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"La vara de medir en el arte es el elemento masculino"

 "La vara de medir en el arte es el elemento masculino"
12/10/2014 - Gorka Díez

Material de deshecho como trozos de cartón, papeles de periódicos y revistas y facturas del supermercado han sido reutilizados artísticamente por la toledana Arsenia Tenorio en la muestra ‘La exposición de los recortes: elementos plurales del azar”, un derroche de creatividad y colorido plasmado en 140 obras de pequeño formato que hasta el 22 de noviembre pueden contemplarse en la Fundación Antonio Saura/Casa Zavala, y con las que esta veterana artista pretende reivindicar el papel de la mujer en el arte y denunciar las políticas de recortes que a su entender han perjudicado especialmente a los de más abajo.


“El haber utilizado materiales desechables, que me he ido encontrando en desguaces, o que me han dado en librerías, es una manera de hablar de los recortes, porque es un material que yo no he elegido, sino que lo utilizo porque no me puedo permitir otra cosa en esta situación en que nos tienen asfixiados, en la que la cuerda que siempre aprieta a los que menos tienen. Para esta exposición, por ejemplo, no hemos tenido presupuesto ni para hacer invitaciones en papel… Y luego el dinero se va por otros lados, se dirige a ostentaciones faraónicas”, explica, desconforme, a sus 62 años, con el trato que la sociedad está dando a los artistas de su generación.


“Para los jóvenes hay muchas becas de ayuda, que nosotros no tuvimos de jóvenes y me parece muy bien, pero para los que no somos jóvenes y no estamos entre los grandes grandes, pero sí tenemos una larga trayectoria y un buen currículum, ¿qué?”, se pregunta a modo de protesta.


Mujeres y arte menor

El hecho de ser mujer complica todavía más las cosas. “Las mujeres siempre lo tenemos jodido, porque la vara de medir es el elemento masculino, y lo que hacemos se cataloga muchas veces como arte menor. ‘A ver si va a ser una maruja que pinta’, dicen descalificándote, pero una obra tiene que valer por lo que es, no por el sexo de quien lo firma”, considera.


Adentrarse en los motivos que pueblan sus obras no es sencillo, sino que requiere de una paciente observación, pero en algunas de ellas pueden verse, por ejemplo, mujeres tomando el sol desnudas, en lo que se entiende como una reivindicación de la libertad de la mujer para hacer aquello cuanto le plazca sin tener que rendir cuentas a nadie ni ser juzgada.


“Intento que cada obra sea diferente: soy muy inquieta y lucho contra la fotocopia. Así que trato de cambiar de registro, de variar los colores, de improvisar, aunque luego mi personalidad, hecha con el tiempo, esté siempre ahí, haga lo que haga. Porque no hay por qué hacer siempre lo mismo para que la pintura resulte personal”, señala.


Ligazón a Cuenca

Si mira al pasado, esta licenciada en Bellas Artes y académica de la Real Academia de Bellas Artes de Toledo se recuerda visitando de muy joven el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca. “Cuenca siempre me ha gustado mucho, pero creo que se ha quedado un poco anclada en el abstracto. No quiero molestar a nadie pero lo veo todo muy uniforme: creo que los elementos identificativos de cada pintor debieran ser tan personales que rompieran esa uniformidad”.


Tal es así que considera que el Museo de Arte Abstracto, de cuya apertura se cumplirá el 50 aniversario en 2016, motivo por el cual un grupo de conquenses de diversos ámbitos ha iniciado una andadura para celebrarlo a lo grande y atraer vistiantes a la ciudad, es para Arsenio Tenorio más un reclamo turístico que cultural. “Como museo cultural está obsoleto. Necesitamos una reorganización institucional de lo que es el arte y los artistas, sería la mejor revolución. No puede ser que, como en la Edad Media, los grandes mecenas sean los que decidan quién sí y el resto no exista”.