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“Es necesario reformar el Reglamento de las Cortes y el Estatuto de Autonomía”

En un repaso por el primer año al frente del Parlamento regional, Bellido remarca el buen comportamiento y talante demostrados por todos los diputados
“Es necesario reformar el Reglamento de las Cortes y el Estatuto de Autonomía”
Fotos: Cortes de Castilla-La Mancha
20/06/2020 - Las Noticias

El 19 de junio de 2019 se celebraba en las Cortes de Castilla-La Mancha la sesión constitutiva de la X Legislatura, en la que resultaba elegido como presidente del Parlamento autonómico el diputado socialista por Guadalajara, Pablo Bellido (Línea de la Concepción-Cádiz- 1976). Momento idóneo, por lo tanto, para echar un vistazo atrás y repasar de la mano de su presidente ese primer año de andadura.

Linense de nacimiento, aunque guadalajareño no solo de adopción, sino también “de corazón” –como a él le gusta remarcar–, Bellido no duda en realizar un balance positivo de este periodo, en especial de los ocho primeros meses “pre-Covid”, porque ha resultado muy fructífero, parlamentariamente hablando, con la aprobación de muchas leyes por unanimidad. Reflejo, a su juicio, del buen comportamiento y talante de todos los diputados, que “hemos sabido encontrar el acuerdo más allá de las diferencias y discrepancias ideológicas de cada uno”.

Es de la opinión que es necesario acometer la reforma del Reglamento de las Cortes y, por supuesto, del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, al tiempo que se marca, junto a su equipo de Presidencia, el reto de incrementar la presencia de las Cortes en la sociedad castellano-manchega.

¿Cómo valora estos doce primeros meses al frente de las Cortes autonómicas?

Creo que es un balance positivo dentro de que ha sido un año desigual con la aparición de la pandemia. En especial en los ocho primeros meses debo de hacer un balance muy positivo, donde hemos aprobado muchas leyes por unanimidad, donde el talante ha sido muy positivo y los grupos políticos han trabajado con una predisposición de servicio público. Los últimos cuatro meses, por su parte, han estado marcados por la tragedia de la Covid y por el dolor y el sufrimiento colectivo.

Entonces, ¿estamos hablando de un primer año especialmente activo parlamentariamente hablando?

Sí, por supuesto. De las 17 asambleas legistativas del país, Castilla-La Mancha tiene el Parlamento con menos diputados por habitante, el segundo con menos en términos absolutos, el más barato de toda España y, sin embargo, somos el que más leyes hemos aprobado por unanimidad y el que más leyes hemos aprobado por más de un partido político, a pesar de la mayoría absoluta que posee el Partido Socialista. En definitiva, tengo que decir que se ha trabajado mucho y bien, y, además, subrayando que bien, todos, porque si hemos llegado a tantos acuerdos es que hemos sabido encontrar puntos en común, más allá de las diferencias y discrepancias ideológicas de cada uno. Esto creo que habla muy bien de las diputadas y diputados de esta región que han acudido a las Cortes con el deseo de estar a la altura de lo que la sociedad le exige como representantes de la soberanía popular de Castilla-La Mancha.

Nada que ver, entonces, con el clima de crispación que, por ejemplo, está predominando en el Congreso de los Diputados ¿no?

Desde luego. En Castilla-La Mancha hemos tenido ocho meses de un comportamiento y un talante espectaculares, de lo que me siento muy orgulloso y estoy agradecido, y unos últimos meses más condicionados por una mayor crispación y confrontación que, aunque no se ha reflejado del todo durante los propios plenos, sí que ha estado presente en la contienda política. Pero, desde luego, el espectáculo bochornoso del Congreso de los Diputados no se ha producido y espero que no se produzca en las Cortes castellano-manchegas. De hecho, mi cometido consiste en evitarlo, pero es necesario que me ayuden las diputadas y diputados, y, desde luego, voy a poner todo mi esfuerzo para que las Cortes de Castilla-La Mancha sean un lugar de respeto, moderación y que represente una sociedad como la de la nuestra región, muy civilizada y educada, que puede discrepar, pero nunca desde la crispación.

En estos doce meses en la Presidencia ¿recuerda algún momento de manera especial?

Destacaría el momento de la elección como presidente de las Cortes. Es un enorme honor y una gran gratitud hacia el presidente de la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, y hacia las compañeras y compañeros que me eligieron. Y más allá de lo personal, decir que hemos tenido momentos muy buenos, como la aprobación de varias leyes por unanimidad en una época que no es fácil que esto ocurra, porque el parlamentarismo va evolucionando hacia comportamiento, a veces, muy estancos. De tal manera, que si una cosa la propone el PSOE, el PP se opone y si es el PP el que la pone sobre la mesa, el PSOE se opone. Estas dinámicas que a lo largo de los tiempos se han ido imponiendo, creo que en Castilla-La Mancha, no sin esfuerzo, inteligencia, audacia y ductilidad, hemos ido superándolas.

Ha hecho mención, como es lógico, a la pandemia de la Covid-19 y sus terribles consecuencias, ¿cree que va a haber un antes y un después de la Covid en las Cortes de Castilla-La Mancha?

Creo que en el mundo, en España, en Castilla-La Mancha y, lógicamente, en la política hay un antes y un después de la Covid. Hay cosas que han cambiado. Nos creíamos invulnerables como sociedad. No podíamos plantearnos que íbamos a padecer una pandemia de esta naturaleza. Nunca en la historia sociedades tan globales han tenido que encerrarse en sus casas. A mí me dicen hace un año que en España vamos a estar más de dos meses encerrados en nuestros domicilios y que lo vamos a cumplir escrupulosamente con responsabilidad y generosidad, y la verdad es que no sé si me lo hubiese creído.

Ha cambiado todo y la política no va a ser menos. Pero la cuestión es si de esto salimos mejores o peores. Mi impresión es que deberíamos salir mejores, porque la gran mayoría de la sociedad se ha comportado muy bien y merece que la política dé continuidad a esos actos de generosidad y responsabilidad. Y, sin embargo, a veces veo que hay quienes están empeñados en que salgamos peores, porque piensan que si hay un mayor enfrentamiento político y más conflicto, quizá tengan más cerca el acceso al poder. Y eso es muy triste. No todo vale, porque el fin no puede justificar todos los medios y, desde luego, porque España o Castilla-La Mancha es más importante que quien presida el Gobierno de la nación o la Junta de Comunidades. Esa es la parte de frustración que me queda, porque yo creo que deberíamos salir mejores, más humanos, más generosos, más solidarios, más responsables,… y hay quien se empeña en que salgamos peores. En ese debate, creo que vamos a estar durante los próximos meses y a ver si somos capaces de encontrar un camino para que no se salgan con la suya.

No me cabe duda que al trasvase le queda muy poco tiempo

¿Se ha marcado algún reto en especial para esta legislatura?

Además de respetar mucho el trabajo de los grupos parlamentarios y comprendiendo que mi labor es más de arbitraje, desde el equipo de Presidencia tenemos un deseo que no es otro que las Cortes tengan más presencia en la vida de Castilla-La Mancha, porque creemos que puede ser bueno para la sociedad. Nuestra idea es contribuir a hacer región, a cohesionar y vertebrar y a que los ciudadanos y ciudadanas de Castilla-La Mancha encuentren en esta Cámara la expresión de lo que quiere que sea el conjunto de Castilla-La Mancha.

¿Cree, entonces, que las Cortes es una institución suficientemente conocida por los ciudadanos?

Creo que no. Es uno de los déficits que tenemos todavía. Los ciudadanos tienen que saber que tienen unos diputados en Castilla-La Mancha, además de los del Congreso y el Senado, a los que les pueden hacer llegar sus inquietudes, iniciativas, etc… para materializar en política lo que son deseos de la ciudadanía. Este desconocimiento no es exclusivo de las Cortes de Castilla-La Mancha, sino más bien de todo el parlamentarismo autonómico por ser relativamente reciento con apenas 40 años de existencia. .

¿Se ha planteado acometer la modificación del Reglamento de las Cortes?

Vamos a afrontar en el próximo Pleno una reforma, propuesta por Cs y acordada por los tres partidos, que permitirá el voto telemático, tanto si hay circunstancias colectivas excepcionales, como ha sido el caso de la pandemia, como no, con el fin de facilitar el voto a aquellos diputados que no puedan estar en el Pleno por encontrarse de baja por maternidad, paternidad o cualquier enfermedad. Pero, además de esta modificación puntual, tenemos la ambición e, incluso, necesidad, de hacer una reforma más estructural, que adecúe el Reglamento de las Cortes a los instrumentos normativos que tienen otras comunidades autónomas y también a facilitar una mejor capacidad de reacción. Eso se puede hacer bien a través de una reforma del Reglamento o mediante una reforma del Estatuto de Autonomía. Yo, particularmente, me inclino por la segunda posibilidad, pero, claro, esto lo tienen que decidir los grupos parlamentarios. Mi papel es escucharles y facilitarles, en la medida de mis posibilidades, dar cumplimiento a sus deseos. Creo que una reforma del Reglamento va siendo necesaria y, por otra parte, es muy importante que consideremos también una reforma del Estatuto de Autonomía, porque Castilla-La Mancha hoy gestiona competencias que cuando se redactó este texto dependían del Gobierno central.

Hablando de reformas ¿se ha puesto sobre la mesa modificar el número de diputados?

Es un debate que está abierto. Castilla-La Mancha tiene el Parlamento autonómico más pequeño por habitante. Creo que 33 diputados son pocos para representar a la región, porque son prácticamente el Pleno del Ayuntamiento de Albacete o de una Diputación. Por lo tanto, creo que sí. Es un debate que se puede afrontar y se puede empezar a considerar que sería más razonable un número mayor de diputados. Ahora bien ¿es eso urgente? No lo es ¿Es esto más importante que otras cosas? No lo es. Sin embargo, alguna importancia tiene y yo no se la niego y me gustaría que los partidos políticos se sentarán a hablar de esto, pero tampoco quiero que la sociedad piense que en lugar de estar ocupados en los temas que les importan, estamos en esto. Tiene su importancia, pero habrá que abordarlo con otras cuestiones.

El hecho de que sea el presidente más joven que haya tenido las Cortes de Castilla-La Mancha, ¿ha resultado una ventaja o un inconveniente?

La verdad es que no lo considero una ventaja específica. Soy el presidente de las Cortes de este tiempo, que, sin lugar a dudas, es distinto a otros anteriores. Pero he tenido la oportunidad de reunirme con todos los presidentes de la historia del Parlamento autonómico y tengo que decir que les tengo una enorme admiración a todos y cada uno de ellos. Les he pedido que me ayuden y se han comprometido a hacerlo. De hecho, dentro de poco celebraremos 40 años de comunidad autónoma y, por tanto, de Cortes de Castilla-La Mancha, que será el 31 de mayo de 2023, y quiero que esa celebración sirva para reivindicar Castilla-La Mancha y hacerlo con todos mis antecesores. En consecuencia, comentar que no sé si la juventud aporta algo, pero, desde luego, lo que puedo decir es que he llegado a este Parlamento con muchas ganas de contribuir a mejorar la sociedad de Castilla-La Mancha.

“Es necesario reformar el Reglamento de las Cortes y el Estatuto de Autonomía”

Un tema de actualidad es, sin duda, la despoblación, que, además, está castigando desde hace décadas a Castilla-La Mancha y, en especial, a provincias como Cuenca o Guadalajara, ¿qué está haciendo las Cortes de Castilla-La Mancha al respecto?

Las Cortes regionales tienen una comisión de estudio que va a hacer propuestas para combatir la despoblación. Todas las instituciones legislativas, junto a los gobiernos, tenemos que afrontar que en los próximos veinte o treinta años tenemos que cambiar el ciclo. Tenemos que pasar de un mundo que se concentra en ciudades o en aglomeraciones urbanas, donde una epidemia se propaga con mucha facilidad, a un modelo donde haya un mayor equilibrio entre las zonas urbanas y las zonas rurales. Para ello, tenemos que hacer que en las zonas rurales se pueda vivir bien. El medio rural tiene muchas cosas positivas, pero hay que mejorar otras, como el transporte o la movilidad, la prestación de servicios y, por supuesto, las telecomunicaciones, tan importantes en una aldea global como en la que vivimos.

Por lo tanto, yo creo que sí. Las Cortes de Castilla-La Mancha tienen que tener voz en este debate, junto con el Gobierno de la región, pero no en exclusiva, porque esto es un problema internacional, que tienen también naciones como Canadá, Estados Unidos, India, Brasil,… Un problema difícil de combatir, pero que tenemos la obligación de poner los medios para que los ciudadanos puedan vivir en un pueblo en igualdad de condiciones y derechos con respecto a la ciudad; y, luego, ya serán los ciudadanos los que elijan.

Usted ha dicho en ocasiones que se considera un guadalajareño no solo de adopción, sino también de corazón, por lo tanto tiene muy presente el tema del trasvase Tajo-Segura, ¿cuál cree que va a ser el futuro de esta infraestructura?

Bueno, creo que el futuro del trasvase, como instrumento para llevar agua de un sitio para transformarse en dinero en otro, se va a acabar. Se podrá prolongar durante unos años el trasvase para el consumo humano, que es razonable y nunca lo hemos criticado porque todos los ciudadanos del mundo tienen derecho a beber agua de calidad y eso está fuera de toda discusión. Pero si el agua se va a transformar en dinero, se tiene que transformar en dinero primero aquí. Estamos convencidos del final del trasvase, porque es un contrasentido. En ningún lugar de Europa se aprobarían trasvases y por el hecho de que hay respetar un caudal ecológico y la sensibilidad medioambiental hace que pese cada vez más el respeto a los ríos sobre la derivación artificial de agua; sin olvidar, que consideramos que montar una economía sobre un recurso que uno no tiene está condenado a transformarse.

Por eso no tengo ninguna duda de que al trasvase Tajo-Segura le queda muy poco tiempo. Y es que es imposible hablar de cambio climático, Agenda 2030 u objetivos de desarrollo sostenible y pensar que se pueden perpetuar sistemas tan anacrónicos y agresivos para el medioambiente como el trasvase.