"Un poeta"

No sé por qué pero siempre he sentido especial predilección por un puñado de versos de Bukowski. No siempre conforman un poema entero, como no siempre los recuerdos dan para reconstruir una vida entera; en ocasiones, se trata de algunos versos sueltos. No sé por qué pero siempre he sentido especial predilección por los versos sueltos, la oveja negra, el salmón. Hoy me vienen a la cabeza los tres últimos versos de uno de esos poemas: «pero como dijo Dios, /cruzándose de piernas:/ he hecho muchos poetas y poca poesía». Y es que, que no os engañen los prosaicos, los imbéciles o los proxenetas de votos y sueños; la «poesía es necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto»; por eso es anterior a los recuerdos del ser humano y posterior a nuestros sueños. El problema es que en los tiempos que corren es escasa y extraña como un beso en una trinchera o una caricia en un quirófano. Por eso, los poetas de hoy tienen las manos sucias y el alma limpia; son mineros, arqueólogos, nigromantes, soñadores en busca de esa brizna de poesía capaz de salvar el día, capaz de darle sentido a la vida. Digo todo esto porque esta semana murió Joan Margarit, un poeta. Tengo muy claro por qué siempre he sentido especial predilección por la poesía.