María (nombre ficticio) tiene 37 años y vive en El Herrumblar, aunque nació en otro país. Trabaja a media jornada en una cooperativa agroalimentaria en otra localidad cercana y, hasta que estalló la crisis por la Covid-19, iba también iba a limpiar a dos casas de forma habitual cada semana y a otros domicilios esporádicamente. Desde que entramos en estado de alarma, ha dejado de hacerlo por lo que sus ingresos se han resentido.
El colectivo de empleadas de hogar no tiene derecho a prestación por desempleo aunque María tampoco puede beneficiarse del subsidio que ha puesto en marcha el Gobierno central porque tampoco estaba dada de alta en el régimen especial de este sector.
“Son pocas horas y no te dan de alta. No dependo únicamente de este trabajo pero era una ayuda para mí. Económicamente lo he notado aunque también se gasta menos ahora”, reconoce.
En una de las casas en las que limpia habitualmente trabaja cuatro horas cada semana y en la otra, tres o cuatro. Además, también va a otros hogares pero de forma más esporádica, sobre todo en verano.
“Las personas que dependían solo de ese sueldo, lo van a tener muy complicado”, subraya María, que lleva 13 años en España y ahora vive en este municipio conquense. Antes, también trabajó en Madrid como interna aunque nunca le habían dado de alta hasta que comenzó en la cooperativa agroalimentaria.
“El régimen de empleada de hogar no sirva para el desempleo. No sirve para nada”, lamenta.
En España, están dadas de alta en el régimen especial de la Seguridad Social de empleadas del hogar cerca de 400.000 personas, aunque se calcula que, como María, son muchas más las que lo hacen en la economía sumergida.
El Gobierno central dio luz verde a un subsidio de desempleo temporal que pueden solicitar las empleadas de hogar dadas de alta en la Seguridad Social antes de la entrada en vigor del estado de alarma, el pasado 15 de marzo, si las despiden o ven reducidas sus horas de trabajo en esta crisis del coronavirus.
Hasta ahora, no tenían derecho a prestación por desempleo y este subsidio será del 70 % de la base de cotización de la trabajadora.
"No puede ser que sean de nuevo las grandes olvidadas", señala el vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, durante la presentación de este subsidio que pretende proteger a un colectivo muy vulnerable.
Para acreditar esta situación y pedir el subsidio ante el SEPE, valdrá con presentar uno de estos documentos: una declaración responsable firmada por el empleador, carta de despido o comunicación de desistimiento o la baja en el Sistema Especial de Empleados del Hogar del Régimen General de la Seguridad Social.
El derecho a la prestación será desde la fecha de baja en la Seguridad Social o desde la fecha que figure en la declaración responsable firmada por el empleador.
El subsidio es compatible con la percepción de otros salarios por cuenta propia o ajena si no se supera, en conjunto, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 950 euros para este año.
Y es incompatible con el subsidio por incapacidad temporal o con el permiso retribuido recuperable.
Una deuda histórica con el colectivoLa secretaria provincial de CCOO Cuenca, María José Mesas, recuerda que estas trabajadoras “invisibles” arrastran históricamente una situación desfavorable. “Antes ni siquiera se consideraba como una relación laboral sino que era de confianza con los dueños de la casa”, recuerda.
Mesas celebra este subsidio dado que este sector no tiene derecho a prestación por desempleo, haciendo hincapié en que el sindicato lleva años reivindicando la mejora de la situación de este colectivo, feminizado por tradición cultural.
No obstante, puntualiza que hay “mucho trabajo encubierto” en este sector, por lo que muchas empleadas del hogar van a quedar excluidas de este subsidio.
Por su parte, para Félix Frutos, responsable sectorial de Limpieza de UGT Castilla-La Mancha, también valora este subsidio, aunque no todas las empleadas podrán beneficiarse porque “hay mucha gente que no está dada de alta”. “Junto a trabajadores autónomos, es uno de los colectivos más olvidados”, lamenta.
El sindicalista señala que con esta medida se recogen algunas de las reivindicaciones históricas para este colectivo pero pide ir un paso más allá y “darle continuidad” cuando finalice la situación de emergencia que vivimos puesto que estas empleadas no tienen derecho a desempleo. “Hay una deuda histórica con el sector”, recalca.
