El conquense Luis Hernández ha pasado en tan solo unos años de promesa del pádel a auténtica figura. Tras competir en Dubái, el joven encara la recta final de la temporada con ganas de ponerle el broche a un 2025 de mucho aprendizaje.
Ante la pareja 5 del mundo cayó el conquense, junto a Enrique Goenaga, en su último compromiso: el Dubai Premier Padel P1. “Fue un partido muy difícil y personalmente estamos contentos, pero un poco dolidos porque era una oportunidad buena. Cuando eres capaz de jugar tan bien contra estas parejas y pierdes por tres bolas…”, lamenta Hernández con una mezcla de satisfacción y frustración propia de quien roza una gesta.
El conquense reconoce que el 2025 ha sido un año de altibajos. “Comparado con el anterior, ha habido más irregularidad. No diría que ha sido un mal año: el nivel ha estado, pero los resultados no siempre lo reflejaron. En Kuwait sí mostramos un buen nivel, y además era el torneo más importante del año”, señala el joven.
Una lesión que arrastró desde abril hasta verano contribuyó a esa irregularidad, condicionando su rendimiento y preparación. “No podía entrenar regularmente. Competía con dolor, con molestias… pero he salido de esa fase mala”, traslada el joven, que vivía en Kuwait su mejor momento de la temporada durante el Mundial por parejas. Lo disputó además en la Rafa Nadal Academy, destacando las grandes instalaciones que suponen. Allí vencieron a la pareja 10 del mundo, si bien caerían posteriormente frente a Ale Galán y Fede Chingotto. “La pareja número dos, que está ganando todo”, resalta.
VALORANDO EL PROCESO
Más allá de los resultados, Hernández ha aprendido a valorar su evolución con el paso de los años. En 2022, era noticia que alcanzase el cuadro final del Challenger WPT en Getafe. Hoy en día, compite alrededor de todo el globo frente a los mejores jugadores del mundo. “A veces no nos damos cuenta. Si me lo hubieras dicho hace dos años, no sé si habría creído que estaría donde estoy ahora, y viviendo de esto. Hay que pararse a pensar y sentirse orgulloso, aunque siempre con ganas de más. Tengo tiempo y ganas de seguir demostrando que puedo estar ahí”, traslada.
Siempre ha sostenido que en este deporte la mentalidad es clave, y su crecimiento deportivo durante estos años ha ido acompañado también con un mejor entendimiento de uno mismo y también de la competición. “Ahora lidio con expectativas que antes no tenía. Quiero ganar, pasar rondas, y eso te puede frustrar. En Egipto tuvimos torneos malos, muchas horas de viaje, malas sensaciones… hasta que nos sentamos, analizamos lo que no estábamos haciendo bien y trabajamos la parte mental. Parecen tópicos, pero eso se trabaja. Te mentalizas de que tienes que ir a muerte a jugar y estar activo”, señala el joven, bromeando también con la otra cara de la moneda. “Aunque luego a veces vas sin pensarlo mucho y es cuando mejor juegas”, reconoce entre risas.
Con el FIP Platinum de México y el último Major del año aún por disputar, Hernández se muestra motivado y esperanzado tras el buen nivel ofrecido en Dubái y Kuwait. “Ahora quiero mucho más, creo que el año que viene puede ser muy bueno”, resalta el joven.
Hernández afronta así el cierre de temporada con una certeza reforzada: ya no compite para entrar entre los mejores, sino que ya forma parte de ellos. Así lo pone de manifiesto su continuado crecimiento y sus victorias ante parejas de gran nivel que le sitúan, a todas luces, en la élite del pádel profesional. A partir de aquí, su reto ya no es demostrar que puede llegar, sino confirmar que puede quedarse. Y, por cómo ha terminado el año, todo indica que Luis Hernández está preparado para hacerlo.
