Las suaves temperaturas pueden adelantar la avispilla

Las suaves temperaturas de este invierno pueden adelantar la salida de la avispilla del almendro. De continuar así, los primeros adultos podrían aparecer en la primera semana de abril en aquellas plantaciones de variedades tempranas de la provincia de Cuenca y afectadas por esta plaga en las que ya ha cuajado el fruto, por lo que los agricultores tendrán que estar en alerta para aplicar los tratamientos fitosanitarios pertinentes con el fin de hacer frente a estos insectos.
Así lo estima Fernando Pinedo, gerente de la Agrupación Castellanomanchega de Productores de Frutos Secos –con sede en Cuenca–, quien detalla que los municipios conquenses de Villalpardo y Minglanilla ya ha cuajado el fruto en las especies largueta y desmayo rojo. “Ahora están en floración las variedades tardías, tipo guara, constantí, vairo y lauranne”, cuenta.
“Donde ya ha cuajado, hemos abiertos frutos y la avispilla va más adelantada. El insecto se ve perfectamente. Se puede distinguir la cabeza, el tórax... Ya está formado. No está todavía para salir el adulto pero seguramente se adelantará con respecto al año pasado”, considera.
Un total de 36 municipios conquenses están afectados por la plaga de este insecto, por lo que deben adoptarse de forma obligaroria medidas fitosanitarias para combatirla. Los agricultores tienen que aplicar así dos tratamientos con los insecticidas autorizados: uno cuando empiezan a salir los primeros adultos –para controlar su aparición se recomienda colocar trampas en los árboles– y otro, a los quince días.
En el caso de la agricultura ecológica, Pinedo sostiene que los productos autorizados son poco prácticos por lo que aconseja retirar los frutos a mano. “Cuando ves almendras pelonas que pueden tener avispilla, hay que varearlas, recogerlas del suelo y quemarlas. Es más dificultoso pero es lo más efectivo”, asegura.

Por el momento, este cultivo no ha tenido problemas con las temperaturas dado que son altas durante el día y no bajan excesivamente por la noche. En floración, el almendro aguanta hasta dos grados y medio bajo cero. El riesgo viene cuando ya hay fruto porque este no soporta las heladas, uno de los principales peligros en primavera, reconoce Pinedo, también técnico en Crisolar, dedicada a la producción y comercialización de frutos secos.
La sequía tampoco ha afectado hasta la fecha a este cultivo porque las raíces de los árboles son profundas y en esas capas todavía hay humedad. “El problema puede venir si continúa sin llover. A partir de abril, mayo, es cuando empieza a engordar el fruto y entonces necesita muchísima agua. Si no la tiene, la almendra sería más pequeña y, en el peor de los casos, peligraría la cosecha e incluso hasta el árbol. Pero esperemos que llueva”, confía.