El Concurso Nacional de Saltos de Cuenca vuelve a superar todas las expectativas en su 69ª edición, consolidándose como el gran acontecimiento hípico del verano español en su categoría.
El éxito de convocatoria ha sido tal que, en apenas unas horas tras la apertura de inscripciones, más de la mitad de los caballos inscritos quedaron fuera por falta de boxes, un dato que refleja el extraordinario atractivo que ejerce el certamen tanto para jinetes como para público.
La organización, previendo la fuerte demanda, ha optado por mantener únicamente pruebas oficiales —de 1,20 y 1,35 metros— lo que ha elevado aún más el nivel competitivo de esta edición y ha convertido la obtención de plaza en un verdadero reto para los participantes.
Durante cuatro intensas jornadas, el Recinto Ferial La Hípica acogerá a algunos de los binomios más destacados del panorama nacional, con jinetes de la talla de Luis Franco, Cristóbal Peris, Juan Ignacio Lasquetty e Iván Conde Real de Asúa, todos ellos con una dilatada trayectoria en la pista conquense. Junto a ellos, el público podrá disfrutar con la participación del jinete local Miguel Fierro y de los veteranos militares Juan Queipo de Llano y Ángel Cerdido, que aportan tradición y nivel a esta esperada cita ecuestre.
Continuando con la iniciativa que se inauguró en 2024 el concurso mantiene su vertiente solidaria. En esta ocasión, el Club Deportivo Cuenca a Caballo destinará el importe de uno de los premios a la Asociación de Parkinson de Cuenca, en reconocimiento a la importante labor social y sanitaria que desarrolla en la provincia. La entrega simbólica del cheque tendrá lugar al término del Pequeño Gran Premio, previsto para el sábado 30 de agosto, prueba patrocinada por la Diputación de Cuenca y una de las más esperadas junto al Gran Premio Ayuntamiento de Cuenca, que servirá de brillante colofón a esta nueva edición.
Este concurso, que nació hace casi siete décadas dentro del programa de las Ferias y Fiestas de San Julián, ha sabido mantener el espíritu deportivo y festivo de sus orígenes, al tiempo que se ha consolidado como un referente en el calendario ecuestre nacional. Su continuidad ha sido posible gracias al compromiso de generaciones de jinetes, patrocinadores, instituciones y, sobre todo, del público conquense, que cada año llena las gradas de La Hípica.
Además de su relevancia deportiva, el certamen constituye un motor de dinamización económica y turística para la ciudad, atrayendo a cientos de visitantes que disfrutan no solo de la competición, sino también de la oferta cultural, gastronómica y patrimonial de Cuenca. Una combinación que refuerza la proyección de la capital como destino singular en el panorama hípico y que la distingue por su capacidad de unir deporte, tradición y solidaridad.
