El rastro de la DANA en La Alberca de Záncara
Calles anegadas, asfalto levantado y rotura de tejas son algunas de las consecuencias que ha dejado en La Alberca de Záncara la fuerte tormenta de agua y granizo que en la tarde de este martes llegaba a la provincia de Cuenca.
Cayeron 38 litros por metro cuadrado, pero por espacio de más de cinco horas el casco urbano estuvo recibiendo el agua que bajaba desde distintos puntos del término municipal, lo que provocó una gran riada que inundó buena parte de la localidad, sobre todo en el entorno de la calle del Agua, una zona natural de cogida.
Según apunta el alcalde de la localidad, Francisco Julián Quílez, la fuerza del agua que bajaba del campo arrastró muchas piedras que han causado numerosos destrozos en el asfalto de las calles, que junto a los caminos son las que más daños han sufrido.
Quílez relata que junto a la lluvia también cayó piedra de gran tamaño que ha causado algunos desperfectos, aunque no con la fuerza en la que lo ha hecho en localidades vecinas, como San Clemente Y, afortunadamente no ha afectado mucho al campo, como tampoco la riada. De hecho, el primer edil apunta que esta mañana se han podido retomar con normalidad las tareas de vendimia y recolección de cebolla.
Algunos sótanos y viviendas de la parte baja del municipio se han inundado y ha sido necesario el achique de agua por parte de los bomberos pero, en general, Quílez destaca que a excepción de las calles, los daños no han sido demasiado significativos. Eso sí, el paso de la riada ha dejado el pueblo lleno de barro y piedras que está ocupando con intensidad a los operarios municipales en su limpieza.
Esta es la tercera inundación que La Alberca de Záncara a sufrido este mes a consecuencia de una depresión aisladas en niveles altos de la atmósfera (DANA).
