¿Y si en la zona de Cañlaveruelas conocida como Vallejo del Obispo se encuentran los restos del Monasterio Servitano, uno de los más influyentes de la época visigoda? Esa es la pregunta que guía a Pilar Diarte Blasco, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en la campaña arqueológica que 25 años después ha retomado las excavaciones en este punto que se encuentra a escasos dos kilómetros de Ercávica.
Los primeros trabajos de campo, que arrancaron en julio, se han centrado en el estudio y análisis de parte de las estructuras que, en un espacio de más de 2.500 metros cuadrados, se distribuyen por la zona conocida como Vallejo del obispo. El complejo, que podría corresponderse con el Monasterio Servitano, se puede dividir en tres zonas diferenciadas que siguen un esquema aparentemente rectangular. La primera es una zona de necrópolis que se asocia, por el momento, al periodo de repoblación (s.XII) –aunque esperan poder precisar más la etapa con dataciones radiocarbónicas que llevarán a cabo en los próximos meses–. Estas dependencias, según palabras de Diarte, se ubican junto a un edificio rectangular construido con sillares expoliados de la ciudad romana de Ercávica. Además, existe un gran espacio también rectangular con muros divisorios que crean espacios más pequeños. Toda esa zona se extiende por el oeste del yacimiento, con un importante número de muros y habitaciones que, por el momento, no han podido ser estudiados.
La nueva intervención arqueológica, financiada por la Agencia Estatal de Investigación, está dirigida por Pilar Diarte Blasco

Todavía hay mucho que investigar, pero en esta primera campaña de excavaciones Pilar Diarte Blasco (Instituto de Historia CCHS-CSIC), ha trabajado en coordinación con Marta Pérez Polo y Manuel Castro Priego, profesores de la Universidad de Alcalá, así como con técnicos especializados de los Laboratorios de I+D de Arqueología del Instituto de Historia del CSIC, que se han centrado en recoger muestras de sedimentos. A través de las mismas estudiarán el entorno paisajístico centrándose en los restos botánicos y arqueozoológicos. “Hemos llevado a cabo fotogrametría, documentación de las estructuras y unos pequeños sondeos en unos testigos que se habían dejado de las excavaciones anteriores”, apostilla.
Actualmente, tal y como avanza la directora del proyecto a Las Noticias, las muestras han sido enviadas al Instituto de Historia del CSIC, la Universidad de Jaén, la Universidad de Alcalá y, en algunos casos, optarán por hacer estudios en laboratorios especializados de Estados Unidos.
Eso sí, todavía es pronto para conocer los resultados ya que las primeras conclusiones arqueológicas podrían estar listas para la primavera de 2026, antes de iniciar la segunda campaña de excavaciones. Porque sí, la inteción de Diarte es mantener en el tiempo las intervenciones para tratar de confirmar si esta construcción es o no el Monasterio Servitano. “Incluso si descubrimos que no se trata del Monasterio Servitano, seguiríamos ante un lugar de enorme valor arqueológico. Las estructuras son impresionantes y hablan de una complejidad arquitectónica y funcional que merece ser estudiada y preservada”, señala Diarte.
No obstante, el topónimo del lugar, Vallejo del Obispo, refuerza la hipótesis de que aquí pudo encontrarse una sede episcopal activa. “Está siendo una labor una ardua para nosotros porque tenemos que tratar de reconstruir lo que hicieron otras personas en campañas de excavación previas”.
Es por ello que, previamente a trabajar in situ, el equipo llevó a cabo una revisión exhaustiva de los materiales procedentes de antiguas campañas, actualmente custiodados en el Museo de Cuenca, a quien agradecen su estrecha colaboración.
El Museo de Cuenca custodia los materiales procedentes de antiguas campañas de excavación
El estudio de este espacio que aparece documentado por primera vez en el III Concilio de Toledo (año 589), será clave para entender la transición de la ciudad romana al poblamiento altomedieval y el papel del monasterio en la reorganización del paisaje social y religioso.
Cabe recordar que esta intervención forma parte de los proyectos de investigación SUBRECC y CONURBAN, ambos financiados por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y dirigidos por Pilar Diarte Blasco. Las excavaciones se integran en una línea de investigación centrada en los patrones de asentamiento y modos de vida en el entorno suburbano de las ciudades romanas y visigodas.