Héroes y villanos

Héroes. Para la literatura clásica, lo que define al héroe, más allá de un dechado de virtudes, es el destino. Los héroes tienen un destino ineludible que han que asumir por el bien de todos. Para Valle-Inclán los héroes clásicos en España se pasean por el callejón del Gato. Nuestros sanitarios no son héroes clásicos; ellos no tienen un destino ineludible, sino una vocación inquebrantable y, en ocasiones, la vocación no es una capa de Superman, sino un avión kamikaze. Hubiese sido fácil vencer en Termópilas con diez millones de hombres…

Nuestros sanitarios viven en la España de Valle-Inclán; en un mundo que es un auténtico esperpento. Son solo humanos desnudos e inermes a los que les exigimos ser héroes. Hace no tanto tiempo se les masacraba laboralmente, se les suspendía por reivindicar sus derechos, se les criticaba por velar por tu seguridad. Tú también pudiste elegir ser un héroe para ellos.

¿Dónde estabas cuando se manifestaban en las calles, cuando las mareas o marchas blancas pisaban el asfalto? Ahora todo son buenas palabras y palmaditas en la espalda, todo grandilocuente y sin límites, pero cuando esto acabe, volverán a ser mortales y las palmaditas en la espalda, puñaladas. ¿Serás entonces tú un héroe o volverás a agachar la cabeza?