CRIEC de Carboneras, innovación educativa para el siglo XXI

Marcus Speca, de 28 años y procedente de Minnesota (Estados Unidos), llegó hace cinco cursos como auxiliar de conversación al Centro Rural de Innovación Educativa de Cuenca (CRIEC), ubicado en Carboneras de Guadazaón, y la experiencia le pareció tan buena que ahí sigue. “Me encanta estar en un centro diferente. Donde yo vivo no hay nada similar. Me gusta ayudar a los alumnos, a los que les llama mucho la atención que yo sea de Estados Unidos y mi aspecto… Como se nota que no soy de aquí…”, bromea el joven, de ojos azules y con una gran barba rubia.

El joven norteamericano, que se formó para ser profesor de castellano, es uno de los nueve profesionales que conforman este curso la plantilla del CRIEC, dirigido por David Cordente Mesas. Tras el parón de sus actividades en 2020 debido a la pandemia, el centro va a retomar en enero sus estancias educativas y de inmersión en inglés, de cinco días lectivos de duración, dirigidas a alumnado de quinto y sexto de Primaria y de primero y segundo de Secundaria. 

El CRIEC abrió sus puertas en 1983 ofreciendo estancias para escolares de distintos centros de la provincia con el objetivo de ofrecer recursos a las zonas rurales, convirtiéndose en 2013 en un centro de inmersión lingüística que desarrolla actividades innovadoras para la enseñanza de la lengua inglesa.

Pero aunque la inmersión lingüística es el pilar fundamental sobre el que se asienta en la actualidad este recurso dependiente del Gobierno regional, con la “excusa” del aprendizaje del inglés, la entidad trabaja otros tres ejes igual de importantes: la convivencia, las nuevas metodologías y la apertura a Europa a través de los proyectos Erasmus +.

Junto al director, también forman parte del CRIEC los docentes de Primaria Gema Moreno Valderas, Esther Saiz Díaz, Sonia García Uceda y Esther Valenciano Rex; el profesor de Secundaria Nacho Cotillas Cruz; y los auxiliares de conversación Aaron Mabbutt y Aubrey Dearen, además del citado Marcus Speca -los tres son nativos-.

“Somos un centro de referencia. Utilizamos metodologías innovadoras con el objetivo de ofrecer actividades que no se desarrollan de forma habitual en los centros de los alumnos”, hace hincapié el director del recurso, que añade que persiguen sobre todo la motivación de los chavales para que aprendan con más facilidad. 

 

Inmersión lingüística, convivencia, nuevas metodologías y la apertura a Europa son las cuatro señas distintivas de este centro, que comenzó su andadura en 1983

APRENDIZAJE EXPERIENCIA

Lo que se ofrece así a los participantes es un aprendizaje por “experiencia”, como destaca la docente Gema Moreno, que conoce bien este recurso: estuvo de niña en el centro en la década de los noventa; años después, ya como maestra, llevó a sus pupilos a las estancias; y desde hace seis cursos, forma parte de la plantilla de profesionales que lo atienden. “Es una semana inolvidable tanto para ellos como para todos nosotros”, hace hincapié.

De hecho, para muchos de los niños, estas estancias son la primera salida que hacen sin sus familias. Por ello, esta experiencia también es importante porque este recurso les ayuda a trabajar la autonomía. “Tienen tareas diarias, desde hacerse la cama hasta prepararse su ropa y gestionar sus cosas”, destaca el profesor Nacho Cotillas Cruz.

Algunos de ellos también vienen un poco “obligados” pero después de una “montaña rusa emocional” a lo largo de la semana, la mayoría de los niños “se van llorando”  los viernes porque han disfrutado de  unos días fantásticos y no se quieren marchar.

 

El centro ha ido evolucionando a lo largo de estas décadas de forma paralela a la sociedad. El profesor Nacho Cotillas Cruz, que lleva cinco cursos en este proyecto, recuerda que hace tan solo unos años se ofertaban talleres “de teatro, pizarra digital y plástica”.

Este curso, la propuesta, siempre utilizando el inglés como única lengua vehicular, es bien diferente: robótica, sensibilización sobre la discapacidad (centrado en el goalball, deporte específico para personas con discapacidad visual), cultura europea, STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas), Cluedo, geolocalización en el campo, Scavengel hunt (búsqueda del tesoro a través de una aplicación móvil), scape room, programación con Scratch y ciberbullying -estos tres últimos talleres son nuevos-.      

Para estar al día en un mundo que avanza de forma vertiginosa, es primordial la formación continua de este profesorado, algo a lo que les ayuda participar en tres proyectos Erasmus + -uno sobre artes, otro sobre programación y un tercero sobre nuevas tecnologías aplicadas a los contenidos STEAM- que les han permitido intercambiar experiencias con centros de otros países.

 

Plazo de solicitud  

Para este curso, el plazo de presentación de solicitudes para los centros de titularidad pública que deseen participar en las estancias  del CRIEC -que se prolongarán entre el 17 de enero y el 10 de junio- está abierto hasta el 24 de noviembre. Como novedad y debido a la pandemia, solo podrá asistir un colegio por turno -antes convivían varios- con un grupo de entre 25 y 35 alumnos. Los niños solo tendrán que sufragar el desplazamiento hasta el centro, en el que la Junta ultima las obras de mejora de la accesibilidad, con un presupuesto de 294.000 euros. 

Aunque es algo “degastador” tener en cada estancia alumnos nuevos, la plantilla dice que espera ansiosa retomar la actividad. “Creemos en el proyecto”, recalca el equipo, que persigue un proceso dinámico de enseñanza-aprendizaje alejado del pupitre y que camine hacia la educación del siglo XXI.   

Más de 100 recursos digitales: visitas virtuales y un videojuego

El Centro Rural de Innovación Educativa de Cuenca aprovechó el parón en las estancias ocasionado por la pandemia para continuar trabajando en los proyectos Erasmus + en los que participa, a través de los cuales elaboró un centenar de recursos educativos digitales dirigidos a alumnado de entre 10 y 14 años .

Visitas virtuales en 360 grados a once museos de titularidad regional y a parques arqueológicos de Castilla-La Mancha, con sus correspondientes recursos educativos, son algunas de las creaciones.

Además, también se diseñaron visitas online a otros espacios como queserías, molinos de viento o incluso un silo en un intento de “poner en valor la tradición”, en palabras del director del centro, David Cordente Mesas. “Es una construcción arquitectónica muy peculiar. La región está llena de silos pero son muy desconocidos”, añade.

Otro de los recursos elaborados es el videojuego de aventuras ‘Larry Spotter y el caso de los objetos perdidos’, que plantea al alumnado divertidos y motivadores retos relacionados con las áreas curriculares de Lengua, Matemáticas, Ciencias Sociales e Inglés. 

Todos estos recursos, disponibles en el Portal de Educación de la Consejería, han tenido una “gran acogida” por parte de los docentes: “Ya van más de 50.000 visitas”.