Una nueva investigación bucea en la figura de Gregorio Catalán
Juan Fuentes López ha escuchado hablar desde que era pequeño de Gregorio Catalán Valero, un soldado de su localidad natal, el municipio conquense de Osa de la Vega, que formó parte de los conocidos como últimos de Filipinas durante el asedio a la iglesia de Baler en 1898. Su interés por los hechos acontecidos en su pueblo le ha animado ahora a iniciar una investigación sobre la figura de este joven que murió de tuberculosis dos años después de volver de la contienda.
La investigación se va a materializar en el libro Los últimos de Filipinas. Sitio y defensa de Baler, que Fuentes López espera que vea la luz en el año 2025, después de terminar su serie de trabajos sobre El Crimen de Cuenca. Recuperando la historia, en el que analiza la desaparición de José María Grimaldos en 1910 también en la localidad de Osa de la Vega.
Su intención es darle forma de dossier periodístico, con el mismo tipo de investigación y estructura que está usando para la obra sobre el mal llamado “crimen de Cuenca”. Hasta el momento, el conquense -que está jubilado y reside en la actualidad en Málaga- ya ha buceado en 54 periódicos, tanto de la época como posteriores, y en 11 libros que abordan aquel episodio con el fin de perfilar la figura de Gregorio Catalán Valero, que cuenta con una calle y una placa en Osa de la Vega, que también le nombró Hijo Predilecto. De la misma forma, una céntrica vía de Cuenca capital lleva el nombre de este soldado conquense.
Un soldado conquense que nació en 1877 en el seno de una familia humilde en Osa de la Vega, donde pasó su infancia asistiendo a la escuela de manera irregular. A la hora de incorporarse al servicio militar, fue destinado al Regimiento de la Constitución, en Pamplona, recalando después en el conflicto de Filipinas. “En aquella época, los que no tenían dinero acababan en las colonias”, cuenta Fuentes López.
El soldado se encerró junto a otras 59 personas el 1 de julio de 1898 en la iglesia de Baler, donde permanecieron hasta el 2 de junio de 1899, sumando un total de 337 días confinados, a pesar de que la contienda ya había terminado, y en los que no faltaron las penalidades y pasaron hambre.
Fuentes López explica que de las 60 personas que se encerraron inicialmente -57 militares y tres religiosos-, 19 fallecieron durante ese casi año de confinamiento y seis desertaron, sobreviviendo 35, entre ellos el joven Gregorio Catalán, quien moriría en septiembre de 1901 “en la mayor miseria y fue enterrado sin ataúd”, cuenta.
La intención del investigador – que ha trabajado en Correos y en los últimos años en la Subdelegación del Gobierno– es contactar con descendientes de las personas que permanecieron encerrados en la iglesia de Baler, originarios de más de cincuenta ciudades de todo el país. Asimismo, también tiene previsto contactar con el Consulado de Filipinas en Málaga. Su objetivo es rendir un homenaje a su paisano y a los últimos de Filipinas que, según cuenta, no recibieron cuando regresaron a España después de aquella odisea.
Nuevos volúmenes de ‘El crimen de Cuenca’De forma paralela a la investigación sobre la figura de Gregorio Catalán Valero, Juan Fuentes López continúa con su proyecto El crimen de Cuenca. Recuperando la historia, una serie de libros sobre la desaparición de José María Grimaldos en 1910 en Osa de la Vega y el tratamiento posterior que se le dio al suceso como un asesinato que nunca ocurrió.
El volumen nueve, que se centra únicamente en fotografías sobre este hecho, estará listo en un par de meses. Fuentes detalla que este trabajo está pensado como complemento al número ocho –que se publicó junto al siete en febrero de 2022 y que incluye cronología y resúmenes–, para que se lean ambos de forma simultánea con el fin de que las imágenes de uno enriquezcan la información facilitada por el texto del otro.
Y quedarían pendientes los volúmenes diez y once, que Fuentes espera que sean editados en 2024, para finalizar esta serie que comenzó en 2016 como una investigación sobre el Caso Grimaldos sin muchas pretensiones por aquel entonces aunque el proyecto fue creciendo dado el sinfín de información que encontró sobre el Caso Grimaldos.
El volumen diez se centrará en Luis Esteso y el “crimen de Cuenca” mientras que el once hablará sobre los crímenes de Albalate de Nogueras, que algunos vincularon con el suceso de Osa de la Vega pero que no tuvieron nada que ver.
