Pintura mural de Alarcón

Al recibir la invitación para la conferencia del artista plástico conquense Jesús Mateo, supe que no faltaría el martes 25 de noviembre a la Academia.
Conocí la Pintura Mural de Jesús Mateo, poco después de mi llegada a Cuenca. Cuando entré a la Iglesia San Juan Bautista de Alarcón, me sobrecogió su monumentalidad y la comunicación que establece con el espectador.
Fue involucionar hasta el origen de la creación y sentirme integrada a las criaturas primigenias, que componen ese Universo Plástico y se funden para crear una cosmogonía en evolución eterna y divina.
En ellas el movimiento no cesa y los mensajes están latentes; su entorno traslúcido, como una matrix lo envuelve todo y la simbiosis a través de los ojos del visitante, me hizo sentir, parte y todo, en la plenitud sorprendente que un artista elegido, es capaz de trasmitir.
Espacio que invita a la meditación, a la reflexión y a encontrar respuestas contemplando como las figuras se unen, se superponen y ninguna escapa del ámbito pictórico.
Así, como en la vida, todos somos uno y nuestro cuerpo ampliado es el Universo.
¡Gracias Jesús Mateo, por existir!