Las cifras del cooperativismo en Cuenca: 400 millones de facturación y 37.000 socios

Las cooperativas agroalimentarias son el motor económico de una gran mayoría de municipios de la provincia de Cuenca. De su buen funcionamiento depende, en parte, que los ciudadanos se queden en el pueblo y no emigren a grandes capitales en busca de trabajo o que los jóvenes vean la agricultura como una profesión de futuro, digna y estable a la que dedicarse. Garantizan, además, que los beneficios no se vayan a fondos de inversión o a otros países, sino que hasta el último céntimo se reparta entre sus socios. Están consideradas como un modelo de negocio muy resiliente, con una gran capacidad de adaptación cuya competitividad ha mejorado mucho a nivel mundial gracias a la fuerte inversión tecnológica que han llevado a cabo en los últimos años.
Y así lo demuestran los datos, pues el cooperativismo agroalimentario tiene un peso “muy importante en nuestros pueblos”, tanto que representa un 8% del PIB regional, tal y como señala el presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, Juan Miguel del Real a Las Noticias de Cuenca.
En total, en la región existen 585 cooperativas de las que forman parte más de 160.000 socios y facturan más de 2.200 millones de euros anuales. De ellas, 142 están en la provincia de Cuenca (136 de primer grado y 6 de segundo), cuentan con más de 37.000 asociados y su facturación es de 400 millones de euros, según datos ofrecidos por Juan Miguel del Real.
Si bien, dependiendo de cada provincia los sectores con mayor peso varían. En este sentido, en Cuenca, las cooperativas juegan un papel fundamental en la producción y comercialización de vino cuyos beneficios rondan los 180 millones de euros; de ajo (60 millones); de cereales (20); aceite (8) y frutos secos.
Una actividad fundamental en el medio rural que Las Noticias de Cuenca ha querido conocer de primera mano con motivo del Día Internacional de las Cooperativas que se celebra el próximo 1 de julio. La Unión Campesina Iniestense, la Cooperativa de Ajos San Isidro ‘El Santo’ de Las Pedroñeras o la Cooperativa Nuestra Señora de Manjavacas de Mota del Cuervo son tres ejemplos de éxito porque, cada una en su sector, son un referente.
La Unión Campesina Iniestense (UCI) que se centra en vender vino a granel, embotellado y mosto ecológico sin sulfuroso es una de las empresas más potentes del municipio en el que el sector del transporte y el cultivo del champiñón también pisan fuerte. Esta agrupación surgió en 1944 y desde entonces no ha parado de crecer hasta alcanzar los 700 socios productores de uva, aunque en total hay más de 2.200 personas que se benefician de su sección de crédito, ferretería o gasóleo. Dependiendo de cada año, su facturación oscila entre los 12 y 18 millones de euros pues dependiendo de las condiciones meteorológicas de cada temporada pueden producir entre 35 y 60 millones de kilos. En la actualidad, su mayor apuesta se centra en generar “vinos a medida de cada cliente”, señala su gerente, Diego Pañol. Y es que, cada vez más se demandan sabores diferentes en función de cada país, por ello “hemos hecho una apuesta decidida en inversión tecnológica y comercialización”, apostilla el gerente.

La Cooperativa Nuestra Señora de Manjavacas, por otro lado, se divide en dos secciones: bodega y almazara. Tiene 2.000 personas asociadas, 35 trabajadores fijos que se duplican en temporada y su facturación ronda entre los 25 y 30 millones de euros. “Esta empresa ha ayudado a mantener el nivel económico del pueblo y eso anima a la gente a seguir dedicándose al campo”, cuenta su gerente, Juan Fuente. Por ello, quieren seguir creciendo y entre sus líneas de desarrollo plantean la posibilidad de establecer nuevos formatos de envasado y producir vinos sin alcohol. Además, quieren incrementar su plantilla con gente joven y preparada para ofrecerles oportunidades laborales en los pueblos.
Por último, la cooperativa de ajos San Isidro ‘El Santo’ de Las Pedroñeras es todo un referente en el sector con unos beneficios que oscilan entre los 10 y los 15 millones de euros que no podría ser una realidad sin el trabajo diario de sus más de 300 socios y de sus 100 empleados fijos. Esta sociedad ha llegado a comercializar, en sus mejores campañas, hasta 20 millones de kilos de los que el 60% se exportan a países de todo el mundo. Al frente de ella está María José Arellano y aunque “trabajar para tu pueblo es una satisfacción”, reconoce que por ser una mujer joven la tarea ha sido “un poco más complicada”. Si bien, Arellano ha conseguido hacer de esta cooperativa un referente no solo en la provincia de Cuenca sino a nivel regional y nacional donde se conoce y se aprecia la marca ‘Ajo Morado de Las Pedroñeras’.
Todos ellos, luchan a diario para mantener vivas estas cooperativas en las que el problema más acuciante al que deben hacer frente es la falta de relevo generacional. Por ello, hacen un llamamiento a los jóvenes de la provincia porque de ellos depende que puedan seguir funcionando con tan buenos resultados como hasta ahora. Y es que, el 35% de los socios cooperativistas de la región tienen más de 65 años según datos ofrecidos por Juan Miguel del Real. Además, deben conseguir que las cooperativas sean un atractivo en los pueblos, especialmente para las mujeres, que ya representan un 30% del total de socios. Y es que, si ellas consiguen trabajo las familias se arraigan en el territorio y puede convertirse en una fórmula de éxito para luchar contra la despoblación.
