En “código rojo”

Suena a titular periodístico desmedido pero en boca de quien lo ha dicho, el mismísimo secretario general de la ONU, hace que a uno le tiemblen las carnes: Antonio Guterres no ha dudado en señalar que en lo que a la crisis climática atañe estamos en “código rojo”. Y es que, según el informe que acaba de hacer público el panel de más de doscientos expertos –doscientos treinta y cuatro procedentes de sesenta y seis países para ser precisos– que sobre este tema asesora a la organización mundialista, no sólo estamos en un momento absolutamente decisivo cara a nuestro futuro sino que nuestro planeta ya ha experimentado “daños que en algunos casos serán irreversibles durante siglos o milenios”. Y es que, aunque es bien cierto que –y copio literalmente las frases de la propia web de las Naciones Unidas– “los gases de efecto invernadero se producen de manera natural y son esenciales para la supervivencia de los seres humanos y de millones de otros seres vivos ya que, al impedir que parte del calor del sol se propague hacia el espacio, hacen la Tierra habitable” también lo es que “después de más de un siglo y medio de industrialización, deforestación y agricultura a gran escala, las cantidades de gases de efecto invernadero en la atmósfera se han incrementado en niveles nunca antes vistos en tres millones de años” y que “a medida que la población, las economías y el nivel de vida –con el asociado incremento del consumo– crecen, también lo hace el nivel acumulado de emisiones de ese tipo de gases” como asimismo lo es que de esos gases el más abundante, alrededor de dos tercios de todos ellos “es el dióxido de carbono  (el CO2) que resulta de la quema de combustibles fósiles”. Y por ello el aumento de la temperatura media global está ya en 1,1 grados respecto a los niveles preindustriales y el ritmo de calentamiento planetario es tal que no hay precedentes de un proceso similar en al menos los últimos dos mil años. Y desde luego lo que está meridianamente claro, más allá de cualquier duda razonable, es que “el cambio climático inducido por el hombre ya está afectando a muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo”, algo que, digo yo, anda que no resulta cada vez más que evidente en la realidad de nuestro día a día por encima incluso de los propios informes científicos.  Así que como para no hacer más, pero que bastante, que mucho más de lo que hasta ahora hemos venido haciendo, aunque aún haya en nuestro propio país quienes jueguen, cual algún grupo político como Vox, a un interesado escepticismo a la caza de votos radicales y negacionistas intentando ridiculizar a los informes científicos sacándose de su zurrón ideológico términos tales como “religión climática”. Pero en temas como éste, y más allá de cualquier ideología, no nos dejemos engañar: nos va en ello ya no sólo el futuro de nuestra descendencia sino incluso de muchos de nosotros mismos, vecinos de este planeta, ya directamente afectados en este momento por las catastróficas consecuencias de tan crítica situación.