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La Fuga 2 (de Aframas), al final de la escapada

Sobre el escenario un nuevo juego de escapismo, el mismo que cotidianamente ejercemos para poder respirar, y que en esta ocasión tiene su epicentro en la comisaría de Cuenca
Fotos: Alex Basha
05/07/2019 - José An. Montero

Estos días conocemos noticias que nos hablan de niños y niñas declarados culpables de ser ellos mismos y expulsados de campamentos de verano como condena. Una condena que sufren a diario las personas con discapacidad intelectual y a la que le vuelve a poner cara el actor Vicente Enguídanos que, a la manera de Jean-Paul Belmondo, recorre el mundo escondido tras una gorra buscando una tregua.

China, Mónaco, Alemania y Túnez son los destinos en los que tratará de buscar la paz que le niega una sociedad que ya lo ha marcado como culpable. Una marca y no una condena. Las condenas se cumplen, pero las marcas permanecen y hablan de nosotros aunque estemos callados.

Sobre el escenario un nuevo juego de escapismo, el mismo que cotidianamente ejercemos para poder respirar, y que en esta ocasión tiene su epicentro en la comisaría de Cuenca, donde el comisario anda siempre dispuesto a enviar unidades a cualquier lugar del mundo a buscar al fugado. Soluciones mágicas a problemas complejos. La realidad se nos cuela demasiadas veces en nuestras ficciones. Aunque en esta ocasión ponen el contrapunto de humor, en la realidad no suelen tener tanta gracia estas soluciones de barra de bar.

Un revisor que nos convierte a todos en pasajeros de este tren y unos policías que nos interpelan directamente mientras los focos nos iluminan con movimientos nerviosos e incontrolados. Conseguimos sentir la angustia de la huida y disfrutamos de las pequeñas victorias. Una huida en la que cargamos con grandes mochilas y en la que no siempre encontramos el brazo amigo que la autoras colocan en los momentos oportunos para darnos un respiro en este viaje sin fin.

En esta representación hay mucha gente que toma partido. Desde el propio Auditorio de Cuenca y Estival que toman partido programando de nuevo esta obra necesaria. Las actrices colaboradoras Ana Morcillo y Esperanza Parra, que vuelven a tomar partido. Las chicas y chicos de Alegría y Javier y los del Gimnasio Lao Jia. Sergio Bascuñana que ha compuesto la música. Todos tomamos partido cada día. Los autores Sonia Fernández, María Álvarez, Juan Carlos Álvaro y Cristina Muñoz toman partido. Los actores Vicente Enguídanos, José Garrido, Manuel Mora, Francisco Ayala, Antonio Sereno, José Ramón Martínez, Andrés Hernán y Ángel Villadas toman partido cada día, quieran o no quieran porque la sociedad les obliga a tomarlo. En esta obra sigue sin haber público, todos participamos. Somos parte de la escena y hemos de tomar partido. Siempre hay que tomar partido.

El teatro es mágico. No hay nadie que pueda dudar de esa afirmación. El escenario y los focos nos transforman y nos meten en la piel de aquellos que no somos. La magia del teatro que, como cada año, vuelve a hacer realidad esta maravillos aventura que inició en 2012 la compañía teatral Te-harto a reír. Actores que fuera del escenario etiquetamos como personas con discapacidad intelectual, pero que sobre las tablas son simplemente artistas. En el teatro estaba la paz, era el final de la escapada.