el cuerpo de la niña”, pero tampoco llegaron a verla. Se trata, pues, de dos relatos con muchas similitudes.
En este caso fue en noviembre del año pasado cuando Laura fue al cementerio y “cual fue mi sorpresa cuando me dicen que no consta que la niña esté allí enterrada”. Su periplo continúa, igual que en el caso de Miguel, por el Registro Civil y por el hospital, pero los resultados son similares: “Pido papeles y libros de registros, pero en el hospital mi madre sólo consta en el libro de partos, pero no en el registro de pediatría”.
Tanto Miguel como Laura se encuentran, pues, en plena tarea de investigación, buscando papeles y una posible base legal que les permita ir a los Tribunales, pues de momento no cuentan con ella.
Estos casos de Osa de la Vega y Huete no son los únicos que se han constatado en esta provincia, puesto que también los hay en Casas de Benítez y en Tarancón, entre otros.
También la presidenta, María del Prado Gonzalo, cuenta su caso, que en líneas generales es similar a los ya expuestos. Prado y su marido vivían en Consuegra y fue en el año 1981 cuando dio a luz a una niña en el hospital de Ciudad Real, tras un ingreso que terminó derivando en una cesárea “por el bien de la niña, según me dijeron, porque a mí me habían diagnosticado una rara enfermedad”. A los nueve días, “estando mi madre y yo solas, y justo después de que mi madre hubiese subido a ver a su nieta a la incubadora, nos dicen que la niña ha fallecido”.
Prado cuenta que pidieron enterrar a la niña en el pueblo, en una tumba familiar, pero que “al pasar unos diez años y abrir la tumba para hacer una reducción de restos, vimos que la caja estaba vacía”. A raíz de ello se hizo algunas pruebas médicas que demostraron que nunca había sufrido la enfermedad que en su día le habían diagnosticado y optó por acudir al hospital a pedir el historial, que no consiguió.
Con el paso del tiempo Prado tuvo dos hijos más y “al principio pensé que eso debía compensarme, pero seguía acordándome de mi niña y decidí que quería saber qué había sucedido con ella realmente”.
Se trata de tres casos de entre la treintena que de momento se conoce en C-LM pero que al ritmo que van creciendo, la plataforma sospecha que puedan ser muchos más, “que puedan incluso multiplicarse por diez”.
APOYO Y PRESIÓN SOCIAL PARA LLEGAR A LA INVESTIGACIÓN
Los afectados que están integrados en la Plataforma de Bebés Robados de C-LM quieren darse a conocer porque pueden ser muchos los padres o hermanos que, al leer estos casos, puedan encontrar similitudes con los suyos y decidan comenzar a investigar. Pero también, como se ha apuntado al principio, niños que crean que pueden formar parte de alguna de las tramas y que quieran conocer su raíces.
Y es que, dice la presidenta que “queremos saber cómo están esos niños ahora crecidos y si nos necesitan, porque es un crimen lo que se hizo. Es algo que duele mucho, y en mi caso tengo otros dos hijos que me hacen feliz, pero es que ellos ni siquiera saben quienes son ni de dónde han venido”.
OTROS MOVIMIENTOS
Además de las investigaciones propias que cada familiar lleva a cabo para intentar esclarecer sus casos, como Plataforma se han dedicado desde sus inicios a buscar contactos políticos e institucionales con el fin de dar a conocer su situación y buscar apoyos. Su caso ha llegado ya a las Cortes de Castilla-La Mancha de la mano de los parlamentarios socialistas, quienes pidieron la creación de una Comisión no Permanente de Estudio al respecto y que como tal fue publicada en el Boletín Oficial de las Cortes regionales.
Además, se están moviendo por las diferentes provincias buscando contactos. En el caso de la provincia de Cuenca, la semana pasada mantuvieron reuniones con el Ayuntamiento de Cuenca, con el Grupo Socialista de la Diputación Provincial y con representantes de UPyD; además, tienen pendiente un encuentro con el Equipo de Gobierno de la Diputación Provincial y con el Grupo Popular Municipal.
El objetivo es “conseguir todos los apoyos posibles de todos los ámbitos que podamos, para que nuestros casos se den a conocer y para que posibles afectados puedan encontrar un lugar al que acudir para explicar sus propias situaciones”.
Desde la Plataforma afirman que “en todos los casos nos estamos encontrando con muchas dificultades para acceder a documentación, registros o historiales que se supone que se nos debería poder dar, de modo que todo apoyo institucional es bueno para nuestra causa”.
Asimismo, consideran que es muy positivo que la ciudadanía conozca sus casos y los que puedan ir saliendo, para tomar conciencia de la gravedad del asunto y, con la presión de todos, conseguir que se vayan investigando. Porque, insisten, “es horrible no conocer las propias raíces, por eso queremos despertar las conciencias”.
DOCUMENTOS A SOLICITAR ANTE POSIBLE INDICIO DE ROBO
Son ya varias las asociaciones que están operando a nivel nacional o regional ante los casos que continúan saliendo a la luz de bebés robados. Todas ofrecen asesoramiento para que quienes sospechan que puedan haber sufrido algo así puedan pedir la documentación pertinente. Por ejemplo, en el caso de la ‘Plataforma Afectados Clínicas de Toda España. Causa Niños Robados’, incluye en su página web algunas pautas sobre cómo actuar y qué documentos es necesario solicitar para analizar el posible indicio de un robo de niños.
En primer lugar, el historial del parto, que se puede pedir en el hospital, si éste existe, o en los archivos de la Administración que custodia la documentación hospitalaria, si éste ya no existe. Para solicitar este documento es necesario, en el caso de que lo pida la madre, fotocopia del DNI, fotocopia de la tarjeta de la Seguridad Social y solicitud de documentación clínica, que se facilita en el hospital; si lo pide un hijo, estando la madre viva, debe llevar fotocopia de la tarjeta de la Seguridad Social de madre e hijo, fotocopia del libro de familia donde conste este hijo, autorización de la madre para que el hijo lo pida y solicitud de documentación clínica que dan en el hospital con fotocopia del DNI de madre e hijo; y si lo pide un hijo estando la madre fallecida, se necesita fotocopia del DNI del hijo y la madre, fotocopia de la tarjeta de la Seguridad Social de la madre, fotocopia de la partida de defunción de la madre y solicitud de documentación clínica que dan en el hospital.
También hay que solicitar la partida de nacimiento y defunción, si el bebé vivió más de 24 horas, lo cual se puede hacer en el Registro Civil, en el Ministerio de Justicia o vía internet. En el caso de que el bebé no llegase a las 24 horas de vida, hay que pedir el legajo de aborto en el Registro Civil. Finalmente, sobre el lugar de enterramiento hay que dirigirse al Archivo General de Cementerios de la comunidad si se desconoce dónde fue enterrado el cuerpo y no figura en la partida de defunción literal, o bien al cementerio en el que esté registrado. En ambos casos hay que solicitar copia del libro de inhumaciones (enterramientos) por escrito, acompañado del DNI.
Apuntan en la web de esta asociación que “es importante probar que hubo irregularidades administrativas, lo que se consigue cotejando la documentación oficial que se pueda aportar para el caso concreto”.