José David Ocaña: "El secreto para que la natación enganche es la calidad de la enseñanza"

Educador en la piscina y uno de esos súper hombres que desafían al deporte fuera de ella. Es el perfil de José David Ocaña, taranconero de 40 años de edad que se ha convertido en uno de los referentes de la natación en la ciudad y en la provincia. Día a día le podemos encontrar en el complejo deportivo “Luis Ocaña” coordinando y entrenando a los niños y niñas del Club Natación Cuenca, aunque no todo queda ahí, puesto que su espiritu competitivo le ha llevado ya a cruzar el Estrecho nadando y a participar en distintas travesías en mar abierto. La última, tuvo lugar hace unos días en Menorca y le dejó mal sabor de boca. Eran 25 kilómetros, pero el mal tiempo hizo a la organización modificar un circuito donde aparecieron unas inesperadas invitadas: las medusas. José David lo intentó durante casi diez kilómetros, pero tuvo que abandonar muy a su pesar.
“Aguanté hasta el kilómetro 4 que era la boya de giro y volví en dirección hasta el kilómetro 10, pero ahí ya los picotazos eran constantes, por la derecha, por la izquierda y, la natación que llevaba no era buena, no avanzaba con fluidez, iba vigilando en vez de nadar. Durante media hora estuve pensándolo hasta que decidí salir, porque ya los picotazos llegaban casi a la cara y no veía que fuera a terminar la prueba”, recuerda con un regusto amargo.
Eso sí, para olvidar la decepción, ya está preparando otra aventura el 1 de agosto. “Ha surgido la posibilidad de ir a Santander, probar el Mar Cantábrico, donde nunca he nadado y me gustaría participar en una travesía que están organizando allí por primera vez. Tiene quince kilómetros y espero estar allí para quitarme lo antes que pueda las malas sensaciones de Menorca. Es otro mar distinto, mucho más duro, donde se nada en grupo hasta casi el final, pues solo se competirá en los kilómetros finales”, explica.
Mientras tanto, además de entrenarse, seguirá dedicando la mayoría de su tiempo a formar a niños. “Para mí la natación lo es todo. Es mi trabajo porque enseño y entreno a niños, pero es mi hobbie. Nunca he dicho que vengo a trabajar, vengo a la piscina porque es el sitio donde más tiempo paso y donde más a gusto estoy”, asegura. Y si él es feliz, también lo son los casi 180 integrantes del C.N. Cuenca. El club pasa por un buen momento, obteniendo buenos resultados a nivel regional, donde ascendió a la Primera División, e incluso a nivel nacional, con Saúl Martínez como abanderado, por no hablar también de la Sección Especial, imparable. Éxitos que vienen a avalar el buen trabajo que se está haciendo. “El secreto para que la natación enganche a la gente en Cuenca es la calidad de la enseñanza que imparten unos monitores a los que les gusta su trabajo, por eso la gente viene, disfruta y se va contenta y cada año tenemos más”, comenta.
Eso y lo positiva que resulta esta actividad en los más pequeños. “La educación acuática tiene unos valores muy positivos como el respeto a los compañeros, la disciplina o el esfuerzo. La natación es un deporte técnico, que exige una concentración brazada a brazada y, los que vienen saben que, para avanzar, tienen que ir pensando en cada parte de su cuerpo. Hay que moverse con las cuatro extremidades y la respiración, por lo que exige coordinación y concentración. Eso les repercute en su vida y terminan yendo bien en el colegio y el instituto. Es un deporte exigente, que les ayuda y les recomiendo”. A nadar.