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La fiesta de la Virgen de la Fuensanta en Huerta de la Obispalía

21/09/2013 - Félix Fiaño Fiaño

El  calendario religioso es un referente importante en la vida de los pueblos y de manera destacada cuando llega alguna celebración fuera de lo corriente por su significado y el arraigo que tiene entre los vecinos que es lo que ocurre todos los años en el pueblo de Huerta de la Obispalía (Cuenca)  el día 8 de septiembre, fecha en la que conmemoran la fiesta de la Virgen de la Fuensanta y que también aprovechan para organizar otros encuentros: culturales, deportivos,  entretenimiento  y gastronómicos.

Un año más, la fiesta empezó la víspera por la tarde, con la procesión que los devotos hicieron acompañando a la imagen de la virgen, que era transportada a hombros con relevos al más puro voluntariado, desde la iglesia del pueblo hasta su ermita, situada aproximadamente a un kilómetro y medio de distancia, para luego volver otra vez al pueblo, tras la celebración de la eucaristía por el cura de la parroquia y el reparto de la caridad, que es un rollo de pan con unos granos de anís y algo de aceite, tradición ésta que viene de tiempos inmemorables y que tenía como fin socorrer en la medida de lo posible a los más necesitados del lugar.

Tras la misa, siempre se encuentran unos minutos de descanso en la puerta de la ermita, un rato muy interesante para los saludos entre las personas que no suelen verse a menudo, pero que aprovechan la fiesta para reunirse con familiares y conocidos, compartir algo de la bebida facilitada por la organización y saborear un bocado de caridad, mientras se van contando diversas historias, sobre todo entre los más mayores que vuelven a encontrarse. 


Y tras una tarde en la que todo el mundo disfrutó, a la mañana del día siguiente, en el día grande de la fiesta, todo el pueblo se volvió a reunir en la iglesia para renovar y proclamar solemnemente su devoción a la virgen durante la misa que celebró el sacerdote del pueblo, don Jesús Amores Millán, un hombre que con sus casi ochenta años cumplidos está atendiendo la parroquia, haga frío o calor. Y quien no se cansó de alabar durante la homilía “las virtudes de la virgen por su servicio a la voluntad de Dios, no como provecho propio, sino para bien de la Humanidad, en el sentido de la salvación” Animando a todos los asistentes “a confiar en ella como intercesora destacada ante Jesucristo, redentor y salvador de todos los creyentes”.


Si la iglesia se llenó de gente como en los mejores tiempos, en la ermita la asistencia no fue menor. Por los datos conocidos  fueron alrededor de mil doscientas caridades las que se repartieron por cada ofrecimiento (este año hubo cinco) cantidad muy superior a la que suman los vecinos afincados en el pueblo que está en torno a los ciento sesenta, lo que da una idea  aproximada de la gente que mueve la devoción a la Virgen. Y que dentro del marco religioso, también contó con una procesión por las calles del pueblo para recoger las ofrendas de los vecinos, tal y cómo se viene haciendo desde hace muchos años atrás.


Y, con motivo de la fiesta, el ayuntamiento consiguió reunir en el salón de plenos del ayuntamiento una extraordinaria colección de pinturas al óleo realizadas por artistas relacionados con el pueblo, los cuales expusieron sus obras, varias de ellas inspiradas en el pueblo, sus paisajes y sus gentes. Esta exposición sirvió para satisfacer el interés por la pintura entre los visitantes más entendidos, y despertó la sensibilidad por este arte a otros menos acostumbrados a estos trabajos, al sentirse atraídos por los temas tratados.


Pero es que la cosa no se quedó así, sino que en la fiesta también actuó una excelente orquesta musical que interpretó diversas composiciones, seguidas con atención por una parte de los asistentes, mientras otros bailaban al son de la música y los más atrevidos daban rienda suelta a sus habilidades y participaron en algunas de las piezas, en plan  castizo. También hubo diversos actos para niños y mayores y comida y cena de hermandad, compartidas ambas por todos hasta dar cuenta de todas las viandas que la organización había preparado. 


Según se comentó desde la junta municipal, la fiesta no le resultó cara, el Ayuntamiento se gastó muy poco gracias a la gran colaboración que hubo entre los vecinos. Gesto que agradeció Gema Rubio, alcaldesa del pueblo, la cual también se sentía muy satisfecha de cómo había transcurrido la fiesta y del buen ambiente que se había vivido durante toda la celebración, y quien una vez más nos emplazó a todos el próximo año.