Rus-Valdelobos y Altomira se equiparan al acuífero 23 en restricciones

El Boletín Oficial del Estado ha publicado la resolución de la Presidencia de la Confederación Hidrográfica del Guadiana por la que se somete a información pública el documento técnico y declaración de las masas de agua subterráneas Campo de Montiel, Consuegra-Villacañas, Lillo-Quintanar, Mancha Occidental II, Rus Valdelobos y Sierra de Altomira en riesgo de no alcanzar los objetivos de buen estado cuantitativo y químico, lo que viene a ser prácticamente una declaración de sobreexplotación puesto que a partir de ese momento estarán sometidas a un plan de explotación similar al de sus vecinos sobreexplotados, en el que reduce a más de la mitad la concesión de agua por hectárea.
En el caso de las masas de agua que transcurren por la provincia de Cuenca: Rus-Valdelobos y Altomira, afectadas ya por la ampliación del perímetro de explotación del 23, la lucha es demostrar que son excedentarias y, por tanto, la consideración de los usuarios es que no tienen que estar sometidas a las restricciones de acuíferos como el 23 y el 24.
Ante la declaración de masas de agua subterráneas en riesgo, la CHG abre un periodo de “observaciones y sugerencias” hasta el 3 de julio. Un trámite “que no servirá de nada, ni siquiera son alegaciones, eso no es nada y se aprobará tal y como está previsto”, señala Francisco López Collado, aspirante a presidir la futura Comunidad General de Usuarios de Rus-Valdelobos, cuyos trámites de constitución ya han comenzado a prepararse. Lo intentaron hace seis años “ y no nos dejaron”, ahora con el cambio del sistema de gestión de las Unidades Hidrogeológicas a Masas de agua, están obligados por ley y López Collado ya ha mostrado su intención de presentar candidatura a la Presidencia.
Según la nueva normativa cada masa deberá estar gestionada por una única comunidad de usuarios. En el caso de Altomira (acuífero 19) solo hay una; tendrán que hacer cambio de estatutos y conllevará la pérdida de regantes que pasarán a masas como la de Rus-Valdelobos, Lillo-Quintanar, Obispalía o Consuegra-Villacañas, pero apenas supondrá cambios en su estructura.
En Rus-Valdelobos, situada sobre los acuíferos 18, 19, 23 y 24, los regantes han estado integrados en las comunidades de estos; ahora, con la exigencia de una comunidad por masa, las 21 comunidades del acuífero 23 se quedarán en tres: Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus-Valdelobos, por lo que una vez resuelta la declaración de las masas de la Demarcación Hidrográfica del Guadiana, se tendrá un plazo de seis meses para constituir las comunidades de usuarios, según se recoge en la modificación de la Ley de Aguas de 11/2012, de 19 de diciembre.
A partir de ese momento, Rus-Valdelobos tendrá el plazo de un año para presentar documentos de resolución con los que se intentará revertir la declaración de mal estado. “Esta zona no está sobreexplotada en absoluto pero se sigue con la dinámica de no dejarnos usar nuestros recursos y cuando más agua hay, sencillamente por cumplir un trámite administrativo, declaran que la masa no cumple”, apostilla López Collado.
Rus-Valdelobos abarca 18 municipios – 15 de la Mancha conquense, y tres de Albacete (donde se encuentra la mayor superficie de riego)– y la diferencia con otras masas de la demarcación del Guadiana es que sus aguas subterráneas vierten al Júcar, por tanto “no afectan para nada a las Tablas de Daimiel, sino a la Mancha Oriental y si en Albacete se riega por qué no lo va a hacer Rus-Valdelobos si el único recurso que se utiliza son sus aguas subterráneas”.
Collado destaca que tras 20 años de lucha, por fin, el Plan Hidrológico del Guadiana reconoce que los recursos subterráneos de Rus-Valdelobos vierten en el Júcar, de hecho “ nuestras aguas ya no las administra el Guadiana, la cantidad de agua a utilizar ya no la fija la CHG, lo hace el Ministerio en Madrid porque afecta a dos confederaciones, esa es la diferencia con todas las demás masas de agua”, añade Collado, quien destaca que en este conflicto no entra la Confederación Hidrográfica del Júcar “porque le interesa seguir beneficiándose”.
A su juicio, lo lógico es que el régimen de extracciones que se haga para Rus-Valdelobos esté consensuado con las confederaciones del Júcar y Guadiana. Esto cambiaría mucho la situación actual, puesto que las restricciones que se aplican en el Júcar osicilan entre un 5-10 %, porcentaje que se aleja mucho del 60-70% del Guadiana.
Los usuarios de Rus-Valdelobos van a luchar con todas sus fuerzas para conseguir que se dote a la zona con los recursos que necesita y que, aseguran, tiene la masa de agua. De hecho según los propios datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana las aguas subterráneas de Rus-Valdelobos vierten anualmente al Júcar 61 hectómetros cúbicos, que sumados a los 24 que se utilizan, hacen un total de 85 hectómetros cúbicos, cantidad que “repartida entre las 18.000 hectáreas que dice la CHG que abarca la superficie de nuestra masa de agua, supondría que cada hectárea tendría 5.000 metros cúbicos, no los 2.000 que dicen ellos”, concluye López Collado.
ALTOMIRA CONTESTA A LA DECLARACIÓN DE RIESGO CON SU PLAN DE GESTIÓN
Desde la Comunidad de Usuarios de la Sierra de Altomira formularán observaciones a la declaración de masas de agua en riesgo de no alcanzar un buen estado cuantitativo y/o químico, que dando cumplimiento a la propuesta del nuevo Plan Hidrológico, establece la Confederación Hidrográfica del Guadiana, y lo hará mediante la exposición de su plan de gestión y de los estudios que desde hace tres años están realizando a través del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Así lo ha puesto de manifiesto el presidente de los comuneros del acuífero 19 de la Sierra de Altomira, Rafael Rodrigo, quien destaca que las sugerencias que se presentarán al documento técnico y la declaración de riesgo están orientadas “a que se adapte la situación a las necesidades que tenemos”.
Desde su constitución en 2010, la constante de la Comunidad de Usuarios de Aguas Subterráneas de la Sierra de Altomira ha sido la defensa de un acuífero que no está sobreexplotado. Que se declare en riesgo, es cuestión de balance como masa cedente.
“Una vez que se supera el 80 por ciento de la recarga estás en riesgo y como somos un acuífero que tenemos que ceder al 23, a Rus- Valdelobos, a Lillo-Quitanar, y Consuegra-Villacañas es decir, le damos a todo el mundo, pues te hacen el balance y rápidamente superas ese 80 por ciento. Otra cuestión es el plan de gestión, con el que no se nos puede comparar en ningún momento con esos otros acuíferos”.
Entre otras cosas, Rafael Rodrigo destaca que la zona de influencia del 19 la sobreexplotación es mínima, “no llega al uno cuando en los otros el balance llega al tres, es decir, por cada hectómetro cúbico de extracción que se concede solo se recarga con cuatro y ahí la sobreexplotación si es grave, pero nosotros por cada hectómetro cúbico que recargamos tenemos concesiones para ese hectómetro”. Por todo ello, en la comunidad de usuarios de la Sierra de Altomira consideran que tienen que tener un tratamiento distinto. El objetivo es consolidar los regadíos existentes en el acuífero 19, el trabajo que se ha venido desarrollando en este sentido hasta el momento ha sido muy intenso y Rafael Rodrigo se muestra optimista en que se pueda conseguir.
Desde que inició su andadura se ha venido trabajando con fuerza en la elaboración de un censo de pozos y en demostrar que se cuenta con recursos suficientes como para cubrir las necesidades de riego de los agricultores sin bajar los niveles piezométricos de los pozos.
En la masa de agua de la Sierra de Altomira las autorizaciones son de pozos de 7.000 metros cúbicos, una cantidad que no alcanza a cubrir las necesidades de una zona en el que los cultivos sociales tienen una gran importancia, por tanto para mantener la economía y la población es necesario contar con lo recursos hídricos necesarios, ese es el camino que les llevó a agruparse en comunidad y que confían en poder conseguir con el plan de gestión que han elaborado.
LA DECLARACIÓN DE RIESTO SERÁ "EL PUNTO Y FINAL" PARA LOS POZOS DE 7.000 METROS CÚBICOS
Con el cambio de sistema de gestión a masas de agua hay zonas que hoy pertenecen a la Sierra de Altomira y que pasarán a formar parte de otras masas de agua. Con este cambio, la comunidad del 19 perderá pozos y aún siendo de leñosos, con concesiones máximas de 7.000 metros cúbicos, no podrá recuperarlos. “Es una situación de punto y final”, apostillaba el presidente de la Comunidad de Usuarios Rafael Rodrigo. Pero además, desde UPA temen que las concesiones se reduzcan hasta los 2.000 metros cúbicos. “Hay muchos agricultores que solo tienen concesiones de 3.000 metros cúbicos, una cantidad irrisoria que tememos que se vaya a quedar en 2.000 m. cúbicos, una verdadera tropelía hacia esta zona” Así lo ha puesto de manifiesto el secretario provincial, Francisco Javier Moya, quien lamenta que “se castigue” de esta forma a la agricultura.
Plan de modernización
Además, Moya critica los cambios aplicados en el Plan de Modernización del regadío anunciado por la consejera de Agricultura puesto que se exige una concesión mínima que deja fuera a muchos agricultores del 19. “Como mínimo piden una concesión de 2.000 metros cúbicos, en la parte conquense de Altomira la mayor parte son pozos de 7.000 m3 y las concesiones son ridículas con 1.000 y 1.700 metros cúbicos por hectárea, con eso no nos podemos acoger a la modernización. En el último plan no exigían cantidad de concesión porque entendían que un agricultor con 7.000 metros cúbicos para regar 7 hectáreas es el que más necesita optimizar los recurso, ahora no. Otra más de las insensibilidades que tiene el PP y en este caso mayoritariamente con la provincia de Cuenca. Yo me pregunto qué le hemos hecho para que nos odien tanto”.