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Igualdad

Hacia una economía feminista que dignifique el trabajo invisible

Las V Jornadas Ecofeministas celebradas en Cuenca reflexionaron sobre poder, precariedad, división de las tareas domésticas y cuidados
Hacia una economía feminista que dignifique el trabajo invisible
Uno de los talleres desarrollados en las V Jornadas Ecofeministas celebradas en la Residencia Universitaria Alonso de Ojeda de Cuenca
29/05/2019 - Dolo Cambronero

¿Cómo nos atrapan la feminidad y la masculinidad en nuestras prácticas económicas? ¿Estamos perpetuando los roles tradicionales de género en las iniciativas laborales que emprendemos? Estas son algunas de las preguntas que se lanzaron en las V Jornadas Ecofeministas celebradas en Cuenca. Las participantes (en su mayoría mujeres) se pusieron las gafas ‘violetas’ para reflexionar sobre economía y trataron de buscar soluciones para poder reorganizar los trabajos de una forma mucho más equitativa y más allá de la estricta rentabilidad.

Bajo el lema Desmontando el patriarcado desde la economía feminista, se desarrollaron varios talleres en este espacio de encuentro, que fue organizado por Comando Violeta y Ecologistas en Acción y que tuvo lugar en la Residencia Universitaria Alonso de Ojeda.

En las jornadas se recordó que todo el trabajo en el hogar y el cuidado de niños, mayores y enfermos no se cuantifican pero sin ellos no se sostendría todo el entramado económico de las sociedades actuales. Y, en su mayoría, son mujeres las que se ocupan de estas tareas invisibles.

MÁS ALLÁ DE LO RENTABLE

“Cuando en el feminismo hablamos de economía, hablamos también de salud, de educación, de cultura, de custodia de hijas e hijos, cuidados de mayores, cuidados de la tierra y sostenibilidad... Hablamos de poder, de precariedad, de la división de las tareas domésticas”, indicaban desde la organización.

Salir del bucle de la economía de mercado que domina todo y solo tiene en cuenta la rentabilidad es complicado. Pero no imposible. Y, como ejemplo, en las jornadas se expusieron experiencias de economía feminista desarrolladas en Castilla-La Mancha.

Es el caso de la cooperativa Dendros, que cuenta con tres socias de Albacete y Cuenca y está centrada en el sector de la agroecología, principalmente en proyectos de desarrollo rural y de producción y consumo. María Andrés, coordinadora de Ecologistas en Acción en Cuenca, forma parte de ella y explica que esta iniciativa surgió de la mano de un grupo de mujeres con el objetivo de hacer visibles y dignificar estos proyectos que no generan una gran rentabilidad económica pero que son fundamentales.

Andrés pone como ejemplo que un vivero de plantas autóctonas y una quesería artesana son proyectos que requieren de muchas horas de trabajo aunque dan poca rentabilidad. “Pero son necesarios”, subraya.

Por ello, la filosofía de esta cooperativa es mantener estas iniciativas y compensarlas de la mano de otras que sí generan más beneficios. “Se socializan los ingresos y a todos los proyectos se les da la misma importancia”, recalca. “Así también se les visibiliza y dignifica”, añade.

PRESTANDO ATENCIÓN A LO REPRODUCTIVO

En Dendros se pone el foco así en “lo reproductivo”, que es fundamental para que se sustente lo productivo pero no se le da visibilidad y por lo general es más precario. Y en muchas ocasiones, son labores desempeñadas por mujeres.

“Si fuéramos capaces de cambiar las gafas con las que miramos, podríamos reconocer de forma clara que Cuenca tiene los ingredientes necesarios para poner en el centro la reproducción y el cuidado de la vida, siendo fundamental para ello la producción de alimentos, los recursos naturales, los trabajos del sector servicios y cuidados”, destacan.

Cooperativa Entreverá, más allá de la economía dominante

La producción agrícola se concentra en los pueblos. Pero paradójicamente, es en las pequeñas localidades donde más dificultades hay para poder adquirir alimentos ecológicos, explica Pedro Mesas, de la Cooperativa Entreverá, con sede en San Clemente (Cuenca). Con el objetivo de dar acceso a los habitantes de la comarca a un consumo ecológico, rural y justo nacía este proyecto, que se sale de la economía dominante y cuya experiencia se dio a conocer en las V Jornadas Ecofeministas.

Se trata de una cooperativa de trabajo asociado y cuenta con casi 60 socios colaboradores, en su mayoría mujeres. La Entreverá reparte productos ecológicos por los pueblos de alrededor de San Clemente y llega también a Cuenca y Albacete. Además, abrieron una tienda en el municipio albaceteño de Villarrobledo aunque, “con mucha tristeza”, se tuvo que cerrar.

Pero la cooperativa no es solo venta. Es generar demanda de productos ecológicos para apoyar también a los productores. Y son también talleres y, sobre todo, aprendizaje. “A mí la cooperativa me ha cambiado la vida. Nos ha enseñado a consumir”, dice Sofía, de la tienda que hubo en Villarrobledo.

“Siempre está el fantasma de la viabilidad económica”, reconoce Pedro Mesas, pero explica que se buscan alternativas para salir adelante. Pone como ejemplo que se necesitaba una furgoneta y se buscó el apoyo de los socios colaboradores para no tener que recurrir a pedir un crédito a un banco. En el plano de las jornadas, Pedro lo tiene claro: “La visión del mundo que se tiene desde el feminismo es más acogedora, más equilibrada. Y cuanto más se impregne la economía de ella, mejor será todo”.

Por otro lado, de la mano de Elisa Oteros, coordinadora del Área de Agroecología de Ecologistas en Acción, también se desarrolló un taller centrado en cómo se pueden retejer las relaciones entre el campo y la ciudad puesto que se está perdiendo el vínculo entre ambos.