Ayudas

Como agua de mayo. Así es como reciben las empresas el anuncio que este jueves realizaba el presidente Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. Las deducciones en las cotizaciones empresariales es una demanda por la que desde hace tiempo vienen luchando las confederaciones empresariales de Cuenca, Teruel y Soria y los gobiernos respectivos de sus Comunidades Autónomas. Un motivo más de esperanza que esperemos que llegue a buen puerto. El horizonte que se dibuja, con este y otros anuncios que han formulado recientemente dirigentes socialistas.  Algunos acusarán a estos políticos de hacer continuos brindis a un sol que ya está calentando las urnas. Otros valorarán positivamente cualquier promesa que signifique mejorar la situación económica y social del territorio castellanomanchego. 

Si la pasada semana hacíamos referencia a interesantes anuncios para la provincia y para la región formulados por el presidente regional Emiliano-García Page durante su maratoniana intervención en el Debate del Estado de la Región, como, por ejemplo, la reducción del IRPF en diversos tramos para rentas inferiores a 30 mil euros, que podrían llegar casi al 87% de la población castellanomanchega, este jueves, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometía una serie de deducciones fiscales que tienen como objetivo fomentar la contratación indefinida de trabajadoras y trabajadores en las provincia de Cuenca, Soria y Teruel.  Los municipios con menos de 1.000 habitantes obtendrían bonificaciones llamadas “ayudas al funcionamiento”, de entre el 5 y el 20% , para favorecer la instalación de empresas. Son medidas que indudablemente serán bien recibidas en las tres provincias, pero que quedarían cojas si no se acompañan con la mejora de las infraestructuras de transporte y la implementación de las más modernas tecnologías de comunicación. La pretendida nueva Ley frente a la Despoblación debería garantizar todos estos avances, unos avances y rebajas que también podrían llegar a la provincia de Guadalajara, según la petición que va a elevar García-Page a su homólogo de Moncloa.   

Sánchez también anunciaba un ambicioso plan nacional de 3 mil millones de euros para que un millón y medio de hogares vulnerables puedan reducir al menos un 40% sus facturas eléctricas. Esta nueva promesa puede suponer un alivio para muchas familias preocupadas por la llegada de un invierno que amenaza con ser muy duro, y no sólo por el frío. Alcanzaría, según el Ejecutivo, a un 40% de las viviendas españolas. Además, quienes tuvieran el bono social eléctrico podrían llegar a abaratar el recibo de la luz hasta un 80%.  Si a ello le sumamos el tope instalado en el precio del gas, parece que los rigores invernales podrían ser más llevaderos.  Nadie puede negar que este Gobierno está muy centrado en hacer más llevadera la vida de los ciudadanos españoles en estos tiempos de incertidumbre. En su día ya anunció medidas que algunos calificaron como de imposible ejecución y que finalmente se convirtieron en realidad a pesar de que su desarrollo estaba marcado por una pandemia y por una crisis económica de amplio calado. En este caso, y en atención a los resultados de esta gestión positiva, como mínimo hay que conceder al Ejecutivo el crédito que hasta el momento merecen sus medidas sociales.