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En lucha contra el fuego y la Covid-19

Las brigadas del INFOCAM se baten en un doble frente en una campaña marcada por la inquietud de la pandemia y la abundancia de vegetación
Fotos: Saúl García
14/06/2020 - C.I.P.

Suena el aviso de la central y en menos de 15 minutos los componentes de la brigada helitransportada de Campillos-Paravientos están listos para salir a combatir los incendios forestales. En situación de emergencia cada segundo cuenta, la activación es automática “y la coordinación es fundamental”, señala la técnico de brigada, Laura Ruiz, quien destaca el esfuerzo añadido que supone este año afrontar una campaña de incendios que llega en medio de una pandemia.

Una situación atípica que obliga a un continuo cambio en la formación para mantener el virus a raya. “Intentamos mantener la mayor normalidad posible, aunque es complicado”, apostilla Ruiz.

Por lo general junio es tranquilo en Cuenca y este año, aún con la inquietud del peligro que puede suponer la presencia de una carga importante de combustible vegetal en los montes, de momento la humedad acompaña y da un respiro a una campaña en la que por mucho que los bomberos forestales estén acostumbrados a llevar EPIS cuando se enfrentan cuerpo a cuerpo con las llamas, llevarla de continuo “pesa” y hace más duro el ejercicio físico en las maniobras.

Hasta el momento son simulacros pero los movimientos se miden al milímetros. De su exactitud, de la rapidez en la ejecución de la línea de defensa en tierra y de la precisión en el ataque aéreo depende, en buena parte, que sea más fácil poder estabilizar las llamas hasta que lleguen nuevos refuerzos.

Pero este año, el personal de GEACAM no lucha solo contra los incendios forestales, lo hace también contra la COVID-19, desde dentro y desde fuera. Cumpliendo con el protocolo en sus jornadas laborales, pero también contribuyendo a que la población esté más segura.

Lo han hecho a lo largo de todo el estado de alarma, desinfectando calles, residencias de mayores, edificios públicos y en general prestando apoyo en todo lo que les piden los ayuntamientos de la provincia, la Diputación o la Junta de Comunidades.

En lucha contra el fuego y la Covid-19

La campaña de alto riesgo de incendios forestales ha comenzado, pero las brigadas siguen haciendo esa doble labor. De hecho “hay cuatro brigadas, aproximadamente unos 28 trabajadores, dedicadas exclusivamente a la lucha contra con la pandemia”, señala el delegado provincial de Desarrollo Sostenible, Rodrigo Molina, que esta semana visitaba las instalaciones de la base de Campillos-Paravietos, acompañado por la delegada de GEACAM en Cuenca, María Ángeles López.

En la BIFOR de Campillos-Paravientos trabajan 23 personas, 20 operarios (responsables de retén, especialistas forestales, conductores de vehículo todoterreno y emisoristas), una limpiadora y las dos técnicas que están al frente de los dos equipos que trabajan en turnos de días alternos.

Mantener las distancias de seguridad, comer por turnos o no compartir material de entrenamiento físico, como pesas o esterillas, son algunas de las medidas que el personal de la brigada aplica día a día en las instalaciones de la base, otra cosa son las emergencias. En el monte es fácil mantener la distancia, en el helicóptero “imposible”.

Además de higiene de manos, desinfección y utilización de mascarillas FPP2 en el transporte de personal, se han creado “grupos estanco” conformados siempre por las mismas personas para frenar el avance de un posible contagio. “De esta forma se garantiza que haya un turno disponible en caso de que en el otro se diera algún positivo”.

Asimismo, cuentan que en el caso de los retenes de tierra se ha llegado incluso a dividir la autobomba del retén con el fin de que en caso de registrar positivos por infección de coronavirus solo se tenga que aislar a la mitad.

“Vamos aprendiendo continuamente. Esto es nuevo para todos y es cambiante”, apostilla Antonio Alarcón, técnico de formación de la BIFOR de Campillos-Paravientos, quien destaca que tras el confinamiento se puso en marcha un primer protocolo de actuación en trabajos de tratamientos selvícolas que ahora se modifica en el inicio de la campaña de incendios.

En lucha contra el fuego y la Covid-19

Este año el dispositivo de extinción autonómico cuenta en la provincia de Cuenca con cerca de medio millar de efectivos y una veintena de medios para hacer frente a una campaña, que se presenta “con incertidumbre” por la Covid-19 y por el riesgo que supone la abundante vegetación que han dejado las lluvias de esta primavera , aunque en este caso todo dependerá de la evolución de la climatología.

“De momento vemos que hay mucho combustible fino pero la humedad ahora mismo es bastante alta y estamos relativamente tranquilos” señala Laura Ruiz. Hace apenas dos semanas que comenzó la campaña de fase de riesgo alto de incendios forestales y según relata Laura Ruiz, hasta ahora la brigada de Campillo Paravientos solo se ha movilizado para realizar vuelos de ensayo.

De hecho, según datos de la Consejería de Desarrollo Sostenible, en lo que llevamos de campaña a través del dispositivo INFOCAM en la provincia se han efectuado dos intervenciones de la veintena que se han registradas en la región, lo que supone un 50 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.

“Hay más pasto pero la humedad del suelo lo mantiene verde lo que supone un menor peligro de incendio, pero no podemos bajar la guardia, la llegada de masas de aire caliente junto con las tormentas eléctricas, especialmente en la Serranía, es una verdadera bomba de relojería en años de abundante combustible vegetal, apunta Rodrigo Molina.

"hay mucho combustible fino pero la humedad ahora mismo es bastante alta y estamos relativamente tranquilos”

De las dos helitransportadas que tiene en la provincia de Cuenca el plan INFOCAM, Campillos-Paravientos es la primera que se ha puesto en marcha. La de Albendea se activará el 15 de junio, y al día siguiente se estrenará el retén terrestre de Uña, una de las novedades de esta campaña que viene a mejorar el dispositivo de lucha en una a provincia muy sensible debido a la gran riqueza y patrimonio natural que alberga. No en vano, Rodrigo Molina recuerda que la superficie forestal se eleva hasta las 800.000 hectáreas.

En los días siguientes la incorporación de los efectivos se irá realizando de forma progresiva en la medida que avance el nivel de alerta, que en el caso de la provincia de Cuenca se estima entre julio y agosto, pero además a finales de junio con el inicio de las cosechas de cereal “también tenemos serios problemas en muchas zonas”. De hecho, Alarcón explica que el año pasado había días de tres o más incendios que empezaban en la cosecha y se metían al monte, "con el riesgo que ello supone porque entran con muchísimo frente ".

Mientras tanto se siguen realizando tareas de limpieza. El fuego “también se apaga antes de que se produzca”, señala el delegado provincial de Desarrollo Sostenible, que en este punto destaca que desde 2019 los trabajadores de GEACAM han limpiado cerca de 6.000 hectáreas de monte, además de seguir sacando aún los 60.000 pinos nos tiró la nieve en la Serranía conquense. “Una tarea fundamental para minimizar riesgos en caso de incendios. Y en este sentido hace una llamada para que se extremen las precauciones tanto en las salidas al medio natural, como en las prácticas agrarias.

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