Cuenca celebra el Tanabata, la festividad de las estrellas
'Que el mundo sea un lugar mejor', 'Que se vaya el coronavirus' o 'Salud y amor' son los mensajes que más se han repetido en el primer Festival Tanabata de Cuenca que ha acogido la Plaza Taiyo, en el Parque de los Príncipes, organizado por la artista japonesa Keiko Mataki.
La Tanabata o Fiestas de las Estrellas es una antigua tradición japonesa que tiene lugar cada 7 de julio en el país nipón para celebrar el reencuentro entre Orihime, la hija del rey del Cielo, y su amado Hikoboshi, un pastor de bueyes, a quien el rey del Cielo había castigado a estar separados para siempre por haber descuidado sus deberes y haberse dedicado solamente a su amor.
Ambos fueron convertidos en las distantes estrellas Vega y Altair pero les fue concendida la posibilidad de verse una vez al año: la noche del séptimo día del séptimo mes.
Para celebrar este romántico reencuentro, es costumbre escribir un deseo en unos papeles alargados de colores llamados tanzaku y colgarlos de las ramas de árboles de bambú para conseguir el favor de los dioses.
La Tanabata es la cuarta de las cinco festividades estacionales japonesas y una de las celebraciones más importantes y bonitas del calendario veraniego japonés que, por primera vez este año, ha llegado también a la temporada estival conquense en una más que calurosa tarde.
El broche de oro a esta jornada lo ha puesta la orquesta sinfónica Tocar y Jugar que, desde su creación en enero de 2014, cuenta con componentes de todas las edades y se caracteriza por ser la orquesta de las familias.
Entre su repertorio han sonado los temas centrales de películas como ‘Star Wars’, ‘Neighbors’ o ‘Los chicos del coro’.
