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Chillarón pide retomar la construcción de una variante de la N-320

El Ayuntamiento de la localidad quiere que tanto la DGT como el Ministerio de Transportes pongan fin a “los problemas de seguridad”
Fotos: Saúl García
10/07/2025 - Rubén M. Checa

El accidente de una furgoneta contra una casa y la rotura de parte de la fachada ha sido “la gota que ha colmado el vaso” de la paciencia del alcalde de Chillarón de Cuenca, Vicente Reyes, con la carretera N-320 a su paso por el pueblo. El regidor, en declaraciones a Las Noticias de Cuenca, ha vuelto a reclamar a las autoridades estatales “dar mayor seguridad a la localidad”, para evitar que se vuelvan a repetir accidentes de este tipo. 

Y es que, tal y como recuerda, la carretera nacional ha supuesto a lo largo de los años numerosos inconvenientes para los vecinos de Chillarón de Cuenca, ya que soporta un alto tráfico tanto de camiones como turismos y furgonetas, muchos de ellos sin respetar las normas de circulación y los límites de velocidad que tiene la vía. 

“El pueblo siempre ha crecido a lo largo de la carretera, y con el paso de los años hay tramos de la calle en los que no hay prácticamente acera, por lo que la seguridad de los peatones se ha puesto en entredicho en numerosas ocasiones debido a que la gente se tiene que bajar a la carretera”, relata Reyes. 

 De este modo, el alcalde de Chillarón de Cuenca ha vuelto a desempolvar una reclamación que ya hace años movilizaron, como es la construcción de una variante de la carretera N-320 y que el tráfico más pesado deje de atravesar el pueblo. 

 

Por la carretera pasan cada hora unos 75 camiones y hasta 350 vehículos, “muchos sin respetar los límites de velocidad”

Una reivindicación vecinal que se empezó a movilizar ya en el año 2008, justo cuando llegó Vicente Reyes a la Alcaldía de Chillarón de Cuenca. Por aquel entonces, según los datos que recopiló uno de los vecinos, Julio Mora, pasan cada hora unos 75 camiones y alrededor de 350 vehículos. Un elevado tráfico que ha provocado que a lo largo de los años se hayan registrado tres accidentes mortales y numerosos siniestros sin víctima. La última vez que se registró un fallecido fue en el año 1973, pero hace dos años, en el paso de peatones junto al Silo, al ir a cruzar una joven, “el coche no paró y casi se la llevó por delante de lo rápido que iba”. 

Si bien el pueblo ha logrado ciertos avances en materia de seguridad como la instalación de dos radares (uno en cada entrada del pueblo) y dos semáforos que regulan el tráfico, “no es suficiente”. 

“Cuando un camión o un vehículo va a entrar en el pueblo reduce su velocidad, pero muchos de ellos, cuando van por el centro, van más rápido”, relata el regidor de la localidad, quien detalla que además hay conductores que se han saltado en numerosas ocasiones alguno de los semáforos reguladores del tráfico, “sin provocar, afortunadamente, ningún accidente grave”. 

De ahí que Vicente Reyes vuelva a reclamar públicamente ya no solo la construcción de la variante, sino también incrementar la seguridad en el interior del pueblo con más radares de control de velocidad y otras medidas que obliguen a los coches a reducir la marcha.

 

PROYECTO DE LA VARIANTE

Para instar a las autoridades competentes a solventar sus problemas en seguridad vial, fueron unos ingenieros de Chillarón quienes diseñaron a principios de siglo un extenso proyecto para la construcción de esa variante. El nuevo tramo, recuerda Vicente Reyes, partía desde la rotonda de la gasolinera y la ITV que hay junto a la A-40. Desde ahí iba por toda la parte de atrás del pueblo hasta llegar al trazado original de la N-320 a la altura de una antigua estación de servicio para tractores, ya en desuso. 

“Llevamos el proyecto a la delegación de Carreteras y en aquel entonces me dijeron que quien me creía yo que era para presentar algo así, que en caso de salir adelante el proyecto ya serían ellos quienes lo redactarían”, recuerda Reyes. 

Sus peticiones no fueron bien atendidas, y tampoco se hizo caso de los centenares de firmas que se recogieron en aquel entonces y que se presentaron antes del ministerio de Transportes. “Antes éramos 400 vecinos, ahora rozamos los 1.200, y el tráfico se ha ido intensificando con el paso de los años”, expone el alcalde, reiterando su petición de tomar medidas para incrementar la seguridad de la principal arteria del pueblo. 

 

A parte de generarse problemas de seguridad, la DGT “cada vez pone más dificultades para cortar la carretera y hacer la procesión de las fiestas patronales”

Más recientemente, el regidor ha expuesto ante los responsables de Carreteras y Tráfico la necesidad de instalar más radares para que los coches respetén los límites, reductores de velocidad, y más medidas, “pero quienes están en los despachos, que son los que nos dicen que no, no saben cuáles son las necesidades de verdad del pueblo, no viven nuestro día a día”. 

Además, muestra su preocupación por lo que pueda pasar de cara a las fiestas patronales, que se celebrarán el segundo fin de semana de septiembre, donde el día grande del pueblo, el día 14, sale en procesión el Santísimo Cristo de la Luz, siendo necesario cortar la carretera unos 45 minutos para desarrollar el cortejo procesional. 

“Cada año nos ponen más complicaciones, como tener una ruta alternativa para el paso de vehículos y camiones, y los coches ligeros sí los podemos desviar por otras calles, pero los camiones es imposible”, detalla Vicente Reyes, quien califica como “imposibles de cumplir” los condicionantes que imponen desde la DGT. Una situación que esta Semana Santa ha ocurrido en Villar de Domingo García, por donde también transcurre la N-320 por el pueblo, teniendo que suspender parte de sus procesiones. 

Por todo ello, el alcalde de Chillarón de Cuenca pide a la Delegación de Carreteras y el Gobierno de España “más sensibilidad” hacia los ayuntamientos “que tantos años llevamos padeciendo el constante tráfico de la N-320. Ve “complicado” que se llegue a hacer la variante, pero desde el municipio no quieren abandonar una lucha para que todo el pueblo vea reducido lo máximo posible el constante trasiego de camiones pesados.

Foto: Saúl García