Es noticia en Cuenca: Protección Civil AVE ESAD Abierta Educación Semana Europea Contra el Cáncer Cruz Roja Cuenca Campo de fútbol

Nuevo vial

Esta semana Cuenca recibía la buena noticia de que el Gobierno de Consejo de Ministros ha aprobado la inversión de 15,2 millones de euros para financiar al cien por cien las obras del vial que conectará la capital con la Estación “Fernando Zóbel”. Un proyecto muy esperado y aplaudido, en su mayoría, porque como todo lo relacionado con el Plan XCuenca no ha estado exento de críticas, como es el caso del Partido Popular, desde donde se ha vuelto a demostrar que cualquier iniciativa procedente del Gobierno de la nación o nace viciada, o es insuficiente o no responde a las expectativas de los conquenses. En el caso del vial, la presidenta del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Cuenca, Beatriz Jiménez  reconoce que es necesaria su construcción, pero ha afirmado que la inversión inicial de 20 millones de euros se ha rebajado y refleja la escasa ambición que a su entender demuestra el Plan X Cuenca, como si un ahorro en una obra diera al traste con toda la cartera de proyectos previstos. No obstante, habrá que agradecer que la dirigente popular haya esbozado una mínima opinión positiva en un discurso habitualmente hipercrítico con la labor de sus adversarios políticos.

A nadie se le escapa que el Plan X Cuenca no va a ser la solución definitiva a los problemas que arrastra una provincia como la nuestra. Pero tampoco hay olvidar que está implantando una nueva manera de desplazarse por el territorio sin la servidumbre de un ferrocarril convencional claramente deficitario que poco a poco estaba condenado a la obsolescencia. Los actuales servicios AVANT están demostrando que se puede viajar de forma cómoda y que cada vez son más los usuarios de esta modalidad que prima lo que se conoce como transporte a demanda. Además, esta nueva planificación está generando sinergias más que interesantes. Las lanzaderas hasta la estación del AVE están ya funcionando y cada día incrementan sus viajeros; cuando esté terminado el vial proyectado ofrecerán un servicio todavía más dedicado a aumentar el confort y la puntualidad de los viajeros.

   Por otra parte, la desaparición del tren convencional hasta la fecha no ha reflejado las visiones apocalípticas desvertebradoras de sus detractores y ha generado nuevas expectativas en algunas áreas de la provincia, que sustituirán los actuales terrenos baldíos que ocupan las vías en desuso por infraestructuras y servicios imposibles de implementar mientras los viejos convoyes estaban funcionando. En la capital ya se trabaja en la creación de espacios de aparcamiento y otros equipamientos urbanos, algo que ya comienza a esbozarse en localidades como Tarancón y Carboneras de Guadazaón. Lo que hasta ahora eran terrenos de exclusivo uso ferroviario ahora se perfilan como espacios que pueden ser muy útiles para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Los alcaldes de los municipios afectados por la desaparición del tren convencional harían bien en abandonar sus posiciones contrarias a lo que ya parece ser un hecho consumado y deberían sumarse a explotar las posibilidades que ofrece la nueva situación creada, que son muchas. Ellos mejor que nadie conocen las necesidades reales de sus pueblos; ellos mejor que nadie están en disposición de proponer soluciones, algo que va implícito en el cargo.