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MAMOCU

Puro fervor por la MAMOCU

La carrera de montaña conquense ha agotado las inscripciones en sus tres modalidades pese a ampliar cupos y contar con recorridos más exigentes
Puro fervor por la MAMOCU
Salida de la MAMOCU en su XVI edición. Foto: Jesús Vegas / MAMOCU
28/01/2019 - M.Gómez

Pese a que aún faltan dos meses para su celebración, la Maratón de Montaña de Cuenca, o MAMOCU, como se conoce popularmente, está a punto de colgar el cartel de ‘lleno’ en sus tres categorías. La XVII edición de esta creciente prueba montañosa se presenta como la más exigente hasta la fecha. Lejos de asustar a sus futuros competidores, no hay hecho sino atraerlos en masa.

Desde la organización conjunta de la prueba, realizada por el Club Atletismo Cuenca y el Club Dolomía, están desbordados. Pese a que se amplió el cupo de participación de las 600 plazas iniciales hasta las 950, en menos de una semana, las tres pruebas (10K, 22K y 43K) han vuelto a agotar los dorsales disponibles. “Es la edición en la que más rápido se han vendido los dorsales, ni siquiera se ha llegado a la fecha de cambio de precio”, señala Rodrigo Albaladejo, presidente del Club Atletismo Cuenca.

El motivo no es otro que el gran atractivo que guarda la carrera que se modifica y mejora edición tras edición para agradar a la vez que poner a prueba a cada uno de sus participantes. Así, Albaladejo señala que los cambios en el recorrido que se presentan para esta edición (en la que por ejemplo presenta hasta un 16% de nuevo recorrido y una variación en el itinerario de la maratón de hasta un 40% de los tramos) están ideados por Edu Palomares, presidente de la Asociación de Montaña Dolomía. “El año pasado, varios corredores nos señalaron que había alguna zona en la que se perdía el camino, cosas como esta se han arreglado para la carrera de este año que, a pesar de todo, se prevé mucho más dura”, añade.

Sobre esta exigencia, desde la organización recomiendan pruebas preliminares de salud que aseguren el óptimo estado del corredor. Un reconocimiento médico o pruebas de esfuerzo son ideales para hacer un rodaje que asegure que el cuerpo está preparado para la competición, como indica el presidente del Club Atletismo Cuenca “la carrera de 10 kilómetros es un escaparate, sin embargo, la 22K y la maratón son pruebas de una exigencia muy considerable. Hay que tener en cuenta que si estas distancias son duras de por sí, en montaña ese esfuerzo crece exponencialmente”.

ATRACTIVO EXTERIOR

Otro de los datos que llama la atención sobre la MAMOCU es el porcentaje de corredores procedentes de otras regiones y comunidades. Desde la organización señalan que, por el momento, en torno un 45% de los corredores son de Cuenca, mientras que el resto llegan de comunidades vecinas como Valencia o Madrid y otras localidades de Castilla-La Mancha, albergando en total corredores de hasta 18 provincias diferentes.

“Estoy seguro de que si volvieramos a abrir inscripciones, seguiríamos agotando dorsales, pero tampoco queremos perder calidad en la prueba por masificación”, asegura Albaladejo ante una nueva edición de la MAMOCU que quedará para el recuerdo incluso antes de su comienzo.

Un reto difícil pero con enorme atractivo a la vista

No son pocos los que ya se están entrenando para afrontar la carrera montañosa conquense con el objetivo de cumplir con la tradición, hacerlo en compañía o tachar alguno de los propósitos escritos a principios de año. Desde que se anunciara el recorrido, ya ha habido valientes que han inspeccionado el terreno.

David Moral, corredor y preparador físico, nos advierte que “sin duda, el trazado con el que habrá que tener más cuidado es el de 22K”, dado que es la carrera más dura en proporción de longitud y desnivel positivo. Además, la gente puede confiarse por el hecho de haber corrido esta distancia en alguna ocasión anterior, pero en esta edición no será así, este año exigirá más al corredor”, añade este técnico especializado en el entrenamiento de corredores de montaña.

Moral destaca que esta prueba media tiene en su tramo final, tras la bajada de la Ermita de San Julián, un reto con las dos últimas cuestas que “pondrán a cada uno en su sitio”. Para esta edición, el cambio de recorrido es otro de los añadidos ya que vuelve a los orígenes de antiguos trazados con alguna modificación.

“Para mí, la vuelta por la senda de las Cuevas de la Zarza es uno de los puntos más espectaculares por las impresionantes vistas, los que no son de Cuenca quedarán totalmente impactados”, indica este corredor, que asegura que el hecho de contar con este tipo de pruebas de media y larga distancia y que se alejen de la ciudad en más de dos o tres kilómetros es lo que da muestra del gran aliciente que supone no sólo para los conquenses, sino fuera de la provincia.

En cuanto a la prueba reina, Moral destaca que “aunque tenga más desnivel que el año pasado, consta con más partes para correr que en la edición anterior, pero aquí es otro ritmo, con más protagonismo para la estrategia y la planificación de la carrera”, puntualiza.

Puro fervor por la MAMOCU