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Fútbol

Un “nuevo” Obrero más ilusionado que nunca

El equipo pasa por un momento dulce de la temporada tras sacar la cabeza de la zona baja de la clasificación
Un “nuevo” Obrero más ilusionado que nunca
La plantilla del San José Obrero en el Obispo Laplana. Foto: Lola Pineda
28/01/2022 - Alejandro del Valle

El San José Obrero, el equipo de barrio, el que nunca se rinde, empieza a vislumbrar la luz en el Grupo II de la Primera Preferente Autonómica. Javier Semprún, eterno capitán y “One Club Man” del Obrero, analiza pasado, presente y futuro del club capitalino. Una primera vuelta sufrida, un momento dulce y un futuro con los pies en el suelo, pero esperanzador.

El capitán recuerda el inicio de liga del conjunto rojillo, muy duro para el vestuario. Reconoce que el mal inicio les puso las cosas cuesta arriba y, sobre todo, que los errores individuales eran los que les estaban costando los puntos. Conforme pasaban las jornadas y los tres puntos de una victoria no llegaban, los resultados empezaron a pesar y la tensión aumentaba. A esto hay que sumarle la presión, como señala Javier, de mantener los resultados: “Muchas veces íbamos por delante en el marcador y nos daban la vuelta, no dábamos con la tecla”.

Pero todo cambió una mañana del 28 de noviembre. En un partido casi a vida o muerte ante el Horche, una genialidad de Pery –que marcó desde casi el centro del campo- le dio a la parroquia del Obrero una victoria que eran mucho más que 3 puntos: suponían romper una barrera psicológica. Semprún habla de la tensión de aquel partido, en el que iban ganando pero, como en tantos otros, temían que el resultado pudiese darse la vuelta en su contra. Pero el combinado de Fran García aprendió de sus errores y esta vez no perdonó. “El pitido final fue una liberación, una alegría tremenda. Fue un punto de inflexión, ese pitido nos quitó muchos temores y sobre todo tensión”, recuerda el capitán.

En cuanto a este radical cambio de dinámica, no hay una fórmula secreta más allá de la de un trabajo continuado que, simplemente, ha empezado a reflejarse en el campo ahora que han “aprendido a ganar”. Semprún señala que el trabajo es muy parecido y que el equipo está igual de implicado.

Eso sí, los errores individuales están dejando paso a una solidez defensiva que está haciendo que el fruto de la recompensa empiece a llegar. También han ganado confianza en el juego, tal y como manifiesta, ya que muchas veces querían hacer un juego de posesión pero, al encajar, dudaban en seguir con esa filosofía y “daba más miedo tenerla”.

Un “nuevo” Obrero más ilusionado que nunca

Un punto de inflexión en la trayectoria del equipo

El partido ante el ACDM Horche en el Obispo Laplana marca un antes y un después en la temporada del Obrero. Un magistral golpeo de Pery desde casi el centro del campo desatascó un partido clave que les dio la confianza para mantener el resultado ante un rival directo. Tras este partido, los de Fran García han ganado en tres de las cuatro jornadas ligueras que han disputado, metiéndose en la pelea por salir de esa agobiante y comprimida zona baja.

Un “nuevo” Obrero más ilusionado que nunca

CON MUCHO POR HACER

El Obrero encara ahora 17 finales, y lo hará, como dice Semprún, “con los pies en el suelo”. El 6 del San José señala que les queda muchísimo trabajo por delante y que aún no han conseguido nada, ya que aún están en el borde y un mal paso puede devolverte a donde estabas. Pero, por lo pronto, es un soplo de aire fresco la forma en la que afrontan los partidos. “La motivación es distinta, estamos con mucha más confianza y el equipo está tirando de casta y orgullo”. Con esta humildad e ilusión, la parroquia obrera se permite, por lo menos, ilusionarse, con una versión del Obrero totalmente radical con respecto al principio de la temporada que por fin empieza a ver traducido en la tabla ese esfuerzo.

 

UN BLOQUE UNIDO

Más allá de los resultados, el equipo está más unido y consolidado que nunca. El Obrero es una plantilla joven, con caras nuevas e inmerso aún en un proceso de adaptación a la categoría que ya empieza a producirse. No obstante, si bien Semprún coincide en la juventud de la plantilla con la consiguiente falta de experiencia en la categoría -no así de calidad, asegurando que van sobrados en este aspecto- establece que la gran problemática de esta temporada han sido los errores individuales, cometidos por “jóvenes, mayores y medianos”.

Con respecto a los objetivos del San José Obrero, el capitán señala que no se puede tratar de otro que no sea la salvación. Si bien señala que otros años han tenido otros objetivos que apuntaban a cotas más altas, también señala que este es un reto nuevo, pero no por ello menos ilusionante. Señala que el equipo pasó por una situación similar anteriormente, sufriendo también para mantener la categoría, pero “no tan mala como la de este año”, en la que la victoria no llegó hasta las últimas jornadas antes del parón navideño. No obstante, Javier Semprún tira de la capitanía que le caracteriza para dejar una frase propia de la garra que tiene un veterano. “Como decimos siempre aquí, la gente de la casa: esto es el Obrero y vamos, esto se saca como sea”.

“Las aspiraciones de esta temporada son distintas a las de otros años, es otra manera distinta de vivirlo. Pero como decimos siempre aquí, la gente de la casa: esto es el Obrero y se saca como sea” - Javier Semprún, capitán del CD San José Obrero

El tiempo y los resultados dictarán qué será del San José Obrero de aquí a final de temporada. Lo que es seguro es que la mentalidad en la escuadra de Fran García ha cambiado, e ilusión no le falta a un equipo que promete dejar grandes emociones de aquí a que finalice esta emocionante Primera Preferente.