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Cuenca Festival

Rocío, Bronquio y el cielo

Una versión más íntima y más intensa de 'Tercer Cielo' sirve para clausurar, en otra velada inolvidable de Estival Cuenca, el escenario del Parador
Fotos: Estival Cuenca/ José An. Montero
08/07/2023 - José An. Montero

Poco queda por decir del 'Tercer Cielo' de Rocío Márquez y Bronquio, el espectáculo escénico del año. Aunque ayer la versión que se presentó en el escenario Solán de Cabras del Parador de Cuenca es escenográficamente distinta de la que presentan en teatros y escenarios de mayores dimensiones, esta versión minimalista de Estival Cuenca permitió saborear nuevos matices.

Tras el concierto de Zas!!Candil Folk que abrió la velada, con un directo cada vez más contundente y cada vez más bailado, basado en un repertorio que ya forma parte de la identidad conquense, que finalizó con los de Javi Collado cantando una coplillas a pelo entre las primeras filas del público, llegó uno de los momentos estelares de esta edición de Estival Cuenca. 

Arrancó la voz de Rocío con 'Paraíso', entrelaza las palabras de Carmen Camacho, Macky Chuca o Miguel de Unamuno, con las suyas. "Si me levantas el pelo, verás mi frente marcá, por la navaja del tiempo que ha ido abriendo en mi pecho..." mientras, de espaldas al público, anónimamente, mira la hoz del Río Huécar con el skyline de la ciudad de Cuenca al fondo. Si aún atardecía cuando Rocío miraba al puente de hierro, en un efecto de luces prodigioso, el sol pareció irse apagando a cada escalón que subía al escenario, presentándose frente al público en noche cerrada, para clavar su voz "en el pecho, como los míos amores".

Rocío vestida de negro y voz. Íntima y profunda. Esta versión, al prescindir por necesidad de la escenografía de Roberto Martínez y del diseño de luces de Benito Jiménez de su versión, engrandece la voz y destila los sentimientos hasta límites insospechados. Lorca, García Montero, San Agustín o San Juan de la Cruz se convierten en torrentes de las mismas venas. "A los que aman y corren en el centro de mi sombra, hallen la llama y el fuego. Ya de noche no es noche. Yo volando voy de vuelo". 

San Agustín, Carmen Camacho, la voz de Rocío Márquez y la electrónica de Bronquio. "Al tercer cielo se sube por inmersión", dijo la poeta sin haber imaginado cómo sonarían sus versos sobre la hoz profunda. Ni seguiriyas, ni aguilandos, ni tangos, ni bulerías. No hubo canciones sino un fluir continuo, sólo música entrelazándose alrededor del alma humana. 

'Tercer Cielo' consigue el prodigio de que los flamencos no extrañen los sonidos electrónicos con aromas punk de Bronquio. Tampoco que un habitual del Sonar o del Animal Sound sienta un escalofrío ante una bulería. Pues si de algo puede presumir la propuesta de Rocío Márquez y Santiago Gonzalo es que trasciende la limitación de los géneros para convertirse en pieza de arte en la que cada espectador tiene un punto de apoyo sobre el que sentirse seguro y dejarse llevar. Qué grande es la libertad.

"Y aquél que se va, va diciendo en el silencio, qué grande es la libertad". Estos últimos versos que grabó Antonio Mairena sirvieron para cerrar la noche, desenchufar, volver al escenario y que la voz de Rocío, sin más, sea el eco de este deseo colectivo. "Qué grande es la libertad". Así sea.