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Agricultura llama a la precaución en las salidas a zonas con procesionaria

14/02/2016 - C.I.P.

La ausencia de heladas y nieve este invierno ha acelerado el ciclo de crecimiento de la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) que se encuentra ya en el quinto estadio larvario, algo que no debería ocurrir hasta el próximo mes de marzo. Sin embargo la fase de descenso desde los bolsones  en busca de un lugar donde enterrarse para hacer una crisálida y salir convertidas en mariposa ya ha comenzado, y en los montes de pinos de la provincia es frecuente ver a las orugas unidas desfilar a modo de procesión por el suelo.  Un llamativo ritual que puede ser peligroso para la curiosidad de los niños y mortal para las mascotas.


Desde los servicios del Medio Natural de Agricultura en Cuenca hacen una llamada a la precaución en las salidas al campo. Este año la  plaga de procesionaria es muy abundante y las alergias en personas sensibles puede dispararse si no se presta atención a las zonas de infectación. 


“Que la gente esté precavida y si ven zonas de bolsones y, sobre todo, si tienen sensibilidad a la alergia que no se acerquen a la oruga porque puede provocar serios problemas. Hay que tener cuidado”, señala el jefe de Servicio del Medio Natural, José Antonio García Abarca. 


En estos momentos se siguen recibiendo informes  de los agentes medioambientales por lo que aún no se ha cuantificado el alcance de la procesionaria en los montes conquenses aunque se estima muy alto. Además hay zonas donde el ataque  de la oruga ha sido especialemente agresivo, como en el caso de Cabrejas, Beamud o Buenache de la Sierra. 


Debido a las suaves temperaturas del otoño e invierno, sin apenas heladas, no solo que las colonias no han muerto sino que se han hecho más fuertes. “No han  parado de comer”, añade el responsable de control de Plagas, Javier Valenciano, quien destaca que el nivel de defoliación es impresionante en algunas zonas. Pero el problema, no es tanto de salud vegetal. El ataque de la procesionaria a las acículas del pino por muy virulento que sea no mata al árbol. Sí lo debilita y retrasa su crecimiento  ante la imposibilidad de realizar la fotosíntesis por ausencia de hojas, pero al año siguiente se recuperan, aunque hay especies como el pino piñonero a las que le cuesta más tiempo. Con todo, el mayor problema son las urticarias y las alergias.


La oruga está cubierta de pelos con toxinas urticantes que se desprenden y flotan en el aire, su inahalación pude producir irritación en oídos, nariz y garganta, urticarias e intensas reacciones alérgicas. La intensidad de la plaga este año hace que e riesgo sea mayor. De hecho, Valenciano señala que se han suspendido trabajos forestales que estaban programados en algunas zonas ante la masiva presencia de bolsones. 


Por ello García Abarca insiste en que se preste atención en las salidas al campo y no se pasee por zonas con procesionaria. Además alerta de que la urticaria de la oruga es muy particular puesto que es acumulativa. “Si estás expuesto durante varios años la alergia es cada vez mayor y supone un problema”, concluye.


Tratamientos en zonas sensibles

 estadio que han alcanzado las orugas de procesionaria ya es intratable. “No hay medio químico que acabe con ella”, señala el jefe de Servicio de Medio Natural,  José  Antonio García Abarca. Además,  señala que el nivel es muy grande y el tratamiento no es muy selectivo por lo que suele acabar con el resto de insectos, razón por lo que se prohibieron los vuelos fungicidas. El único tratamiento para  poder atajar la plaga de procesionaria  son las trampas con feromonas para atrapar a los machos, pero en el caso de la provincia de Cuenca el seguimiento de  Agricultura y Medio Ambiente se extiende por 2.200 parcelas y 550.000 hectáreas de pinar, una superficie imposible de tratar con feromonas por lo que “las actuaciones son solo en zonas sensibles como áreas de recreo, colegios e inmediaciones de zonas pobladas”. Con todo, esta solución no puede aplicarse hasta finales de la primavera que será cuando salgan las mariposas, aunque este año el ciclo se ha adelantado y previsiblemente las crisálidas rompan antes. “Estaremos atentos y se colocarán las trampas lo antes posible para rebajar la intensidad de la afección en esos puntos”. 


Por último, García Abarca destaca que la intensidad de la procesionaria es cíclica “se alcanzan puntos más álgidos y después se desciende, es verdad que este año además el tiempo ha favorecido su expansión pero lo normal es que  la intensidad cambie dependiendo del ciclo.