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Turismo gastronómico

La gastronomía de Castilla-La Mancha, un viaje invernal a tu mundo interior

La región presume de tener una de las cocinas con mayor raíz culinaria que puede disfrutarse al calor que ofrecen sus restaurantes
Fotos: © Turismo de Castilla-La Mancha / David Blázquez
13/12/2021 - Publirreportaje

El invierno ha llegado pero el frío no es una excusa para quedarse en casa, todo lo contrario. Es el mejor momento para disfrutar del amplio recetario de la gastronomía castellanomanchega cuyos platos tradicionales, o al menos unos cuantos, fueron ideados para aliviar los estragos del frío.

Una época del año en la que los castellanomanchegos sonríen al mal tiempo alrededor de un buen guiso de gachas compartido con amigos y familias. Y es que, en alguna ocasión, habrán escuchado eso de “Hoy hace un día de gachas”.

Eso sí, tampoco hay que olvidarse de las migas, duelos y quebrantos, calderetas de cordero manchego, gazpachos manchegos, guisos de cabrito, morteruelo o guisos de setas. Recetas tradicionales de las madres y abuelas, delicada y amorosamente traspasadas de generación en generación que son las protagonistas de muchas de las cartas de los restaurantes de nuestra región. Por ello, te invitamos a que este invierno encuentres la ocasión de viajar a Castilla-La Mancha y que en cualquiera de sus restaurantes, pidas uno de estos platos, que además de permitirte entrar en calor, te dejarán con ganas de repetir, seguro.

Estos platos y otros muchos, tradicionales y no tradicionales, se elaboran usando los productos agroalimentarios castellanomanchegos con marca de calidad diferenciada, ya  sea con indicación geográfica protegida o denominación de origen, porque la cocina moderna, la que implementa técnicas y elaboraciones innovadoras, también los usa como materia prima para ofrecer al viajero lo mejor y lo más auténtico de la cocina regional.

El Aceite de Oliva Virgen Extra de Castilla-La Mancha es inigualable, intenso, aromático, y lo encontramos producido en La Alcarria, los Montes de Toledo, en el Campo de Calatrava, en el Campo de Montiel. El Queso Manchego, elaborado con 100% leche de oveja manchega, se elabora en Cuenca, Albacete, Ciudad Real y Toledo, donde son muchas las queserías que ofrecen visitas guiadas para descubrir los secretos de estos quesos únicos y anhelados en todo el mundo. La Miel de la Alcarria, producida y envasada en esta comarca que se extiende por las provincias Cuenca y Guadalajara, es un auténtico manjar. El Azafrán de La Mancha, con una extensa cultura en torno a su cultivo y recolección manual que ha permanecido intacta en el tiempo, manteniéndose la tradición de separar una a una, primorosamente, las hebras del azafrán. Al Cordero Manchego y al Ajo Morado de Las Pedroñeras, complemento imprescindible del recetario castellanomanchego,  se suman el artesano Pan de Cruz, para mojar y no dejar ni resto en el plato, y la Berenjena de Almagro, el explosivo manjar del Campo de Calatrava. Y para el postre, se suman el dulzor y jugosidad del Melón cultivado en La Mancha y el Mazapán de Toledo, la mejor combinación de almendras y azúcar.

La gastronomía de Castilla-La Mancha, un viaje invernal a tu mundo interior

Al recetario castellanomanchego y a sus productos agroalimentarios de calidad diferenciada, se suma el saber hacer de grandes chefs galardonados con Soles Repsol como José Ignacio Herráiz del Restaurante Raff San Pedro (Cuenca) y Estrellas Michelin como Jesús Segura, que defienden el producto de proximidad y apuestan por la vanguardia sin olvidar nuestras raíces. Repartidos por restaurantes de referencia de las cinco provincias, los puedes encontrar en la página web de Raíz Culinaria Castilla-La Mancha. (hipervínculo al enlace web)

Y sin soles ni estrellas pero también brillando en el universo gastronómico de Castilla-La Mancha, cientos de restaurantes de las cinco provincias castellanomanchegas ofrecen al viajero platos de siempre y de ahora, cocinados con mimo y esmero para deleitar a quienes nos visitan cuando se sientan a la mesa.

Tu viaje gastronómico a Castilla-La Mancha puede combinarse perfectamente con las Rutas del Vino de nuestra región, pues no en vano esta tierra es el viñedo más grande del mundo.  Cinco rutas del vino en Castilla-La Mancha están certificadas y forman parte de la Red de Rutas del Vino De España, un referente tanto para quienes quieren adentrarse en el mundo de la enología, como para quienes ya gozan de veteranía en el mundo del vino.

El recorrido por la tierra del vino comienza por la Ruta del Vino de La Manchuela, comarca envuelta por las aguas de los ríos Júcar y Cabriel, y que abrazan la Serranía de Cuenca y la llanura albaceteña. Entre su gran variedad de vinos con denominación de origen destacan los de su uva autóctona, la Bobal, de color y aromas frutales intensos.

La gastronomía de Castilla-La Mancha, un viaje invernal a tu mundo interior

Seguimos por la Ruta del Vino de La Mancha, que rodea Alcázar de San Juan, Tomelloso, Campo de Criptana, El Toboso, Villarrobledo y Socuéllamos, donde se encuentra el Museo Torre del Vino, con viñedos que crecen sobre la caliza y arcillosa llanura manchega, de clima extremo y produce caldos únicos. A pocos kilómetros de allí nos podemos dirigir a la Ruta del Vino de Valdepeñas, localidad por excelencia del enoturismo, donde podrás visitar el Primer Museo del Vino de Castilla-La Mancha y disfrutar de vinos blancos, rosados, tintos y espumosos de la Denominación de Origen que lleva su nombre.

Once municipios toledanos conforman la Ruta del Vino de Méntrida: Torrijos, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán, Escalona, Maqueda, Montearagón, Fuensalida, Carmena, Quismondo, Nombela y por supuesto, el que da nombre a la ruta: Méntrida. Visitar bodegas, viñedos y cooperativas, pero también los recursos patrimoniales y naturales de este territorio, convertirán esta experiencia en algo inolvidable.

Un consejo: conocer la arquitectura de Alonso de Covarrubias en Torrijos, uno de los grandes del Renacimiento español.

Sin alejarnos de Albacete, terminamos nuestro viaje con la Ruta del Vino de Jumilla, que compartimos con la vecina región de Murcia, pero con la inmensa mayoría del terreno de cultivo de vid en tierras castellanomanchegas. Además de sus vinos con personalidad, esta ruta brinda una oferta gastronómica, de ocio y descanso que te garantizamos, no te dejará indiferente.

 

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