Francisco Javier Mora y su pasión por el billar

“Un deporte que, cuando aprendes en qué consiste y sabes jugar, es bonito y espectacular”. Así define Francisco Javier Mora Jiménez su gran pasión: el billar. Y es que, lejos de los focos que acaparan los deportes mediáticos como el fútbol, el baloncesto, el balonmano o, la natación, entre otros, este conquense de 58 años, Guardia Civil ya en la reserva, se encarga en Cuenca de fomentar una disciplina deportiva que ama y que confiesa, “lo ha sido todo en cuestión deportiva para mí. No lo cambiaría por nada y lo seguiré practicando mientras pueda”.
Y lo hace en dos vertientes, compitiendo con el Club Casas Colgadas en competición regional y nacional en la modalidad de Billar a Tres Bandas, pero también enseñando a niños y mayores en la Escuela Municipal de Billar desde el polideportivo San Fernando. En cuanto al club, llevan veinte años recorriendo Castilla-La Mancha y España con la idea, dice, “que este deporte se haga más popular en Cuenca e intentando llevar el nombre de la ciudad y el de las Casas Colgadas por toda España”. Y luego, recuerda, “la Escuela Municipal de Billar lleva desde 2001 y hemos tenido muchos chicos, algunos han despuntado, uno se quedó campeón de España infantil de billar libre, otros ha habido subcampeones de España en categorías cadetes infantiles de libres y tres bandas, pero luego cuando se van a estudiar fuera les acabas perdiendo de vista. Actualmente tenemos 11 chicos que vienen con ganas e ilusión y, los que en julio están preparados, los llevo a los nacionales”.
Eso sí, además de esta vertiente competitiva, Mora incide en los valores y la labor social de esta escuela, no solo para pequeños, sino para mayores, “en la Escuela Municipal no se trata solo de enseñarles a jugar y competir, porque tan importante es el buen comportamiento en la mesa de juego, la deportividad que hay jugando, el buen trato al material, etc. Además, también viene gente que se apunta cuando ya se ha jubilado, que quiere recordar porque dejó de jugar hace mucho tiempo y, luego, vienen personas que no han jugado nunca y que quieren aprender y aquí se les enseña. También tenemos cuatro o cinco mujeres que se han animado”.
Y es que, como afirma, el billar, cuando se conoce, engancha. “este deporte puede resultar aburrido para el que no sabe jugar o para el que no lo entiende, pero el que juega, sí disfruta. Nosotros jugamos a tres bandas y, la gente, cuando entiende lo que es el juego, se va aficionando. Engancha viendo jugar y practicando, conociendo cómo hay que jugar, en qué consiste el juego, practicándolo con alguien que sepa y que te vaya enseñando, porque así progresas”, asegura.
Precisamente, enseñarles a descubrir este deporte es lo que ofrece Francisco Javier desde el Club Casas Colgadas, actualmente con unos 35 socios jugando y como monitor en la Escuela Municipal. Él, que recuerda su época de estudiante yendo a mirar más que a jugar en los Billares España de Cuenca, anima a los conquenses a probar. “Que vengan, nosotros le enseñamos y estamos convencidos que les gustará”, termina.