Es noticia en Cultura: Fotografía Actuamos en Patrimonio 2025 Archivo Histórico Provincial Estival Cuenca Viajes
Fotografía

De las aulas de Periodismo de Cuenca al World Press Photo

El fotoperiodista Samuel Nacar relata a través de sus fotografías premiadas la situación de los presos en la prisión de Sednaya, un símbolo del exterminio del régimen de Al Asad
De las aulas de Periodismo de Cuenca al World Press Photo
Foto: cedida
12/06/2025 - Eduardo M. Crespo

Su nombre es Mohamed Khaled y es uno de los supervivientes de la prisión siria de Sednaya, símbolo del terror y la tortura del régimen de Bashar Al Asad durante décadas. La imagen que encabeza esta crónica fue captada por el fotoperiodista Samuel Nacar y forma parte de un reportaje de diez fotografías premiadas con un World Press Photo 2025. Antes de la caída del régimen, “las condiciones de maltrato y penuria que se vivían ahí dentro eran muy salvajes y teníamos que contarlo”.

“En una de las celdas estuvo Mohamed Khaled, tenía 29 años, su cuerpo estaba repleto de golpes y había envejecido muchísimo. No tenía ilusión por vivir”, nos cuenta Samuel Nacar, fotoperiodista freelance nacido en Barcelona en 1992 y graduado en Periodismo por la Facultad de Comunicación de Cuenca, para quien entrar en Siria “se había convertido en una fijación”. Nacar pudo entrar en el país tras la caída del régimen, momento en el que entendió “que lo podían hacer seguros y sin correr riesgos” y con el objetivo de “verlo con mis propios ojos y contar lo que durante años me habían estado contado en las rutas migratorias”.

Experto en movimientos migratorios, Nacar explica cómo era la situación en Siria cuando llegó: “Yo quería contar el retorno de millones de sirios que habían marchado, pero rápidamente nos dimos cuenta de que estaba pasando una cosa mucho más seria, y es que en todos los espacios públicos había personas desaparecidas. Empezamos a ver que de una cárcel ultra represiva acababan de salir miles de personas… y teníamos que contarlo”.

En la prisión de Sednaya vivían hacinadas en cada celda entre diez y quince personas “la mayoría estaban enfermas y desnutridas”, y fuera de la prisión “vimos a muchos ciudadanos rebuscando entre los documentos para ver si sus familiares estaban dentro”. Una imagen que Samuel Nacar nos describe como “verdaderamente impactante”.

En ese contexto de terror, Nacar conoció la historia de Mohamed, pero también la de Hosni, Ayham… y la de tantos otros que habían logrado sobrevivir a ese matadero “donde la mitad de quienes ocupaban las celdas había fallecido”.

El reportaje de Samuel Nacar y de su compañero Agus Morales se publica en la revista 5W bajo el título ‘Las sombras ya tienen nombre’ y en él los supervivientes describen cómo el régimen sirio organizó el exterminio. “Yo me siento un privilegiado cada vez que cojo el avión de vuelta a España. El poso que pueden dejar esas imágenes y esas historias hacen que me de cuenta del privilegio que tenemos de vivir donde vivimos, en la democracia en la que vivimos. Vivir en Europa es un lujo y un privilegio”, reflexiona Samuel.

SUS AÑOS EN CUENCA “Vi en la fotografía un lenguaje común, una forma de comunicarme con todo el mundo a nivel internacional”

Aunque nació en Barcelona, Samuel Nacar se trasladó muy pronto a Albacete con su familia, ciudad donde nació su madre. Allí estudió el bachillerato y más tarde eligió Cuenca para estudiar la carrera de periodismo y graduarse en la primera promoción de la Facultad recién inaugurada: “Cuenca era el lugar perfecto porque podía desplazarme fácilmente desde Albacete sin dejar atrás a mi familia”.

“Tuvimos la suerte de ser la primera promoción y de alguna forma éramos los niños mimados de la Universidad. Recuerdo a una profesora, Vanesa, que era muy dura, pero que marcó el nivel de la carrera. Sin ser un buen estudiante, hubo un examen que todos suspendieron y que yo aprobé. Me enamoré de los textos de sociología que nos pasaba esta profesora y que eran maravillosos, porque contaban un mundo laboral del que yo quería formar parte y me sentí muy orgulloso de aprobar. Sentí que ese trabajo lo podía hacer bien”, recuerda Nacar.

Su primer trabajo como periodista independiente fue la cobertura de la crisis de refugiados de la isla de Lesbos en 2015 y desde entonces se ha especializado en la cobertura de las rutas migratorias en el Mediterráneo. Para el fotoperiodista Samuel Nacar, la fotografía es un idioma que todo el mundo puede leer: “Es un medio de expresión más. No soy un purista, ni mucho menos. Yo escribo, hago vídeos y si pudiera haría hasta radio. Pero sí es cierto que en Grecia vi que con la fotografía podía llegar a nivel internacional, es donde veo un potencial que me va a permitir comunicarme con todo el mundo. La fotografía es un lenguaje común que podemos tener todas las personas en este mundo”.

Hoy por hoy, Samuel Nacar desarrolla su actividad profesional en Barcelona, pero recuerda “lo bien que se vive en Cuenca y la gran calidad de vida que tiene la ciudad”. Uno de sus mejores recuerdos de estudiante en Cuenca, nuestra naturaleza: “Recuerdo muchísimo los espacios naturales o el ir a pasear junto al río. Aquí en Barcelona es mucho más complicado poder disfrutar de ese privilegio. Ese contacto con una naturaleza tan pura es una maravilla y creo que se valora poco”.