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Vinos

La vendimia que no acaba

Debido al clima, la recolección de uva es tardía en Altolandon, cuyos viñedos están en Landete, a unos 1.100 metros de altitud
La vendimia que no acaba
Rosalía Molina, en el viñedo de Landete.// Foto: Finca Altolandon
03/11/2019 - Dolo Cambronero

En la finca Altolandon las condiciones climáticas del lugar en el que está ubicada, en el municipio de Landete, a una altitud que llega a alcanzar los 1.100 metros, hacen que el proceso de maduración de las uvas sea más lento y prolongado en el tiempo lo que aporta después un sabor muy característico a sus vinos, que son de producción ecológica.

La recolección suele ser así habitualmente más tardía en Altolandon. Este año no empezaron a recoger las uvas hasta el 2 de octubre. Hay años en los que han llegado a vendimiar hasta en diciembre, cuenta Rosalía Molina, propietaria de este viñedo y bodega familiar junto a su marido, Manuel Garrote.

De hecho, hasta elaboran un vino llamado “de hielo”: las uvas se recogen congeladas y se prensan en la propia viña, un tipo de caldo que suele producirse en otros países como Canadá o Francía pero que en España no es tan frecuente.

La firma Altolandon echó a andar oficialmente en el año 2000. Dos años antes, estos dos emprendedores a los que siempre les había gustado el mundo del vino, habían plantado sus primeras viñas. En 2004, la pareja, que por aquel entonces tenía unos treinta años, vieron su sueño cumplido y obtuvieron su primer caldo.

“Desde el principio hemos elaborado vino ecológico”, explica, detallando que solamente utilizan procedimientos orgánicos en el cultivo y no usan pesticidas ni otras sustancias químicas.

"Hay gente que te dice: para ser ecológico, no está mal. Este tipo de vino se valora más en otros países”

VARIEDADES

En la finca, que cuenta con unas 120 hectáreas y en la que está enclavada también la bodega, cuentan con una amplia selección de variedades como malbec, syrah, garnacha, merlot, tempranillo, cabernet sauvignon y cabernet franc en el campo de las tintas, y chardonnay o moscatel petit-grain como blancas. Muchas de ellas funcionan mejor en tierras frías.

La altura del terreno y la amplitud térmica de la zona en la que está situado el viñedo incrementan los índices de acidez, lo que repercute luego en la “acumulación de aromas y sabores” que se consigue en los vinos.

Los vinos procedentes de las uvas de este viñedo en altura son más aptos para la crianza en barricas ya que una mayor acidez posibilita obtener caldos que se pueden conservar más tiempo.

En sus inicios, comenzaron elaborando apenas unas 3.000 botellas al año. Hoy, alcanzan una producción anual de hasta 250.000.

Aunque una de sus espinas clavadas es que el 90% de su producción la exportan por todo el mundo. “En España, no te abren las puertas si no eres una marca conocida. El vino ecológico se valora más en otros países”, lamenta esta profesional.

“Hay gente que te dice: para ser ecológico, no está mal”, ironiza Molina. No obstante, apunta que cada vez comienza a valorarse más este tipo de vinos totalmente naturales.

En esta línea, apunta que hay mucha gente joven que está comenzando a pedir vinos diferentes y poco a poco se les va conociendo también en nuestro país.

APUESTA DE LOS JÓVENES

“Pero los comienzos fueron muy duros. Empezar desde cero fue complicado. En aquel momento, nuestros vinos eran caros para ser una marca no conocida”, recuerda. Después, llegó la crisis económica al país y las cosas se pusieron más cuesta arriba aún.

En la actualidad, su mercado nacional se reduce a la presencia de uno de sus vinos en una conocida cadena de supermercados. “Pero esto nos ha abierto las puertas”, celebra.

Desde Altolandon animan a probar sus caldos, sin maquillaje ni aditivos: “El vino lo hacemos en la uva”.