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¿Por qué la Misa del Gallo?

La mayor parte de los historiadores nos dicen que el origen se debe al Papa Sixto III, quien en el siglo V instauraría la costumbre de celebrar una misa vigilia en la medianoche del día de esta celebración en la que nace el Mesías
¿Por qué la Misa del Gallo?
24/12/2019 - Miguel Romero

Nos dice Alfred López, que la Misa del Gallo o Misa de Gallo, tiene lugar a las doce de la noche del día de Nochebuena, el 24 de diciembre, es decir justo al comenzar el día de Navidad. La mayor parte de los historiadores y otras voces autorizadas nos dicen que el origen de esta popular conmemoración religiosa del nacimiento de Jesús, se debe al Papa Sixto III, quien en el siglo V instauraría la costumbre de celebrar una misa vigilia nocturna en la medianoche del día de esta celebración en la que nace el Mesías y nos da entrada al nuevo día de Navidad, día de gracia y alegría.

El “ad galli cantus” se refería al momento en el que empieza el nuevo día y que, según las antiguas tradiciones romanas, éste comenzaba en la medianoche en el canto del gallo.

Pero, como no todas las fuentes están de acuerdo con este origen, hay quien lo coloca en una antiquísima fábula que cuenta que durante el nacimiento de Jesús había un gallo en el establo, el cual fue el primer ser vivo testimonio de tal acontecimiento y el encargado de pregonarlo, primero a la mula y al buey, después a los pastores y sus ovejas y por último a las gentes que vivían en los alrededores y, por tanto, la venida al mundo del Mesías fue anunciada “ad galli cantus”, es decir, al canto del gallo.

Otra teoría, poco documentada y que carece de bastante credibilidad, sostiene que el nombre se debe a que, antiguamente, en algunos países el menú de la cena de Nochebuena estaba compuesto por un gallo asado.

También hay quien asegura que el origen del nombre de la Misa del Gallo lo tiene en la celebración de esa misma en la Basílica de S. Petrum in Gallicantum (San Pedro en Gallicantu) en Jerusalén. Esta iglesia tomó su nombre del episodio evangélico que relataba como Jesús advirtió a Pedro que éste le negaría tres veces antes de que el gallo cantase.

Tanto la antigua liturgia romana tridentina, -hoy llamada "forma extraordinaria del rito romano" pero exactamente ahora se llama diferente-, como la liturgia romana actual o forma ordinaria (Pablo VI) tienen cuatro misas de Navidad: "Misa de vigilia", "Misa de noche", "Misa de la aurora" y "Misa del día", sin embargo, las antiguas Santas Misas de vigilia eran de carácter penitencial, con ornamentos morados como en Cuaresma, como preparación inmediata a la celebración de la fiesta. Por este motivo, muchos fieles y muchos sacerdotes, creen erróneamente que la solemnidad de la Natividad no empieza hasta la "Misa de noche", que muchos se obligan a que sea a las 12 en punto. Sin embargo, la liturgia oficial actual hace empezar las solemnidades con las primeras vísperas, que se celebran la tarde anterior, y con la Navidad no se hace una excepción, si bien, se han conservado estos cuatro formularios de Misa para ser celebrados cada uno a su hora correspondiente, con la nota de que son textos intercambiables. Es conocido el pasaje de los Santos Evangelios utilizado en la misa que nos ocupa, la de Gallo o de noche, el pasaje de san Lucas 2, 1-14. Sin embargo, conviene recordar que las misas del atardecer de Navidad, también son misas de Navidad, cosa no permitida litúrgicamente con la Pascua (en que está prohibido anticipar la misa de vigilia al atardecer), con la que habitualmente se hace semejanza. Esta otra Santa Misa del atardecer, por reminiscencias a la misa del Gallo, se conoce en algunos sitios como la misa del "Pollito", sobre todo en Cataluña (en catalán, del Pollet). En este día, está permitido comulgar de manera indistinta en las cuatro misas, siempre que se celebren a su hora.

En países de habla hispana esta costumbre está arraigada sobre todo en la región de América Latina donde existe el mayor número de católicos a nivel mundial. Otras regiones como Filipinas se celebra una Misa de Gallo similar a la española, debido tal vez a la colonización del territorio por españoles que dejaron restos de la cultura católica. En Venezuela se les conoce también como "misas de aguinaldo", haciendo alusión a la música tradicional navideña conocida con ese nombre.

¿Por qué la Misa del Gallo?

En nuestra Tierra de Cuenca, la Misa del Gallo es muy común en la mayor parte de los pueblos. Y es que para estas fechas navideñas, los jóvenes de 18 años que conforman las quintadas, costumbre aún felizmente mantenida, ya han traído el pino que adornará los alrededores de la iglesia o la plaza mayor -como sucede en Cañete- y será adornado para la felicidad de pequeños y mayores. El día 24, después de la cena suculenta de familia, llamada de Nochebuena, el rumor de la ronda se extiende por calles y callejas, cantando y cantando aquellos villancicos del abuelo o canciones de ronda, casi olvidadas, pidiendo los "aguinaldos" y entonando al son de bandurrias, guitarras, almireces, zambobas o acordeones.

En algunos pueblos, tales como Aliaguilla y sobre todo, Mira, un poco antes de hacer la ronda musical, se reúnen en una casa de amigos y ensayan las letras que luego interpretarán, sobre todo de esas Jotas y Albalás.

Es, sin duda, una vieja tradición aún mantenida, que habitualmente se hace a la puerta de la iglesia donde se ha congregado la gente esperando a la ronda musical, luego asistir a la Misa del Gallo y al finalizar cantarla la Albá a la Virgen María.

En Mira sigue siendo curiosa la estructura de la noche. Pues a la entrada, una vez colocados todos en sus bancadas, el mantenedor grita "¡Más tocarán¡" y al momento, responde el grupo con: "Nunca con más alegría/ nuestras guitarras tocarán/ al acercarse a la iglesia/ a nuestra patrona amada..."

Y sigue el mantenedor diciendo, "¡De perdón¡", a lo que bien responderán todos: "Es noche de Amor y Paz/ también noche de Perdón/ canta tú guitarra mía/ canta tú, esas notas de amor..."

Y al acabar, la última estrofa nos invita a la adoración de la Virgen, pues el mantenedor nos día "¡Y María¡", y el coro responderá: "Nuestros pasos se dirigen/ donde está el Niño y María,/ también el Santo José/ con su varita florida..."

Son costumbres arraigadas en Levante e influenciadas por estas gentes dedicadas a la arriería hacia aquellas tierras. Por eso, la emoción inunda y las letras, mantenidas desde antaño, son cantadas con alegría y solemnidad, primero el coro, luego la gente, después el sacerdote y por último, el alcalde, pues al finalizar las letras responden a un agradecimiento a estas personalidades del pueblo.

Y me gustaría acabar con esa preciosa composición que se llama "Albá de Quintos":

"Como siempre Madre hermosa

los quintos de este lugar

venimos a venerarte

en esa Noche de Paz.

Hidalgo pueblo de Mira,

contemplas y adoras bien

en su humilde nacimiento

al salvador de Israel.

Cuán limpio rayo de sol

sin mancha para el cristal,

nació Jesús de la Virgen

en su parto virginal..."

La Navidad en nuestros pueblos de Cuenca es el momento de reencuentro, de alegría, de paz, de amistad. No hay momento del año más intenso y más familiar, pues todos formamos ese núcleo en el que la tradición une corazones. En algunos lugares se plasma en Belén viviente, como en Vega del Codorno, la ciudad de Cuenca, Palomares del Campo, Fuentelespino de Moya, Las Mesas, Cardenete y otros; en la mayoría se cantarán los Villancicos y las Albás a la Virgen; en lugares como Huerta de la Obispalía se celebra la Misa por las Ánimas y su Subasta, festividad de fuerte tradición que sigue congregando a numerosos visitantes; por eso, los animeros tales como Dionisio y Pedro Javier, con las alforjas al hombro y dirigidos por Daniel, recorrerán el pueblo al son de la campanilla de ánimas pidiendo para la Almoneda del 26 de diciembre.

Tal es así que en los Hinojosos, las Pedroñeras, el Provencio, las misas de los Gozos, el Galleo y lo ricos mantecados, al igual que en Alcalá de la Vega con los melaos, animan estos días de agradable fiesta.