Nunca ha sido fácil introducir cambios en la agricultura en una provincia como Cuenca, donde influyen las características climatológicas y sus particularidades comarcales, pero si lo que se pretende es implantar nuevos cultivos, la dificultad crece de manera exponencial.
Dedicarse al cultivo de un producto que no se ha probado en la provincia con la intención de obtener la rentabilidad que han ido perdiendo los tradicionales como el cereal o el girasol no es sencillo. En Cuenca, a pesar de las adversidades climatológicas que merman la producción, los altos costes de la producción y los bajos precios que se pagan por el producto, el agricultor mantiene su fidelidad a lo que conoce frente a lo nuevo que le plantea unos riesgos que, en su mayoría, no están dispuestos a asumir.
Aunque parezca una obviedad, para introducir novedades “hay que ser innovador”, tienen que ser profesionales decididos que “quieran algo más” y tiene que ser de la mano de “chavales jóvenes”, según la experiencia del director provincial de Agricultura, Joaquín Cuadrado. Pero en la provincia se da la experimentación y se prueban nuevos cultivos aunque sea a pequeña escala.
Aquí se ha probado el guisante de secano, que unas veces “ha ido muy bien y otros años no tanto”. El guisante es una especie que necesita regadío, se adapta al terreno y al clima pero presenta unos altibajos que no acaban de convencer al agricultor.
Otra variedad que se probó en la provincia fue la colza para en los años 2004-2005 dedicarla al biodesel, cuando se hicieron pruebas con colza que funcionaron.
También se da la soja y se cultiva el azafrán. El clima para el azafrán va bien y el alto precio que alcanza en el mercado debería de ser un reclamo, pero la dedicación a este cultivo no supera las 20 hectáreas de superficie en la provincia de Cuenca, según los datos correspondientes a 2015. Tal vez ante la dificultad de encontrar mano de obra para el periodo de la recogida y monda de la flor. El cultivo del azafrán que se produce en nuestra provincia se da principalmente en Motilla del Palancar donde se registran 12,79 Has, lejos de las 0,92 de Campillo de Altobuey.
Durante los años que el director provincial de Agricultura ha trabajado en el Centro de Albaladejito, ha sido testigo de la reticencia del agricultor cuando se intenta introducir un cultivo, “la gente no entraba y tenía, además problemas técnicos de adaptación”. Salvo algún agricultor, que también los hay, “muy pionero” como el caso de “un compañero que está probando saúco en la Sierra de Cuenca. Hay gente que se lanza con cultivos puntuales”, que a veces quedan en meros experimentos.
Las características de la provincia con comarcas diferenciadas por la climatología y estructura del suelo, han “impuesto” como cultivo imperante el cereal y el girasol, aunque también se da el caso contrario, zonas donde la producción de leguminosas para consumo humano es el cultivo que predomina frente a la alternativa que es el cereal y el girasol.
Como ocurre en la Manchuela, donde, “de toda la vida” ha habido lenteja y se trabaja por una marca de calidad de ‘Lenteja de la Manchuela’ con vistas a optar a las ayudas que hay para leguminosas de consumo humano, como ejemplo de cultivos adaptados a la comarca que se dan en la provincia.
LOS NUEVOS
En tierras donde la producción del cereal es muy baja y no sale rentable por el frío o por el tipo de suelo, las plantas aromáticas tienen un futuro muy interesante. “Siempre lo ha tenido” y es la apuesta que a través de la investigación y la experimentación hacen en el Centro de Albaladejito. En la provincia hay varios productores de plantas aromáticas, un cultivo que funciona y se vende. El cultivo de lavanda, lavandilla y espliego para producir esencias está teniendo un precio aceptable influido por los problemas de Francia. Aquí se produce en Cañamares que lo cultiva como ecológico, donde ya hay una destiladora y se suman agricultores. “Puede ser una salida interesante, en un cultivo que plantea miles de especies con la parte de aromáticas con la extracción de esencias y las plantas medicinales que plantean picos, a veces que se da mejor”, que en este momento apuesta por la aloe vera con la que ya llevan algún tiempo.
ALMENDRO Y PISTACHO
Un cultivo de plena actualidad y con expectativas es el del almendro porque, debido a las malas cosechas que se están produciendo en California, el precio de la almendra se ha disparado. En nuestra provincia se registraron en 2015 3.058 solicitudes que cultivan 11.287 hectáreas, en la zona de Iniesta, El Herrumblar o Villarta donde aumenta la superficie destinada por inviernos más suaves y menos heladas que favorecen el cultivo. En el futuro, el problema podría estar cuando entre en plena producción lo que se está plantando en este momento y haya que despejar la incógnita de si se mantendrá el precio o no.
Durante el año 2015 se han contabilizado un total de 653 hectáreas dedicadas al pistacho en la provincia. La mayor superficie se encuentra en Alarcón con 143 Ha., Valhermoso de la Fuente con 71,63 y San Clemente con 54,8 Ha., El pistacho se presenta injertado en cornicabra y ya viene preparado y adaptado, por lo que prende sin ningún problema de adaptación a las condiciones climatológicas.
EN LA DIVERSIFICACIÓN DE PRODUCTOS PODRÍA ESTAR EL FUTURO DEL SECTOR AGRARIO
Tratando de una provincia que sustenta su actividad económica en la agricultura y la ganadería, que es sobre las que se apoya también casi el 100 por cien de la industria existente, para mantener el campo y evitar la despoblación que sufre la provincia, es necesario diversificar. Es el consejo que el director provincial dedica a los agricultores.
Como explicara el responsable de la Agricultura de Cuenca, es lo que de alguna forma se aplica con la nueva PAC, al obligar al agricultor a poner unos porcentajes de cultivo. Sin que el principal suponga más del 75% de la superficie que dedique en la campaña, al mínimo le tiene que dedicar el 5%, con lo que el agricultor ya practica la diversificación. Aunque muchos todavía dejan ese 5% para barbecho, los “más lanzados” lo dedican a leguminosas.
De momento, es un pequeño porcentaje pero es la vía que habría que seguir para no poner todos los huevos en la misma cesta y minimizar pérdidas en el caso de que un cultivo vaya mal.
Entre las novedades que se van incorporando, se encuentra en promoción como cultivo alternativo en la zona de la Noguera, en La Alcarria, el pimiento para pimentón o la patata de Mariana en ‘El Campichuelo’. Cultivos alternativos en esa zona que podrían “ir muy bien”, como cultivo ecológico puesto que no hay demasiada presión fitosanitaria por plagas y fácil de implantar, al estar en una zona muy alta, de hecho ya se usa para patata de siembra que debe proceder de una zona donde no haya nada de contaminación vírica.
VARIDADES DE TRIGO
Y aunque el del trigo es un cultivo tradicional en la provincia que, junto a la cebada, constituyen más del 90% de la superficie de los cultivos, con él también cabe la experimentación. En este momento están entrando alternativas nuevas de trigo “hay gente que está probando, por ejemplo la espelta, un tipo de trigo antiguo”, con lo que se están probando nuevas opciones.
Por otro lado, dentro de las leguminosas, en la provincia se cultivan lentejas y yeros para alimentación animal. El yero es una veza que siembran algunos agricultores, aunque hay gente que se está “abriendo” y “probando otras cosas”.
Basado en la experimentación, el sector de las plantas aromáticas se ha liderado en la región. El presidente de la interprofesional Anipam se formó en Guadalajara con un grupo de investigación a nivel nacional que “lideramos nosotros, junto con el INIA. El presidente es un agricultor de la zona, de Vallejondo, en lo que fue una innovación”.
