Javier Cansado: "El humor es una forma de revolución"
‘¡Como en casa ni hablar!’ Es el sugerente y confortable título con el que Faemino y Cansado prometen sorprender este sábado 22 de marzo al público conquense, que se sentirá como en zapatillas de andar por casa, riéndose a mandíbula batiente.
Hace más de diez años que no vienen a actuar a la capital conquense y Javier Cansado, que dice conocer la ciudad perfectamente porque su padre era de Cuenca y tocaba en la Banda Municipal, no sabe el porqué, aunque reconoce que hay unas cuantas ciudades que se les resisten un poco, incluso alguna en la que nunca han actuado.
Con respecto al espectáculo que traen este sábado al Teatro Auditorio de Cuenca, Cansado asegura que “sinceramente, creo que es el más gracioso y divertido que hemos escrito, una vuelta de tuerca donde todo diferente pero nada es nuevo. Resulta paradójico pero es así”.
“El título puede resulta un poco contradictorio pues siempre nos preguntan que si es que no queremos que la gente salga de casa. El planteamiento es al contrario: justamente cuando sales de viaje al sitio más maravillloso, cuando vuelves a casa siempre dices: ‘¡Ay, qué bien! ¡Como en casa ni hablar!’ La idea es que la gente salga, que se lo pase bien, pero que al llegar a casa diga: ‘¡Esto es lo mejor!”.
La gente que les conoce sabe que “siempre empezamos haciendo parodia y hablando de cosas de actualidad, interaccionamos con el público, y acabamos con un homenaje a nuestros tíos-abuelos que cuentan historias y chistes malos; una cosa muy extravagante que nos gusta mucho porque nos permite improvisar y ser un poco más locos. Luego, pues tenemos ‘gags’ como ‘La calculadora humana’, ‘El hombre invisible’, o un mimo estrambótico, pero son cosas que realmente no se pueden explicar”.
Treinta años juntos
Le preguntamos sobre su larga trayectoria junto a su compañero Faemino. Responde rápidamente que solo se dan la mano y “lo llevamos muy bien. No hay sexo entre nosotros”. Y considera que “el formato pareja ya no está de moda, en boga, y de la época solo quedan Los Morancos, que son hermanos, y nosotros que somos amigos desde hace 30 años; somos amigos del barrio, de ir al cine, de tomar refrescos. Éramos ya colegas previamente al espectáculo y nunca hemos tenido problemas”.
Faemino nos parece algo más retraído y nos apetece que nos acerque también a su persona. “Carlos es muy introvertido y lleva una vida diferente. Duerme más por el día y es más noctámbulo. Es un poco bohemio o ‘hippie’, pero sí es verdad que luego cuando vamos a los teatros atiende a todo el mundo. Él suele decir que su vida no la mueve para nada. Su ritmo no lo cambia desde que éramos unos imberbes”.
En nuestro afán por saber cosas también hablamos con Cansado sobre si se diferencia el humor español del inglés. En el anglosajón dice que “se trabaja mucho la ironía, algo que es propio de su cultura. Nosotros somos más primarios, humor negro, un poco brutos. Y luego tenemos una tradición surrealista que también se plasma en nuestra forma de entender el humor. Creo que sí que existen características de humor español, pero el humor es fundamental porque si no te mueres. Es todo una amargura. Miras a tu alrededor y ves cosas tremendas, y el humor es algo que te ayuda a vivir, te posiciona ante el mundo. Es una forma de revolución”.
Javier nos cuenta que la vida de cómico no es en absoluto un camino fácil y dice que no se acuerdan mucho de ellos. “A los cómicos no nos dan premios, no se acuerdan mucho de nosotros, porque en el inconsciente colectivo está que el humorista es una persona cachonda y ya está. Si viviésemos en una sociedad donde se valorase el humor, pues seríamos estrellas. Pero bueno, como somos gente cachonda sin más…”.