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Jaime López contrapone la España de posguerra al capitalismo actual

‘Hambre, miseria y orden’, en la Sala Acua hasta el 28 de enero, invita a la reflexión incorporando los iconos de la sociedad de la posverdad a las estampas de desolación que marcaron la España en blanco y negro
Jaime López contrapone la España de posguerra al capitalismo actual
Foto: Saúl García
21/01/2018 - M. Jiménez

Un guardia civil y un payaso que acompañan a una niña entusiasmada con un iPhone; dos mujeres de avanzada edad junto a un niño que practican la mendicidad al tiempo que, en lugar de vender verdura, admiran un bolso de Louis Vuitton o una niña en cuyo rostro se refleja la pobreza y el desánimo más absolutos pero ha sido captada tomando un helado de Carte D’Or.

Son tan solo tres de las 25 instantáneas que integran la muestra ‘Hambre, miseria y orden’ pero desprenden tanta verdad que atrapan en sí mismas la esencia de todo este proyecto firmado por el artista multidisciplinar Jaime López Molina.

De manera descarnada y, en ocasiones también un tanto irreverente, López Molina confronta, ante la mirada del espectador, a la gris, rancia, vetusta, adoctrinada y paupérrima España de posguerra y la dictadura con los iconos que guían a la sociedad contemporánea y su “capitalismo agresivo” y que resultan perfectamente identificables tras el trabajo de retoque digital aplicado sobre el original, en blanco y negro.

Así, de una manera respetuosa y desde una posición comprometida que invita a hacer un ejercicio de reflexión en torno a la “falta de memoria”, en ‘Hambre, miseria y orden’ muestra elementos completamente antagónicos que nos sitúan frente a la miseria de este episodio de la historia de España y, de este modo, “genera un cierto conflicto de reflexión”, según López Molina, quien, en este trabajo, se vale de su sensibilidad, ingenio y mucha creatividad para hacer pensar al observador en el transcurso del tiempo y “cómo ciertos valores éticos y morales se han quedado por el camino”.

“Entiendo que, posiblemente, lo primero que le suscite al espectador es jocosidad, pero el trasfondo es esa reflexión sobre la rapidez del paso del tiempo” a lo que se une “una carga de ética y moral bastante consistente”, agrega el creador Jaime López Molina.

Tras definir, en cierto modo, este tipo de arte como “apropiacionista”, admite que en “muchas ocasiones”, el nuevo contexto que resulta de su trabajo “es muy frívolo e irónico”, pero también ayuda al espectador a reparar en el paso del tiempo “entre una España pobre y otra que vive en la opulencia algo artificial”.

Ejemplo de ello es la fotografía que muestra a una pareja de Socuéllamos, ganadora del sorteo de la Lotería de Navidad hace varias décadas, la que más le ha costado resolver y cuya “clave” está en las gallinas que los protagonistas sujetan “de cualquier manera”, escena que el autor ha asociado al icono del McDonalds cuyos productos “están siempre en entredicho a pesar de su imagen de pulcritud a la hora de manipular los alimentos”, argumenta.

Controversia

La “inspiración” le llegó hojeando el libro ‘Imágenes insólitas de una dictadura’, de la agencia EFE, ya que, admite, “prácticamente desde el primer instante” comprendió que algunas de las fotos que contiene esta obra “funcionaban para el proyecto”, ya que podía valerse de ellas para crear “un escenario diferente y que generara cierto clima de controversia”.

Prueba de ello es, sin duda, la fotografía que, “dentro siempre de un marco de respeto, aunque suene a irrespetuosa”, muestra una procesión infantil en la que las niñas portan un estandarte con el logotipo distintivo del colectivo LGBT. El resultado de su intervención: una “confrontación muy agresiva, muy controvertida”.

“Es antagónico el dogma católico aplicado a unas niñas frente a la carencia de libertades que ellos mismos quieren aplicar al colectivo”, sostiene.

Tampoco dejará indiferente al visitante la imagen en la que, cual celebridad, El Lute aparece en un photocall cuando, en la original, estaba siendo fotografiado para la ficha policial o aquella en la que aparece el mítico Gila con su inseparable teléfono arengando a un regimiento militar como si de un anuncio de Vodafone se tratase.

Entre las más representativas, también la que presenta a una fila de niños esperando para recibir alimentos con la mirada perdida entre las bolas de un parque infantil o las que rescatan símbolos como la Playboy, Homer Simpson o Picachu. Tanta desazón tiene su contrapunto en dos instantáneas: la del Athletic levantando un gato chino y la de un baile que se adelanta en el tiempo al Festival de Benicassim.

La exposición puede visitarse hasta el día 28 en la Sala Acua y viajará a Toledo y Málaga.

CAPRICHOS Y DESASTRES

‘Hambre, miseria y orden’ se inauguraba este miércoles y tendrá su continuación en ‘Caprichos y desastres”, que comparte la filosofía y esencia de este último trabajo de Jaime López pero, en esta ocasión, extrapolando otros tantos iconos del mundo contemporáneo a los grabados de Goya “para generar también ese discurso”, avanza el artista.

Una “conversación”, sin duda, transgresora “y más frívola aún que en esta muestra recién inaugurada, porque Goya es más dantesco y muy grotesco”, advierte. No obstante, dado que prefiere no “enlazar” dos proyectos tan similares y a la espera de que pase “cierto tiempo” entre ambos, este inquieto y creativo artista, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha, acaba de dar por terminada su nueva propuesta.

Bajo el título de ‘Posverdad’ y desde el punto de vista técnico y plástico, López Molina retoma en ella sus orígenes como artista, que quedan bien patentes en algunos de esos primeros trabajos como el que lleva por título ‘Condición humana’. En esta obra, recuerda López Molina, se acercaba a la figura de un ser humano alienado en una sociedad “que lo organiza y manipula”.

Un ejemplo más de ese compromiso social que, defiende, “debe tener todo artista”.


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