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Antonio Escamilla Cid, una vida dedicada a los libros

El bibliófilo montalbeño está especializado en temas conquenses y aglutina ejemplares modernos, antiguos, raros y curiosos que van del siglo XV al XXI
Antonio Escamilla Cid, una vida dedicada a los libros
12/10/2023 - Stipan Cupic

Aún quedan personas que son como buscadores de perlas, capaces de disfrutar con el solo hecho de encontrar y adquirir libros para formar su biblioteca, una de ellas es, sin duda, el bibliófilo conquense Antonio Escamilla Cid.

Un efecto de singular placer a la vista y al olfato es la sensación que produce la biblioteca de este montalbeño enamorado de los libros y a quien le gusta citar una frase del eminente bibliógrafo Francisco Vindel, hijo del librero conquense Pedro Vindel, que dice: El libro es el principal elemento del desarrollo de la cultura y de la civilización. Este bibliófilo conquense, entusiasta admirador de los libros, nos dice que los bibliófilos son románticos que van formando su propia biblioteca a su medida, a sus gustos, y en ella reflejan su personalidad. Las bibliotecas hablan y definen a sus dueños”. Y, por ello, a Antonio Escamilla Cid le gusta decir: “Mi biblioteca es la mejor de mis biografías posibles; mi alma está en sus libros, unos libros que solo son para los que saben amarlos. Amarlos con el corazón”.

 

AUTORES CONQUENSES

Su biblioteca está especializada en temas conquenses, formada por ejemplares modernos, antiguos, raros y curiosos impresos dentro y fuera de Cuenca, desde el siglo XVI al XXI, destacando los autores conquenses menos conocidos como: Benito Majón, Enrique de Villena, Alonso López de los Hinojosos, Mosén Diego de Valera, Baltasar Porreño, Eugenio Torralba, Melchor de Huélamo, Manuel Denche, Francisco Verdejo González, Aurora Medina de la Fuente, Pedro Vindel o el poeta Prudencio Giménez Uriel.

Así como por los heterodoxos conquenses (Constantito Ponce de la Fuente, Juan Díaz, Hnos Valdés, Antonio Enríquez…) y a los que Menéndez Pelayo en su obra “Los heterodoxos Españoles” les dedica, al hablar de estos conquenses, estas palabras: Tierra fecunda de herejes, iluminados, fanáticos y extravagantes, personajes de todo género, a la vez que de santos y sabios varones, fue siempre el obispado de Cuenca… Hay, a no dudarlo, algo de levantisco, innovador y resuelto en el genio y condición de aquella enérgica raza. 

Entre las antiguas imprentas en Cuenca capital destacan: Bartolomé de Selma, Miguel Serrano de Vargas, Salvador de Viader, Domingo de la Iglesia, Juan de Madrid, C. de León, José Gómez Madina (y sucesores) y Fco. Gómez (viuda e hijo). En Tarancón: Tipografía J.J. Albiñana, Gráficas Ramírez y Artes Gráficas Antonia; en San Clemente: Imprenta Gráficas Cruz. 

 

Tras múltiples donaciones su biblioteca aglutina 3.000 ejemplares, entre ellos una treintena de post-incunables de la primera mitad del siglo XVI, y una excelente colección de antiguos belenes y libros infantiles desplegables

 

ENCUADERNACIONES

La encuadernación artesanal de los libros de esta biblioteca está representada por encuadernaciones del siglo XVIII alemán, italiano y español (Antonio Sancha); pasta española y pasta valenciana, resaltando encuadernaciones de los tres  encuadernadores españoles más importantes del S. XX: Emilio Brugalla, José Galván y Antolín Palomino, y junto a todos ellos un par de libros encuadernados por el conquense Federico Alcalde, que hizo varios trabajos de encuadernación para Torner y Zóbel.

La biblioteca cuenta con más de 30 post-incunables (libros de la primera mitad del siglo XVI) y una excelente colección de antiguos belenes y cuentos infantiles tridimensionales. Sus fondos, tras varios expurgos y múltiples donaciones, se ha visto drásticamente reducido a casi un tercio de lo que era, contando en la actualidad con casi 3.000 ejemplares. 

Antonio Escamilla recuerda que son muchos los bibliógrafos y bibliófilos españoles que han trabajado en el silencio de las bibliotecas y se han dedicado a alimentarlas como muestra de su devoción a los libros y a la lectura, y entre ellos destaca a Nicolás Antonio, Benito Arias Montano, Antonio Rodríguez Moñino, Marcelino Menéndez Pelayo y a los conquenses: Baltasar Porreño, Juan Bautista de Valenzuela Velázquez, Lorenzo Hervás y Panduro y Fermín Caballero quienes con sus elogios y trabajos engrandecieron y resaltaron la importancia del libro.

 

DONACIONES

Varias son las exposiciones y donaciones que este bibliófilo y filántropo conquense ha realizado. Entre sus beneficiados se encuentran: la BNE, Casa Zavala (Cuenca), Casa Parada (Tarancón), biblioteca Mª Zambrano en Madrid, biblioteca Fermín Caballero de Cuenca, biblioteca del CEPLI y las bibliotecas municipales de Tarancón, Barajas de Melo, Horcajo de Santiago, Belinchón y Montalbo, pueblo este donde nació y cuya biblioteca municipal lleva su nombre.

 Para terminar, este bibliófilo conquense, nos recuerda una de las frases que más le gusta citar, la frase que Dostoievski, exiliado en Siberia, escribió a su familia: “Enviadme libros, libros, muchos libros, para que mi alma no muera”.