La Virgen de la Luz luce cincuenta años después uno de sus mantos antiguos
Medio siglo después de quedarse en desuso por desgaste, uno de los mantos antiguos de la Virgen de la Luz vuelve a lucir impecable gracias al trabajo de restauración que se ha llevado a cabo desde la Hermandad.
Se trata de un manto y una saya con bordados en oro que la patrona estrenaba este sábado y lucirá a lo largo de todo el Adviento en su camarín, según destaca en un comunicado la Hermandad de la Virgen de la Luz.
Los impulsores de este proyecto son tres de las personas que se encargan de vestir a la Virgen: Lucía Racionero, Isabel Ferrer, y Jesús J. Calvo, quienes además han querido sufragar los costes de la restauración en señal de agradecimiento a Patrona y Alcaldesa de Honor de la Ciudad de Cuenca.
Los trabajos para la recuperación del manto comenzaron hace dos años. Según apuntan desde la Hermandad, la tela era irrecuperable por lo que se han tenido que sustituir las piezas y reutilizar los elementos que se han podido salvar.
El traspaso del bordado principal de la saya se ha realizado en el taller de Bordado de María Santísima de la Esperanza de Cuenca, que con mucho esmero han recuperado y limpiado todas esas piezas para colocarlas en otro terciopelo morado de las mismas características.
Se trata de una corona imperial con pedrería y perlas naturales que han sido cambiadas por otras de mejor calidad, y un anagrama del Ave María. Además se han enriquecido con una media luna en hilo de oro.
En la confección de este manto que ya forma parte del rico ajuar de la Virgen de la Luz también han intervenido Pilar Castro y las Concepcionistas Franciscanas de la Puerta de Valencia.
