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Antonio Escamilla: "Sin grabado, un libro sufre y llora, tiene el alma herida"

Antonio Escamilla: "Sin grabado, un libro sufre y llora, tiene el alma herida"
29/09/2016 - S.B.
“En cuestión de cultura y saber, solamente lo que se guarda se pierde, sólo lo que se da, se gana”. Habla Antonio Escamilla Cid, haciendo propia una frase de Antonio Machado que, según confiesa, ha marcado su filosofía de vida. Apasionado de los libros, que conserva en su casa por miles, este coleccionista natural de Montalbo de 60 años muestra estos días y hasta el próximo 20 de octubre en la primera planta de la Biblioteca Pública ‘Fermín Caballero’ una mínima parte de ellos. Con la inestimable ayuda de Begoña Marlasca y su equipo,  los conquenses pondrán disfrutar de más de setenta grabados de los siglos XVII al XIX, en su mayoría de temática conquense, (retratos, figuras, paisajes, mapas, planos... que según Escamilla proporcionan mucha información, cómo estaban los paisajes, los edificios, la técnica del autor), así como libros antiguos de diferentes contenidos, desde históricos a religiosos, pero sin dejar a un lado los filosóficos, los científicos y los literarios. 

Además, como firme defensor del patrimonio bibliográfico conquense entregará una gran parte de estos materiales a la Biblioteca Pública de Cuenca para que incremente su colección respecto a grabados y cartografía. “Las bibliotecas suelen presentar lagunas sobre grabados e ilustraciones y ahí es donde he querido donar a la de Cuenca estas obras para suplir la ausencia que tienen”, confirma. Y es que, como desvela, “puedo decir alto y claro que nadie ha valorado ni ha merecido tanto los libros que voy donando como la ‘Fermín Caballero’. He regalado a ayuntamientos, museos, diputaciones, pero nadie como la Biblioteca Pública de Cuenca. Ellos con agrado los han recibido y han conseguido fomentar las cosas que he dado.

Estoy muy agradecido a Begoña, Juan Carlos y a todo el personal por la colaboración y el esfuerzo realizado para llevar a cabo esta exposición. Ellos se han movido con menos medios. Yo lo regalo con mucho gusto y me gusta que lo valoren como lo hacen ellos porque para mi son pequeños tesoros”.

LAS JOYAS QEU EMBELLECE UN LIBRO
Tesoros que tienen algo en común: ediciones bellas y bien conservados. Así concibe él lo que es un libro, vestido de gala por fuera a través de una perfecta encuadernación y dotado de vida en su interior. “Soy un apasionado de los libros y mi pasión me lleva a todo lo que está relacionado con ellos. Existen dos artes afines al mundo del libro, la encuadernación y el grabado en el sentido de las ilustraciones. Son las dos joyas que embellecen un libro, una en su exterior y otra en su interior”, asegura este coleccionista de Montalbo quien aclara que “un libro sin encuadernar es un libro sin vestir, sin piel y un libro sin grabado es un libro con el alma herida, que sufre y llora. El grabado es una exposición artística delicada e indefensa, una joya expuesta que hay que respetar y cuidar. Con esta exposición intentamos enseñar a valorarlas, y respetarlas y, personalmente, estoy agradecido a todos los que muestran su cariño y amor a los libros”.

No en vano, ellos son su vida, pues Escamilla posee una amplia y rica colección de fondos antiguos y locales de Cuenca. Preguntado por ellos, afirma no saber cuántos libros puede tener en su casa al ser totalmente profano en informática e internet y no haber podido nunca catalogarlos. “Más de 3.000 seguro”, reconoce, aunque expresa su deseo de ir donándolos poco a poco, recordando a su querido Machado. Así, comenta que “he regalado más de 3.000 libros, más los 100 que entrego cada año por el Día del Libro a los niños. En 2017, al ser el Centenario del nacimiento de Gloria Fuertes será de poesía para niños, regalaré libros de todos los autores para los pequeños. Me gustaría quedarme con entre 300 y 500, porque pienso que donde mejor están es en una Biblioteca Pública del Estado.

Es la forma de pensar de este montalbeño que lleva desde la década de los 70 comprando y adquiriendo libros. Curiosamente, recuerda, fue la negativa de un funcionario de la Diputación Provincial a cederle unos libros sobre Cuenca para una biblioteca de un monasterio lo que le lanzó a ello. “Al negármelos decidí ir comprando los libros antiguos posibles y escritos en todo el mundo sobre cosas de Cuenca”.

   En cualquier caso, se publiquen donde se publiquen, él los adora y por eso espera que la gente que visite esta exposición en Cuenca, “se vaya con cariño y amor hacia ellos”.