Vacunas
Los contagios de coronavirus vuelven a dispararse en la región y en nuestra provincia, donde lamentamos de nuevo fallecimientos a causa de la Covid-19. Sólo en la jornada del miércoles Castilla-La Mancha registró más de mil nuevos casos y el jueves otro millar. Con estas cifras tan preocupantes, no nos queda más remedio que reconocer que, en las actuales circunstancias, si no fuera por el importante avance de la vacunación el número de decesos sería realmente escalofriante.
El repunte de casos pone nuevamente a los profesionales de la Sanidad en situación comprometida. Cierto es que las vacunas reducen la gravedad de los contagios, pero no los exterminan y no consiguen disminuir el incesante trasiego de pacientes que amenazan con colapsar otra vez la Atención Primaria y con poner en serios problemas al personal hospitalario. Y ya sabemos qué ocurre con ello: disminuye la calidad de la atención, sobre todo para quienes padecen enfermedades crónicas, y se incrementa el desgaste de los ya extremadamente baqueteados profesionales sanitarios.
Muchos nos preguntamos qué está ocurriendo y, sin ser especialistas, podemos aventurar que quizá estemos relajando demasiado la guardia. Creemos que está circulando el peligroso mensaje de que hemos vencido al coronavirus, como si con la llegada del verano como si el Sars-Cov-2 se estuviese batiendo en retirada y tocase por fin disfrutar a fondo. En muchas declaraciones públicas y artículos de prensa se habla en pasado de la pandemia, cuando los números nos están indicando que en realidad sigue peligrosamente presente.
Consuela, no obstante, que estemos ya en el último peldaño para alcanzar la inmunidad de grupo, en el Área de Salud de Cuenca ya se ha alcanzado al superar el 70 por ciento de la población diana con la apauta de vacunación completa, en Castilla-La Mancha la previsión del Gobierno regional es que esta semana se alcance el 65 por ciento. Pero además se va a vacunar a los mayores de 12 años para ir preparando un nuevo curso escolar que todo parece indicar que será presencial, con un refuerzo del profesorado y con una mejora de las instalaciones que permitirá asistir a clase con mayores garantías sanitarias. Se están dando muchos pasos para que la ansiada normalidad llegue para quedarse y no nos vamos a cansar de insistir en que no podemos bajar la guardia y tirar por la borda el avance que tanto esfuerzo nos ha costado a todos.
Desazona, empero, el hecho de que el verano atrae visitantes de otras regiones menos favorecidas por las vacunas que podrían portar el virus; o que la celebración de muchas fiestas patronales sin las debidas medidas de precaución no haga sino elevar las cifras que los últimos días estamos conociendo. Cuando finalicen la Feria y Fiestas de San Julián, tendremos un pequeño barómetro de la evolución de la Covid 19 en Cuenca. Cuando volvamos todos de vacaciones y el otoño nos devuelva a la rutina volveremos a consultar otro barómetro. De nuestro comportamiento en las próximas semanas dependerá que la “presión atmosférica” de la pandemia mantenga la aguja a cero.
