Centro de mayores

Diez años llevan los vecinos del barrio de Las Quinientas de la capital a la espera de que Ayuntamiento de Cuenca y Gobierno regional lleguen a un acuerdo y presupuesten la habilitación y puesta en marcha de un centro de día de mayores que permita que un número importante de vecinos del barrio, de avanzada edad, disponga de un sitio donde pasar buena parte del día y acceder a un servicio de comida.

Diez años durante los que, desgraciadamente, han fallecido muchos jubilados de la zona, que además de las quinientas viviendas del barrio homónimo comprende parte de Reyes Católicos, del Paseo de San Antonio o de Antonio Machado, calles todas ellas que congregan a un elevado número de vecinos, lo que demuestra la necesidad de este recurso no solo en el corto plazo, sino, también, a corto y largo plazo.

Que el anterior equipo de gobierno municipal, del Partido Popular, se negara a ceder uno de los edificios en desuso del antiguo colegio Astrana Marín, junto a lo que hoy es la Escuela Municipal de Música, alegando, entre otras razones, que ya hay muchos centros de mayores en Cuenca y que este tipo de infraestructuras tienen un gasto de mantenimiento, no se puede entender cuando existe el compromiso del Gobierno de Castilla-La Mancha de ponerlo en funcionamiento y cuando las competencias de los servicios sociales dependen de la administración regional, ante lo que la local puede hacerse cargo de ellas pero a cambio de la debida financiación. Parecía, más bien, un intento de boicotear un compromiso adquirido por el gobierno de un partido político de distinto color con el fin de restarle protagonismo o de desatender una zona de la ciudad que, tradicionalmente, ha votado a los partidos de izquierdas.

Es cierto que la apertura, hace ya una década, de la Escuela Municipal de Música en este entorno que también dispone de colegio, numerosos bares y comercios de todo tipo, ya le ha dado bastante “vida” al barrio, pero se trata de añadir un nuevo servicio dirigido a una franja de edad muy determinada con el fin de hacer más fácil la vida a nuestros mayores en una etapa en la que preocuparse cada día de comprar y de preparar la comida, recoger los platos, limpiar la casa, se puede hacer cuesta arriba por mucho que no haya prisa para fichar en la oficina o en la empresa.

Esperemos, pues, que el actual inmueble en desuso, según la intención mostrada por el actual equipo municipal que preside Darío Dolz, sea destinado próximamente al Gobierno regional y este, eso sí, cumpla su promesa y no tarde en elaborar el proyecto para que el centro de mayores sea una realidad en esta misma legislatura (no se puede esperar más) y, al ser posible, en uno o dos años como mucho.