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El gerente del hospital de Cuenca fue quien filtró los datos de pacientes, sin consentimiento, a una clínica privada

02/02/2015 - Las Noticias
El gerente del hospital ‘Virgen de la Luz’ de Cuenca, Javier Godoy, fue quien dio la orden para que el centro hospitalario conquense enviara listados de pacientes con sus datos médicos a una clínica privada y fuera ésta la que concertara las citas de derivación de la lista de espera de pruebas. Así lo concluye un informe de la Inspección Médica firmado el 1 de octubre por las médicas inspectoras de Guadalajara Rosalía Rojas y Susana Romero al que ha tenido acceso eldiario.es y que publica en su edición de hoy lunes.

Los hechos se remontan al pasado mes de agosto cuando la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Cuenca denunciaba que el hospital había pasado datos e informes clínicos a una clínica privada sin el consentimiento de los pacientes. Según señalaron entonces la clínica privada Recoletas estaba llamando a los pacientes en lista de espera de neurofisiología del ‘Virgen de la Luz’ para realizarles las pruebas que tenían pendientes, lo que motivó las quejas de muchos usuarios.

Desde el hospital conquense, la propia Gerencia reconocía este incidente que atribuía a una “incidencia puntual” y añadía que "no es el procedimiento adecuado, aunque la clínica Recoletas puede citar, como está recogido en el contrato suscrito". Explicaba además que se habían tomado las medidas oportunas para que no volviera a suceder y que se siga el procedimiento habitual, es decir, que sea el hospital quien llame directamente a los pacientes.

Según publica eldiario.es en una información del periodista Raúl Rejón, la "información reservada" elaborada por las inspectoras se concluye, además, que la dirección del hospital conocía este envío hacia la clínica Recoletas antes de saltar a la luz pública. A pesar de la gravedad de los hechos, el suceso no ha tenido ningún tipo de repercusión ya que Javier Godoy sigue como cabeza del Área Integrada de Cuenca.

LAS CONCLUSIONES DEL INFORME
Cuando las inspectoras comenzaron sus investigaciones, según el informe que publica íntegro eldiario.es, Godoy les contestó el 2 de septiembre que no sabía "por qué y quién pudo enviar los listados de pacientes para citar" y afirmó que "se enteró de que había habido quejas de los pacientes (...) por la prensa". Añade que puso "los medios para que las citaciones se hicieran según el protocolo".

Sin embargo, la clínica privada a la que se había contratado para hacer las pruebas de la lista de espera documentó a las investigadoras que habían recibido las relaciones de pacientes "con información médica" por orden del gerente Javier Godoy. El director médico de la clínica, Javier Montero, informó de que "sospechó que [los pacientes] no habían sido informados antes" ya que "le pareció extraño que una gran parte de los mismos rechazaran realizarse las pruebas".

Ante estas evidencias, el director del hospital público admitió el 18 de septiembre que "los listados a Recoletas se enviaron sin avisar a los pacientes previamente". El informe subraya que "esta información no la facilitó" en la entrevista que mantuvieron con él. De ahí que el documento establezca como "hecho probado" que el gerente "doctor D. Javier Godoy el día 3 de julio envió un mail a la secretaria encargándole que pasara los pacientes en lista de espera para proceder a la citación a Recoletas".

Además el Jefe de Admisión del hospital, José Antonio García, envió dos correos electrónicos los días 25 de julio y 19 de agosto a la clínica Recoletas con listados de pacientes en las mismas condiciones que el inicial ordenado por el gerente. El informe da por probado que este Jefe de Admisión sabía "al menos desde el 13 de agosto" que a los pacientes se les llamaba desde Madrid "por un correo recibido de Recoletas".

RECOLETAS TAMBIÉN SUBCONTRATÓ EL SERVICIO
Las pruebas para las que se filtraron los datos de los pacientes son relativas al servicio de Neurofisiología, en el que la pérdida de profesionales ha motivado un aumento notable de las listas de espera. De hecho, el pasado verano llegó a quedarse sin profesionales por no sustituir al personal de vacaciones.
De ahí que el hospital de Cuenca firmara un contrato con la Clínica Recoletas para derivar pacientes en el mes de mayo. Sin embargo, según relata el documento de investigación publicado por eldiario.es, no fue hasta julio cuando el centro privado inició las pruebas diagnósticas al carecer igualmente de facultativos. Por ello, subcontrata a su vez el 8 de julio 2014 este servicio con el Centro de Estudios Neurológicos Varela de Seijas domiciliado en Madrid.

Así que tras recibir los listados que les remitía el hospital público, Recoletas los reenviaba a Varela de Seijas que eran, finalmente, los que se encargaban desde Madrid de citar a los pacientes. De ahí que las llamadas tuvieran número de la capital. El responsable del centro concertado aseguró que la dirección del Hospital Virgen de la Luz "era conocedor de este hecho". De esta manera, la subcontrata enviaba a un neurofisiólogo hasta el hospital privado conquense los días necesarios para realizar las pruebas derivadas desde el centro público.

GODOY RECIBIÓ LA FELICITACIÓN DE ECHÁNIZ
La actuación del gerente del Área Integrada de Cuenca no sólo no ha tenido consecuencia alguna, sino que además llegó a recibir las felicitaciones del consejero de Sanidad del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz. En el transcurso de una visita a la capital el 10 de septiembre, Echániz felicitó a Javier Godoy por “la gestión que realizó respecto a la cesión de datos a las entidades privadas que colaboran desde hace décadas con la sanidad pública de Castilla-La Mancha”.

La Gerencia detectó en un primer momento que había un procedimiento no adecuado en las llamadas que rápidamente atajó, velando por el buen funcionamiento del sistema, por lo que agradezco esa prontitud en resolver ese hecho puntual”, dijo entonces Echániz, aunque el informe de la Inspección Médica revela ahora que la orden partió del gerente el 3 de julio y que en al menos tres ocasiones se enviaron listados de pacientes, sin consentimiento, a la clínica privada.