La Junta convoca nuevas ayudas de rehabilitación energética de viviendas
El Gobierno regional ha convocado nuevas ayudas a la rehabilitaciónón energética de viviendas en colaboración con el IDAE por valor de 4,6 millones de euros. Una cantidad que puede ampliarse en función de las solicitudes que se presenten hasta un total de 13 millones de euros.
El consejero de Fomento Nacho Hernando, ha señalado que esta convocatoria tiene como objetivo “mejorar el confort de las personas que habitan en edificios y viviendas, potenciando la rehabilitación energética, y con ello, adoptar nuevos hábitos de desarrollo sostenible; y fomentar el ahorro energético y de la factura de muchas familias”.
Se podrá solicitar hasta el mes de julio de 2021 va a subvencionar dos líneas. Por una parte, actuaciones integrales en edificios destinados a vivienda, tanto de tipología unifamiliar como residencial colectiva y por otra, actuaciones sobre una o varias viviendas de un edificio de uso residencial colectivo, es decir, en pisos o apartamentos de manera individualizada.
Dentro de estas dos opciones existe un amplio tipo de actuaciones subvencionables que se pueden agrupar en la mejora de la eficiencia energética de la envolvente del edificio; la mejora de la eficiencia energética y uso de energías renovables en las instalaciones térmicas de calefacción, climatización, refrigeración, ventilación y agua caliente sanitaria, donde se comprenden diversas subtipologías; la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones de iluminación; y los gastos que el solicitante o destinatario último de la ayuda pudieran satisfacer a una empresa o profesional por llevar a cabo la gestión administrativa y documental de su solicitud. Estos gastos de gestión pueden llegar a representar el 4 por ciento del importe de la ayuda solicitada, con un límite de 3.000 euros por expediente.
Para que estas ayudas cumplan con su función estas actuaciones se pueden realizar en edificios existentes con anterioridad al 2007; además el resultado de estas actuaciones tiene que conseguir mejorar la calificación energética total del edificio en, al menos, una letra medida en la escala de emisiones de dióxido de carbono, con respecto a la calificación energética inicial del edificio, y siempre que dichas actuaciones justifiquen una reducción del consumo de energía final de un 10% con respecto a la situación de partida.
