Incendio de Poyatos, el daño irreparable que no se recuperará
El mayor problema es el proceso erosivo del suelo por la pérdida de la capa superior por arrastre
23/10/2016 - C.I.P.
Siete años y tres meses después del incendio de Poyatos, el único imputado por el que está considerado como el mayor desastre medioambiental de la última década en la provincia se sentará en el banquillo. A partir de este lunes, con el inicio del juicio con tribunal de jurado que tendrá lugar en la Audiencia Provincial se cierra un capítulo del largo proceso judicial en el que se han cruzado las dudas y más de medio centenar de recursos de apelación presentados por la defensa del maderero que fue detenido en 2009 y puesto en libertad en 2010, fecha desde la que se espera la celebración del juicio en el que se determinará su culpabilidad o no.
Independientemente de lo que determine la justicia en un juicio que se presume será largo, a juzgar por las numerosas prácticas de diligencias que se realizarán y los testimonios de la treintena de testigos que se han citado para declarar, lo que ya está sentenciado es la pérdida irreparable que dejó aquel incendio que desde el 21 de julio al 2 de agosto de 2009 arrasó 1.718,21 hectáreas de monte de incalculable valor, 597 Has. dentro del Parque Natural de la Serranía de Cuenca y el resto en terrenos particulares de los términos municipales de Poyatos, Cañizares y Vega del Codorno.
La justicia se pronunciará y si se ha cometido delito se penará en proporción con lo que marque la Ley, pero lo que no se podrá compensar ni cerrar es el daño medioambiental que ha sufrido la provincia de Cuenca. Una herida abierta en el corazón de La Serranía que tardará en cicatrizar.
Se necesitará años y años para que el bosque vuelva a la zona quemada pero el paisaje que había antes del siniestro “nunca se podrá recuperar”. Así lo pone de manifiesto el director provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Joaquín Cuadrado, quien señala que la recuperación de la zona afectada evoluciona muy lentamente. “El mayor problema es el proceso erosivo del suelo por la pérdida de la capa de arriba por arrastre”, señala.
Con el fin de evitar la pérdida del potencial biológico del suelo se han realizado una serie de actuaciones de restauración para frenar y controlar la erosión por arrastre de agua, retener sedimento y favorecer así la colonización de la vegetación y sellado de la estructura del suelo.
De hecho, Cuadrado señala que la mayor parte del dinero invertido en los trabajos de restauración de la zona ha sido para la realización de ‘fajinas’ y ‘albarradas’, dos tipos de construcción realizados con residuos vegetales de las cortas en laderas y barrancos o canales de desagüe, respectivamente, que siguen en la zona afectada controlados por los técnicos de la Dirección Provincial.
“Ya está todo hecho, ahora lo único que hay que hacer son labores de mantenimiento y vigilancia de la zona. No podemos acelerar el proceso de regeneración del suelo”, señala el director provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, quien destaca que el nivel de recuperación de la vegetación dependerá, entre otras cosas, de las condiciones meteorológicas. “No se puede determinar pero dependiendo de si llueve mucho o poco la recuperación puede darse en 20, 30 o más años” aunque también señala que uno de los factores en contra son los animales. “En la zona afectada por el incendio no se puede pastorear pero el problema que supone la fauna silvestre no se pueden evitar y limita la recuperación”.
Regeneración natural
El trabajo de restauración de la zona ha concluido y ahora solo queda dejar actuar a la naturaleza. La regeneración de las áreas quemadas, tanto de matorral como vegetación arbórea se produce de forma natural, y esta, según destaca Joaquín Cuadrado, contrariamente a lo que se puede pensar, es la forma más eficaz de reforestación para mantener el ecosistema. “El sistema de restauración no es una repoblación, en las restauraciones modernas después de un incendio lo que se permite es la regeneración natural, que el suelo se vaya regenerando y se recupere solo, aunque serán necesarios muchos años para que lo consiga, y aún así no podrá volver a ser lo que era”, apostilla el director provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural.
Tratamiento preventivo de los árboles que se salvaron
Junto a los trabajos de recuperación del suelo, limpieza de vegetación muerta, corrección hidrológica en la superficie con mayor pendiente y no susceptible de aparición de procesos de erosión, así como la restauración de las infraestructuras que resultaron dañadas, los árboles que resistieron al incendio también han sido objeto de tratamientos preventivos para mantenerlos con vida. Y es que, según explica Joaquín Cuadrado, durante un periodo de cinco años el estado de la masa arbórea afectada es muy débil, un estado propicio para la plaga de un tipo de escarabajos coleópteros (los escolítidos) muy peligrosa para los pinos puesto que puede llegar a causar la muerte de los árboles. Para alejar el peligro se estableció una red de trampeo mediante feromonas de agregación, es decir que atraen tanto a hembras como a machos, que afortunadamente, Cuadrado destaca que ha resultado muy efectiva.
Señalar que además de la inversión de los beneficios del aprovechamiento de la madera muerta, los trabajos realizados hasta ahora han supuesto el esfuerzo inversor del Gobierno regional, Confederación Hidrográfica del Tajo y Ministerio de Medio Ambiente, a lo que se suman los fondos y personal de la Dirección en el control de plagas.
Lo más leido en "Provincia"
Rubén M. Checa - 19/06/2025
Paula Montero - 30/06/2025
P.M. - 09/06/2025
Eduardo M. Crespo - 13/06/2025
Las Noticias - 23/06/2025
Las Noticias - 01/07/2025