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Manuel Millán. La composición como necesidad

Llegó un momento que me di cuenta que no podía ser docente, compositor e intérprete, así que me centré en componer, que es algo que me realiza más"
Manuel Millán. La composición como necesidad
22/11/2014 - G.D.
Manuel Millán de las Heras (Cuenca, 1971) es uno de los compositores conquenses más prolíficos y reconocidos, cuyas obras han sonado en certámenes como la Semana de Música Religiosa de Cuenca, el Festival Internacional de Guitarra de Lublin (Polonia) y el Ciclo de Sonatas Fundación Juan March, siendo interpretadas por orquestas como la Sinfónica La Mancha o solistas como Manuel Ángel Ramírez o Mauricio Díaz Álvarez.
Su hasta ahora última composición en estrenarse es ‘Fantasía per chitarra’, que el guitarrista siciliano Angelo Marchese interpretó el pasado martes en una actuación que tuvo lugar en el Teatro-Auditorio de la capital, en vísperas de la celebración de Santa Cecilia patrona de los músicos, este sábado 22 de noviembre.

Se trata de una pieza para guitarra de ocho minutos de duración escrita por encargo en noviembre de hace un año que su autor define como “una obra muy mediterránea, llena de color, de luz, con mucha melodía, yo creo que bastante atractiva”. 
El mediterráneo, que baña Sicilia y buena parte de España, y al que De las Heras confiesa acudir “para buscar paz y alegría”, forma así parte del origen del nuevo tema de un músico que es titulado superior de guitarra y que tras iniciarse de joven en la interpretación a finales de los noventa decidió apostar exclusivamente por la composición.
“Llegó un momento que me di cuenta que no podía ser docente (imparte Música en el Instituto Pedro Mercedes de la capital), compositor e intérprete, así que me centré en componer, que es algo que me realiza más, como el máximo de un músico. Pero aunque dejé un poco de lado la interpretación, volveré”, señala.
En los últimos años recibe entre uno y dos encargos musicales por año, un trabajo que le supone “un aguinaldo pero del que no podría vivir, mantener una familia y una hipoteca”; sobre todo, le permite llevar a cabo lo que considera “una necesidad”, idéntica a la que asegura que sentía siendo más joven.

“Creo que es algo que, además, me mantiene muy vivo”, apunta.
Manuel Millán no es de los que creen que hay límites a la creatividad y a la composición de nuevos temas. “Lo único que creo que puede ser finito es la necesidad de componer, como para un escritor la de escribir, pero a mí de momento no se me ha quitado”.
Sobre su modo compositivo, apunta que es un proceso cuyo primer paso consiste en crear una arquitectura musical. “Tengo que saber a qué instrumentos me enfrento, qué quiero decir, qué forma va a tener, qué duración, qué tensiones, cómo quiero que fluyan las melodías, las armonías… La composición es un edificio musical”.

Una de sus últimas obras, todavía inédita, es, atención, una ópera: ‘La caja de luz’, finalizada en 2013. Asegura que ya hay un grupo de músicos y un director dispuestos a representarla. “Solo falta el presupuesto, que en este caso es muchísimo más caro, porque aunque se trate de una ópera de cámara para pocos intérpretes hay que pagar a todos los músicos, la escenografía, los derechos de autor… Pero yo creo que en 2015 la vamos a ver. Casi seguro”.

CUENCA Y LA MÚSICA
Preguntado por cómo ve la actividad musical en Cuenca, se encuentra satisfecho. “Veo que hay muchísimo talento, grandes músicos… Lo único que nos ha echado para atrás fue lo del Conservatorio Superior”, dice recordando unos estudios largamente demandados para Cuenca al Gobierno regional pero que al final este decidió, el pasado año, que fueran a Albacete.
“Creo que en Cuenca hay grandes músicos con veinte, con treinta años, que son fabulosos, y espero que eso nunca se acabe”. A ello ayudará, opina, el hecho de que la capital cuenta con una Escuela Municipal de Música con muchísima demanda, cerca de 800 alumnos.

¿Y qué tal es la relación de Manuel Millán con la música más moderna y popular. “También sigo la música popular, en parte por necesidad, porque tengo dos hijas adolescentes, y sufro a grupos de jovencitos como One Direction o Aurin. Y cuando era más pequeño me enamoré del heavy sinfónico, de Led Zeppelin, de Guns and Roses, del pop británico con cantantes como Elton John”, revela.