La restauradora conquense Ana Basanta reivindica que se ampare a los oficios artesanales tradicionales
"Hay gente que está haciendo restauraciones en su casa, en cubierto, sin saber y están trabajando quitando el trabajo a los profesionales, que son los que pagamos como autónomos"

15/02/2015 - S.B.
Muebles, sillas, cómodas, cabeceros y hasta carrozas. Todo se puede restaurar en el taller de Restauraciones Almoneda que, en la calle Antonio Maura, regenta Ana Basanta Rodríguez. Restauradora y diseñadora de interior, Ana apuesta por un trabajo repleto de creativad que trata de transmitir a aquellas personas que se lanzan en los númerosos cursos que propone. Algunos ejemplos son los de rejilla y el de material vegetal con aplicaciones del diseñador danés Wegner, aunque ha habido otros para aprender a encordar, que se ha celebrado recientemente o uno de taracea que ya se programa para el verano. A ellos se le pueden sumar monográficos en diferentes técnicas, porque como confiesa Basanta, en sus casi 25 años de experiencia ha tenido que ir aprendiendo cosas porque no encuentra a nadie que se las haga.
Ella, recuerda, estudió diseño de interior en la prestigiosa Escuela IADE de Madrid a mediados de los 80 y, tras trabajar en Lanzarote, volvió a la capital para hacerlo en una tienda de diseño. “El problema es que me faltaba una base económica importante para llevar mis prototipos a cabo. Sabía los materiales, pero no hacerlos. Veía que no podía llevar a cabo los diseños por economía y pensé que arreglando los muebles viejos podía meter ahí lo que quería, porque son acabados. Ahí encontré una salida”, asegura.
Una salida a la que no ve un futuro demasiado halagüeño, entre otras cosas, por la progresiva desaparición de los oficios artesanales. En su opinión, las administraciones se equivocan en la manera que tienen de artesanía. “El concepto que tiene la administración está equivocadísimo. Se está dando prioridad a una artesanía que no lo es. La realidad es que se están perdiendo los oficios, no se amparan, no se les da importancia y hay cosas que son necesarias, guste o no. Pronto no se encontrará a quien los haga y habrá que traer a gente de fuera para hacerlos o para enseñar a hacerlos. Si no encuentras a un sillero que te haga una buena rejilla, ¿qué haces?, yo puedo hacer el acabado, montarla, encolarla, pero si el asiento no está, no puedo”, lamenta, al tiempo que justifica su empeño en aprender y en enseñar a las personas que van a sus cursos, mayoritariamente mujeres, si bien reconoce que ha habido algunos hombres que, frente a la constancia de ellas, han sido pacientes y han logrado grandes avances.
Ella también avanza, con mucha paciencia y sin dejar de luchar. Así, advierte que la competencia desleal está haciendo mucho daño. “Hay gente que está haciendo restauraciones en su casa, en cubierto, sin saber y están trabajando quitando el trabajo a los profesionales, que son los que pagamos como autónomos. La gente se inventa talleres en los garajes de sus casas, no están dados de alta, llevan años trabajando, se conocen y aquí estamos el resto aguantando el mástil”. Sin embargo, no tiene más remedio que aguantar el chaparrón y reiventarse. Ideas y ganas no le faltan.
Lo más leido en "Cuenca"
Las Noticias - 28/04/2025
Rubén M. Checa - 13/05/2025
Eduardo Crespo - 19/04/2025
Paula Montero - 24/04/2025
Rubén M. Checa - 24/04/2025
Eduardo M. Crespo - 14/04/2025