La hebra solidaria del ganchillo llega hasta Cuenca de la mano de Rebeca Marín, catalana de nacimiento, pero conquense de adopción. Una apasionada de la labor que, aguja en mano, se ha sumado a #patronesxunavacuna, un proyecto solidario para recaudar fondos destinados a la investigación de la Covid-19.
“Dos ganchilleras que conozco han creado un libro digital de patrones de ganchillo y los fondos recaudados con la venta irán a #YoMeCorono”, explica Marín. Por su parte, ha aportado el boceto de un chal en tonos degradados. Un patrón dibujado, diseñado y tejido por ella misma que se quedó a las puertas de un concurso de diseñadores y que debía ver la luz.
“La mejor forma de compartirlo era esta y así, una ciudadana normal como yo puede aportar su granito de arena ante esta situación”, comenta. Una iniciativa solidaria a la par que creativa integrada en total por 57 mujeres tejedoras que ha conseguido recaudar 3.100 euros en apenas una semana.
Una actividad relajante y adictiva que en tiempos de pandemia ayuda a sobrellevar el confinamiento y que a Rebeca le permite desconectar y pasar la cuarentena entretenida. “Es como la meditación, mientras que lo haces no tienes otra cosa en la cabeza porque exige concentración. Estas tú, la aguja, el hilo y el patrón”, expresa.
Autodidacta y emprendedora
Esta artesana autodidacta comenzó su andadura por el mundo de la lana hace seis años y se ha enganchado tanto que, “ahora es raro el día que no cojo las agujas”. Además, ha puesto en marcha su propio canal de YouTube en el que enseña a sus seguidores pequeños tips para iniciarse en este mundo. Asimismo, en su cuenta de Instagram @madebyrebeca hace un seguimiento de toda su obra e ingenio.
Le gustaría dedicarse profesionalmente al mundo del punto, croché o ganchillo y tener su propia web, una tienda online en la que poder vender material de mercería; aunque de momento se encuentra en una fase inicial. Con seguidores desde Chile, Brasil o Argentina se adentra en esta aventura en la que sus primeros recuerdos emanan de su infancia, cuando visitaba una pequeña mercería junto a su madre.
Actividad extraescolar
Sus aspiraciones alcanzan también a los más pequeños porque la afición por las agujas y la lana no tiene edad, y cada vez son más los niños y niñas decididos a crear sus propios juguetes o prendas. “Es una gran actividad extraescolar que permite a los niños relajarse y centrar su atención”, explica.
En la clase de segundo de primaria del CEIP “Isaac Albéniz” impartió un taller en Navidad en el que los alumnos aprendieron a hacer una bola para decorar el árbol. “Los niños alucinan cuando ven lo que son capaces de hacer, terminan satisfechos”, dice Rebeca.
Una propuesta que desea poder llegar a realizar de manera constante con talleres anuales o trimestrales para seguir uniendo a personas creativas que se atrevan a tejer personajes, historias o prendas.
